Francisco saca la libreta

RAÚL PANIAGUA / SANTA COLOMA DE GRAMENET

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Estaba de vacaciones en el Puerto de Santa María (Cádiz) cuando recibió la llamada del Badalona a finales de julio, una fecha en la que todos los banquillos suelen tener inquilino. Francisco López Alfaro (Osuna, Sevilla, 1-11-1962) no tenía previsto entrenar, pero el reto le sedujo. ElprofeJulià García, que parecía tener la continuidad asegurada tras quedar campeón del grupo 3, no llegó a un acuerdo con el presidente Fermín Casquete. Un proyecto tan ilusionante, apoyado por el ayuntamiento de la ciudad, no podía quedar en manos de cualquiera. El nuevo entrenador debía ser alguien con gancho. Y Francisco fue el elegido."Fue una sorpresa. No me lo pensé mucho. Me apetecía volver a Catalunya y el reto merecía la pena. Hay un planteamiento de futuro muy bonito".Ayer debutó en la Liga de la mejor forma posible, con un gran triunfo en casa de la Gramenet (0-2).

Tras la marcha de Julià García, el hombre que llevó a la Grama a los cuartos de la Copa en el 2005, la directiva quería un cambio de estilo. La afición pedía un fútbol ofensivo y se vio en Francisco al hombre ideal. El técnico se encontró con toda la plantilla hecha."Me encantan los jugadores que tengo. Tienen calidad, compromiso y ganas de competir. A mí me gusta el fútbol de toque, nada de pelotazos".

Tándem con Torres Mestre

Aunque su familia está ahora en Barcelona de vacaciones, pronto volverá a Sevilla. El técnico vive en Castelldefels, zona que conoce bien tras su paso por el Espanyol, una etapa de la que guarda muy buenos recuerdos. Algunos excompañeros, como Toni, Arteaga y Nando, le llamaron cuando firmó por el Badalona."Le tengo mucho cariño al Espanyol, allí pasé unos años inolvidables. Siempre lo sigo. Estuve en Madrid en la final de Copa y disfruté mucho. También fui a Montjuïc en la Supercopa, pero fue peor".En el Badalona se ha traído como segundo a Torres Mestre, lateral zurdo del Espanyol en los años 90.

Cuando expone su filosofía del fútbol, resulta irremediable trasladarse a su etapa de jugador. Francisco debutó con el Sevilla en Primera a los 19 años. En Nervión aún recuerdan su calidad y excelente visión de juego en el centro del campo. Completó nueve temporadas en el Pizjuán, antes de fichar por el Espanyol, donde jugó hasta los 36 años. Sus cifras en Primera son notables: 436 partidos y 42 goles. También fue 20 veces internacional y disputó la Eurocopa de 1984 y el Mundial de 1986.

El listón, muy alto

Como entrenador, también ha visto todas las caras. Dirigió sin fortuna al Numancia en Primera, en Segunda entrenó al Jaén y, en Segunda B, al Figueres, al Coria y al Extremadura."He pasado por todo. Ahora tengo el listón muy alto, pero mi reto es llevar al equipo a Segunda A",insiste. Aunque Casquete le habló de un proyecto a largo plazo (el club tiene previsto inaugurar su nuevo estadio en el 2008), Francisco sabe que la paciencia no existe en el fútbol. Ayer su libreta funcionó de maravilla en Santa Coloma. La próxima semana le espera otro rival difícil: el Terrassa.