Final de la Champions

El 'Last Dance' de Jonatan Giráldez con el Barça

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El Barça de las 5 finales de Champions

Jonatan Giráldez dirigiendo su último entrenamiento como míster del equipo culé

Jonatan Giráldez dirigiendo su último entrenamiento como míster del equipo culé / EFE

Laia Bonals

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Un legado. Eso que todo deportista, entrenador o persona quiere dejar cuando se marcha. Ese legado no está basado en los títulos, que obviamente marcan de diferencia, sino en cómo la gente que ha vivido contigo esa etapa habla de ti. Jonatan Giráldez se despedirá en San Mamés del Barça. De ese equipo que cogió sin experiencia, al que le dio una vuelta después de ganarlo todo, lo dotó de nuevos recursos y lo volvió a hacer campeón. A ese Barça que lo ha visto crecer como entrenador y que ahora se despedirá de él con emoción, gane o pierda la final.

Giráldez llegó de sopetón, dejando la sala de análisis para liderar el banquillo. Ahora se marcha habiendo crecido no solo como entrenador, sino a nivel personal. Cíes es su pequeño, a quien busca tras cada victoria, a quien abraza, junto a su mujer Olaya, en el día a día. Estén o no las cámaras, sea una final o un partido regular, él sabe dónde están. Le dan esa perspectiva, ese contrapunto a la exposición y visibilidad que acarrea ser el inquilino del banquillo culé.

Lo que marca de una persona es su trato, su forma de ser y cómo afronta los problemas. Giráldez siempre ha sido un lugar de conversación tranquilo, seguro, donde poder discutir de futbol y buscar otra perspectiva. Con la claridad como base, Giráldez se marcha dejando del Barça ese cariño de alguien que se va sin tú querer despedirle.

Una final como adiós

"Tenemos muchas ganas. Estamos jugando muy bien a fútbol. En las últimas jornadas estamos creciendo. Estamos en una final, habríamos firmado llegar aquí con los tres títulos de España ganados y a punto de optar a otro", cuenta con su prudencia habitual. Giráldez ha sido precavido en toda su estancia en el banquillo azulgrana. Siempre mirando las cosas con perspectiva, con ese tono calmado.

"Somos los dos mejores equipos por plantilla, propuesta de juego, capacidad de adaptación… Creo que será una gran final y el público la disfrutará", añadía el técnico, que tiene claro a lo que quiere jugar. "Visualizo un partido en el que tenemos que dominar durante 90 minutos. Nos gusta, además de crear ocasiones. Habrá pequeñas adaptaciones para contrarrestar las virtudes del Lyon. Todo lo que hemos trabajado nos ayuda a que lleguemos en un estado de forma excepcional", expresaba el técnico.

La primera Champions que dirigió en el Barça terminó con la decepción de Turín. Levantó la de Eindhoven y ahora, en San Mamés, "en casa", quiere poner el broche final y decantar la balanza. "Si hablamos de fútbol, hemos crecido mucho, queremos seguir siendo el mejor equipo de Europa". De ahí que este sábado el equipo "deba hacer el mejor partido posible para coronarse y volver a conquistar una Champions".

Ahora llega el momento de despedirse. Tras anunciar en enero el adiós se ha cocinado a fuego lento. Con la calma que le caracteriza, contemporizando y relativizando cada adiós. El último, el definitivo, llegará este sábado en San Mamés. "Seguramente es el partido más importante [de mi paso como entrenador del Barça]. Es el último título en juego", confesaba antes de saltar por última vez al césped para dirigir un entrenamiento de su equipo. Al final de éste se formó un corro, todos cogidos por los hombros, escuchando a Giráldez. Le queda un último baile, el que marcará cómo finalizará su era en el Barça. Será recordado siempre, eso seguro.

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