ENTREVISTA

Juan Fueyo: "En mayo, la vacuna habrá vencido a la pandemia"

El científico asturiano lleva un cuarto de siglo usando virus para luchar contra el cáncer en Houston

Juan Fueyo

Juan Fueyo

Juan Fernández

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Desde hace 26 años -los que lleva manipulando virus para luchar contra el cáncer en el centro oncológico M.D. Anderson de Houston junto a su esposa, la también investigadora Candelaria Gómez Manzano-, esos invisibles agentes patógenos que han puesto el planeta patas arriba forman parte de su ámbito más íntimo y familiar, casi tanto como la vocación literaria y divulgadora que convive en su interior con su faceta de científico. Ha tenido que llegar una pandemia para que Juan Fueyo (Oviedo, 1957) se animara a juntar todos esos elementos en la probeta.

El resultado es 'Viral' (Ediciones B), el libro que acaba de publicar sobre la historia de la relación de los virus con la humanidad. En él hay inquietantes presagios –"una epidemia podría acabar con la especie humana en muy poco tiempo", asegura-, pero también razones para mirar al futuro con esperanza: "La ciencia, no solo puede ayudarnos a hacer frente a los virus. También nos permitirá usarlos para curar enfermedades", pronostica.

-Si salgo a la calle y pregunto a la gente qué son los virus, probablemente la mayoría me dirá: "Unos bichitos diminutos que no vemos, pero que matan mucho". ¿Van bien encaminados?

-No van mal. La definición que mejor se ajusta a la realidad de los virus, aunque suena un poco cómica, es la de "un conjunto de malas noticias envuelto en una proteína". Son malas noticias para la célula, porque el virus da un golpe de estado en su interior cuando la infecta y la pone a trabajar para él. Y son malas noticias para toda la población, porque cuando un virus contagia a un organismo, empieza a reproducirse para seguir infectando.

-A pesar de ser sinónimos de muerte, según explica en su libro, les debemos la vida tal y como la conocemos.

-A menudo consideramos la Tierra la casa de los humanos. En realidad, vivimos en el planeta de los virus. Estaban aquí antes que nosotros y existen en más cantidad. Hay más virus en la Tierra que estrellas en el cielo, vivimos rodeados de ellos. Y gracias a ellos. Regulan la producción de biomasa de los océanos, nos ayudan a hacer la digestión, controlan las bacterias que habitan en nuestro organismo. Nosotros mismos somos el resultado de los virus. En realidad, somos más bichos de lo que pensamos.

"Un virus hizo que los mamíferos empezáramos a producir placentas y dejáramos de ser ovíparos"

-¿En qué sentido?

-Gran parte del genoma humano tiene origen vírico. Al principio, a esos genes se les llamó adn basura, porque se pensaba que no servían para nada, pero luego averiguamos que son fundamentales para nuestra supervivencia. Hasta nuestra evolución está relacionada con los virus. Fue un virus, en concreto un retrovirus, el culpable de que los mamíferos empezáramos a producir placentas y dejáramos de ser ovíparos. Este paso fue crucial para la llegada del homo sapiens, porque la placenta permite que el feto desarrolle un cerebro de mayor tamaño.

-Entonces, ¿por qué les tenemos tanto miedo?

-Virus significa veneno, pero hay venenos que curan, como la quimioterapia, y otros que matan, como el cianuro. Con los virus pasa lo mismo. Vivimos rodeados de virus y muchos son útiles y necesarios, pero otros son patógenos y constituyen una amenaza para nuestra supervivencia. Hablo de virus realmente letales, no como el del covid, que mata muy poco, aunque nos haya causado tantos trastornos. Piense en el de la viruela, que se cebaba con los niños. O el de la polio, que dejaba inválidos a los enfermos. Esto ocurría hace poco tiempo. En los próximos años puede llegar una nueva pandemia que reúna las peores características de pandemias pasadas y acabe con la especie humana.

-¿De qué depende que se dé esa fatal combinación?

-Hay un factor de azar que no controlamos, que es el que lleva a un virus a mutar y a pasar de una especie a otra. Pero hay otro que sí está en nuestra mano, y tiene que ver con la forma como nos relacionamos con el planeta. El cambio climático y la deforestación están acercando al hombre a entornos habitados por animales salvajes con los que nunca habíamos entrado en contacto y que pueden ser portadores de esos virus. Nuestro abuso de las granjas de animales facilita que haya virus saltando entre especies y que alguno pueda acabar mutando e infectando a los humanos. Es lo que ocurre cada año con el virus de la gripe.

-¿Así llegó el virus del covid-19?

