'INFLUENCER' DE REFERENCIA

Natalie Wynn: una 'progre' en internet

La ‘youtuber’ estadounidense agita internet y suma seguidores con sus pullas inteligentes contra la ultraderecha, el patriarcado y la transfobia

Natalie Wynn: una 'progre' en internet

Natalie Wynn: una 'progre' en internet / El Periódico

Noelia Sastre

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Seguramente el titular que mejor define el trabajo de Natalie Wynn es el que le dedica 'Vice'. 'ContraPoints es lo opuesto a internet', dice la revista para explicar cómo esta 'youtuber' transgénero desmonta la ultraderecha y la supremacía blanca, el patriarcado y la guerras culturales con brillantina en la cara y una combinación de humor, drag, filosofía, claridad, lógica, ironía y mucha inteligencia. Claridad, lógica, inteligencia, tres cualidades que escasean en la red y que Wynn, nacida en Arlington (Virginia) hace 32 años, demuestra en cada uno de sus vídeos. Y eso que muchos duran entre 40 y 90 minutos, y ya se sabe cómo destruye internet nuestra capacidad de atención.  

Su canal no ha dejado de crecer desde que se unió a la plataforma en 2011, no sin enfrentar una buena dosis de acoso y transfobia en este viaje. «'Youtuber'. Exfilósofa. Sexo, drogas y justicia social», se presenta ella. Con 50,5 millones de visualizaciones y 1,17 millones de suscriptores, desde la comedia, el humor negro y unos cuidados trajes y decorados, ContraPoints (alias de Wynn) hace posible lo imposible: exponer de forma atractiva los debates políticos más controvertidos. La identidad de género, la violencia, la ética, la sexualidad. «Una extraña presencia en estos tiempos convulsos, una voz que no resuena con rabia sino con sátira, humor y persuasión», dice 'Los Angeles Times'. Además de exponer temas como la izquierda o el feminismo, sabe comunicar y producir, muchas veces en forma de diálogo para hacerlo más entretenido. 

Desradicalizar

Sus vídeos también analizan fenómenos como el de los 'incels', la creciente comunidad de violentos hombres misóginos, o el 'cancelling', el boicot a personajes por sus opiniones o actos 'cuestionables' en las redes y que para Wynn «es la guillotina del siglo XXI que, como la propia guillotina, puede convertirse en un espectáculo sádico». 

Se define como socialdemócrata, estudió piano y filosofía, y en 2017 inició el proceso de cambio de sexo

Esa combinación de entretenimiento y gravedad logra uno de los grandes méritos que le otorga la prensa: su esfuerzo por desradicalizar a los jóvenes de ultraderecha. «Trato de nadar a contracorriente en lo referente al tribalismo. Quiero entender la mentalidad que puede llevar a alguien hacia la ultraderecha y por eso intento mantenerme libre y abierta. Creo que la forma de hacer de la izquierda en internet es terrible, cero efectiva, mientras que los grupos de ultraderecha reclutan a todos los que quieren unirse a su causa. Parece que tienen un comité de bienvenida. En la izquierda casi tienes que luchar para entrar», dice en 'The Economist'. 

Colaboraciones

Wynn, que inició su proceso de transición en 2017, se define como feminista, lesbiana y socialdemócrata. Hija de un profesor de psicología y una doctora, estudió piano en Boston y filosofía en Georgetown. Se matriculó de doctorado, pero lo dejó por «aburrirme hasta la desesperación existencial». Desde entonces vive en Baltimore y colabora con el comentarista político Hasan Piker y la congresista Alexandria Ocasio-Cortez. 

Ha escrito ficción, enseñado piano y trabajado como asistente legal. Pero es en Youtube donde se ha hecho un nombre. «Lo elegí porque ya lo usaba. El algoritmo, por alguna razón, recomienda contenido de ultraderecha aunque no lo hayas buscado. Empiezas viendo a un estudiante que critica el feminismo y tres vídeos después escuchas por qué necesitas un estado blanco para salvar a la raza de la invasión que llevará a la tercera guerra mundial. Y eso puede pasar también en la izquierda. La política es siempre antagonista, tribal. Pero las redes sociales nos colocan en burbujas aisladas de información. No solo discrepamos sobre política, sino sobre la propia realidad», explica Wynn, que vio el hueco y se lanzó a la aventura del proselitismo progresista en las redes. Una voz diferente entre tanto ruido. 

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