El futuro de la máxima competición continental de baloncesto

Europa busca su propia NBA

Los grandes clubs planean dar un paso adelante a partir del año 2012 e impulsar una verdadera Liga Europea

Zeljko Obradovic recoge el trofeo de mejor entrenador del año de manos de Jordi Bertomeu, ayer en Barcelona.

Zeljko Obradovic recoge el trofeo de mejor entrenador del año de manos de Jordi Bertomeu, ayer en Barcelona.

LUIS MENDIOLA
BARCELONA

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Los clubs del baloncesto europeo preparan en silencio su gran revolución deportiva con la vista puesta en la temporada 2012-13. Después de 11 temporadas en las que el modelo ha ido creciendo y ha acabado consolidándose como una referencia mundial, la Euroliga, que acaba de estrenar sede en el barrio barcelonés de la Bonanova y que preside el catalán Jordi Bertomeu, está decidida a dar un paso adelante y convertir el torneo en una verdadera Liga Europea, al estilo de la NBA.

El objetivo es impulsar un cambio de modelo, con la finalidad de garantizar a los clubs muchos más partidos de primer nivel que los 20 de media que suelen disputar hasta ahora, lo que supondrá también una mayor atención por parte de los aficionados, de los patrocinadores y también una mayor previsión de ingresos.

«Ahora mismo somos una Copa de Europa, y debemos ser una Euroliga. Nuestra obligación es seguir dando pasos adelante», es la reflexión que hacía, hace unos pocos días, Jordi Bertomeu en una entrevista con la revista especialidad Gigantes, en las que desgranaba algunas de las claves del futuro.

MÁS FECHAS / Esa ampliación del calendario se ha convertido en una prioridad para la mayoría de los clubs europeos, a los que no compensa un calendario tan corto para el fuerte desembolso económico que realizan, sobre todo en sus plantillas. En ese grupo se encuentran algunos de los motores del torneo como el Panathinaikos, el Olympiacos, el Maccabi de Tel-Aviv y el CSKA de Moscú. Estos equipos, que cuentan con campeonatos nacionales de escaso interés, en los que apenas encuentran competencia, saben que el gran atractivo para sus aficionados se encuentra en el torneo europeo. La mejor prueba es que esta temporada el Maccabi logró su mejor audiencia en Israel (un millón y medio de espectadores, con un 47,7% ) en un encuentro con el Panathinaikos.

Es una revolución que lleva tiempo larvándose y que el Comité Ejecutivo de la Euroliga, que integran ocho equipos y cuatro Ligas (entre ellos el Real Madrid y el Caja Laboral) está decidido a impulsar en el plazo de un año. La edición que se sorteó ayer en Barcelona será la última en la que la Euroliga se disputará con el sistema actual: una primera fase con cuatro grupos de seis equipos, el Top-16, el play-off de cuartos de final y la final four.La situación de crisis que viven algunos de los campeonatos nacionales ha acabado de convencer a los clubs para acelerar cuanto antes las reformas. Equipos como el Panathinaikos y el Olympiacos apenas tienen una media de 1.500 espectadores en sus partidos de Liga. El Maccabi ha negociado su ingreso en la Liga Adriática esta misma temporada, ante la falta de interés en el campeonato israelí. Los clubs españoles, como Bar-

ça y Real Madrid, también ven con buenos ojos esa ampliación. Y los datos de asistencia de público a la Euroliga, de interés por el torneo y el incremento de volumen del negocio (ver gráfico) invitan al optimismo.

ENCAJAR CALENDARIOS / El principal problema, sobre todo en el caso de la ACB, es encajar esa ampliación del calendario europeo con la competición española, teniendo en cuenta que la Euroliga pretende mover los días de partido, sobre todo el miércoles, para que no coincida con la competición europea de fútbol. Una de las alternativas que maneja es disputar los encuentros los viernes.

Los responsables de la Euroliga, en cualquier caso, no se plantean un enfrentamiento con las ligas nacionales y desean mantener abierto el acceso al torneo porque consideran que el empuje de proyectos importantes como los de Milán, Valencia y Bilbao suponen «un activo» del que no se puede prescindir.