-Probablemente tuvo su origen en los murciélagos, que son grandes reservorios de virus y además abundan. De hecho, uno de cada cinco mamíferos que hay en el planeta es un murciélago, aunque no los vemos, porque están en sus cuevas. El problema surge cuando invadimos sus hábitats para consumirlos, como hacen en China. Es entonces cuando se produce el salto de especie. De los murciélagos llegaron el SARS-1 y el MERS, las dos epidemias víricas anteriores al covid.

"Hay estudios que calculan que un virus con una mutación mortal podría hacer retroceder a la civilización hasta la época preindustrial"

-Llevamos tres en los últimos 17 años. ¿No son muchas?

-Sí, cada vez hay más, y tiene que ver con el cambio climático. Ahora mismo hay miles de virus salvajes para los que no tenemos inmunidad previa. La mayoría son inocuos, pero alguno puede ser letal. Hay estudios que calculan que una pandemia ocasionada por un virus con una mutación realmente mortal podría hacer retroceder a la civilización varios siglos atrás, hasta la época preindustrial. Son especulaciones, de acuerdo, pero están basadas en hechos. Si no cuidamos el planeta, el planeta acabará desarrollando una inmunidad contra nosotros.

-Sin ir tan lejos en el tiempo, ¿qué pronóstico hace de la pandemia de covid para los próximos meses?

-En esto, permítame que sea más optimista y lleve la contraria a la opinión dominante. Ahora mismo en España se están viviendo momentos difíciles porque los contagios están disparados, pero yo estoy convencido de que este panorama va a cambiar en las próximas semanas debido al impacto de los programas de vacunación. De hecho, me atrevo a afirmar que en mayo, las vacunas habrán vencido a la pandemia.

-En plena escalada de la tercera ola, su apuesta suena atrevida.

-Lo sé, pero la mantengo. Eso sí: hay que cumplir los planes de vacunación. Si lo hacemos, en tres meses la situación será muy distinta a la actual. Pero hay que darse prisa, no podemos dejar que el virus mute y se haga resistente a la vacuna. Lo urgente es inmunizar a la población. Por favor, dejen de contar muertos y concéntrense en vacunar a la gente.

"Cuando el 30% de la población esté vacunado, el impacto del covid se reducirá de manera brutal"

-El Gobierno ha prometido tener vacunada al 70% de la población en verano. ¿Qué le parece?

-Bien, pero mucho antes de ese momento notaremos ya el efecto de la vacuna. Cuando el 30% de la población esté inmunizado, el impacto del covid se reducirá de manera brutal. En Israel, donde ya han vacunado al 25%, empiezan a observarlo. En Asturias, los ancianos que han recibido la primera dosis enferman de covid sin desarrollar síntomas graves. Antes de lo que pensamos, esta pandemia formará parte del pasado.

-Y usted seguirá manipulando virus para curar el cáncer. ¿En qué estado se encuentra su investigación?

-Es un proyecto que llevo a cabo junto a mi mujer, Candelaria Gómez Manzano, y consiste en alterar el genoma del virus, que es una máquina de matar, para atacar al cáncer, que es una máquina de resistencia. Hemos creado un virus modificado que cumple esa tarea, al que hemos bautizado 'Delta-24', y este año empezaremos a ensayarlo en la fase tres.

"Algún día los virus funcionarán como nanorobots para tratar el colesterol, la demencia o los efectos de la vejez"

-Será como darle la vuelta al destino del virus: de máquina de matar a medicamento.

-Los virus manipulados ofrecen muchas posibilidades en ese terreno. Algún día funcionarán como nanorobots para tratar el colesterol, la demencia o los efectos de la vejez. Esta aventura no ha hecho más que empezar.

-El reverso de esa relación amistosa con los virus son las armas biológicas, a las que dedica muchas páginas en su libro. ¿Le preocupan?

-Mucho. Fabricar la bomba atómica es muy caro y sofisticado, pero convertir a un virus en un arma letal es muy sencillo, basta con un puñado de científicos y un par de millones de dólares. Me temo que, después del covid, el bioterrorismo va a estar más presente en nuestras vidas. Ha quedado a la vista de todos, también de los terroristas, lo fácil que es destrozar la economía y la sanidad de países enteros.

-A todo esto, seguimos sin saber si los virus están vivos o muertos.

-En ese debate, los virólogos no se ponen de acuerdo. Se asocia la vida a la autonomía que debe tener un ser para valerse por sí mismo. En ese sentido, un virus fuera de una célula no es material vivo, porque no puede actuar ni reproducirse, necesita infectar para hacerlo, es un parásito puro. Pero esto no le resta valor. Piense que los parásitos representan la forma de vida que ha tenido más éxito en el planeta. Los virus son como el gato de Schrödinger, están muertos y vivos a la vez.

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