FÚTBOL

Los jugadores del Bada-Bing acuden al juicio como «víctimas»

Los testigos protegidos del Rosario Central aseguran que los querían matar e identifican a sus agresores

Los hermanos Moreno, Valentín (izquierda) e Israel, son conducidos a la sala de vistas, ayer en Barcelona.

Los hermanos Moreno, Valentín (izquierda) e Israel, son conducidos a la sala de vistas, ayer en Barcelona.

SERGI LÓPEZ-EGEA
BARCELONA

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Dos testimonios bien diferentes. De un lado, Jonatan Padilla, acusado y jugador del Bada-Bing. «En las peleas hay gente que gana y gente que pierde. Hay algunos que somos hombres y otros que son nenazas». De otro, E.S, futbolista del Rosario Central y testigo protegido. «En muchos partidos me han dicho que me querían matar, pero, ciertamente, en ese, creí que iba a morir». Comenzó el juicio por la brutal agresión que el 10 de enero sufrió la plantilla del Rosario Central, con argumentos racistas, por parte de la del Bada-Bing. Siete de sus jugadores se enfrentan a penas que pueden acarrear hasta seis años de cárcel. Ayer se presentaron ante el juez como «víctimas» en vez de agresores.

El juicio proseguirá hoy en Barcelona. Los testigos protegidos del Rosario Central, conjunto de la Tercera Territorial de Barcelona, que comenzaron a declarar ayer, identificaron como causantes materiales del ataque a dos jugadores del Bada-Bing, Israel Moreno Gómez --que jugó el partido con una ficha falsificada- y su hermano Valentín. Ambos declararon esposados, ya que se encuentran en prisión por la agresión. Los hermanos Moreno tienen antecedentes policiales. En el caso de Valentín, especialmente graves, ya que cumplía la última parte de su condena en libertad vigilada. Fue condenado en el 2001 por el llamado crimen de la Vila Olímpica.

NADIE HIZO NADA / Era la primera ocasión en la que los jugadores del Bada-Bing, entre ellos su presidente, Efrem Simón Suárez, daban públicamente su versión de los hechos. Dijeron todos ellos que sus rivales se habían pasado todo el partido insultándolos y que, además, contaron con la colaboración del árbitro. Casualmente, todos coincidieron al afirmar que en el momento de las agresiones se encontraban en la grada o en el vestuario, y que solo oyeron gritos, producto de una pelea que se formó en el túnel de vestuarios y en la que no participaron. Admitieron que en su equipo jugaban futbolistas con ficha falsificada. Dijeron que era una práctica habitual en la Tercera Territorial. «La Tercera Regional (o Territorial) es lo peor de lo peor», admitió Valentín Moreno. Carlos Raya, otro de los acusados, fue de los pocos que reconoció haber proferido algún insulto racista. «Como mucho dije sudaca por el calentón del partido. Pero el árbitro ha mentido en el acta al 120% porque tenía favoritismo hacia ellos».

Los abogados de la acusación particular trataron de acorralar a los implicados y les preguntaron --hecho que negaron-- si pertenecían a los Boixos Nois, a su facción de los Casuals o si anteriormente habían sido jugadores de un equipo en el que militaban miembros de la peña radical del Barça. Negaron cualquier vínculo, aunque reconocieron su afecto hacia el conjunto azulgrana. Elena Marugán, abogada de los hermanos Moreno, trató de eliminar cualquier relación de sus clientes con los Boixos Nois por lo que hizo especial hincapié en demostrar que Israel Moreno era madridista.

PUÑETAZOS / Jonatan Padilla y Carlos Raya admitieron, en cambio, haber soltado algún golpe. «Yo le di un puñetazo en la cara a uno del equipo contrario porque él me dio primero», afirmó Padilla. «Yo solo di un puñetazo a uno de ellos tras agredir a un compañero y seguro, también, que solté algún insulto como hijo de puta», añadió Raya. Hoy, el juicio debe quedar visto para sentencia.