La extraña familia de Julian Assange

Las palabras que Stella Moris ha elegido para su perfil de Twitter lo dicen todo: "Pareja del preso político Julian Assange, madre de 2". Debajo, un tuit con foto de sus niños: "Estos son los hijos de Julian, Max y Gabriel. Necesitan a su padre. Nuestra familia debe estar junta de nuevo".

Y una petición al todavía presidente de Estados Unidos, Donald Trump: "Se lo suplico, tráigalo a casa por Navidad". Moris lo publicó el día de Acción de Gracias, la fiesta más familiar en el país que pide la extradición de Assange y justo cuando Trump está a punto de dejar la Casa Blanca con una colección de indultos.

El fundador de Wikileaks permanece en una cárcel británica hasta que el fallo de una jueza londinense decida su futuro, el 4 de enero. Acusado de 17 cargos de espionaje por publicar documentos militares secretos hace una década, se enfrenta a una sentencia máxima de 175 años en prisión.

Y eso es lo que la madre de sus hijos quiere evitar. De ahí que lidere una intensa campaña en redes y medios de Inglaterra, EEUU y Australia, donde Assange nació hace 49 años. Como la exclusiva que concedió a 'The Sunday Times' en septiembre, con la pareja en portada, sonriendo. "La prometida de Julian Assange habla sobre su familia secreta", titulaban la entrevista. "Moris, abogada de 37 años nacida en Sudáfrica y con nacionalidad española y sueca, vive en Londres desde hace casi 20 años", escribía la periodista Kirsty Lang. Ambas nacionalidades coinciden con los países en los que vivió parte de su infancia.

En realidad, Sara González

Su relación se conoció en marzo, cuando Boris Johnson anunció el estado de alarma por el coronavirus y Moris, aterrada porque Assange pudiera contagiarse en la cárcel, pidió la libertad bajo fianza mientras esperaban la decisión. La petición fue denegada pero pública.

Abogada de 37 años, la mujer del periodista, nacida en Sudáfrica, tiene nacionalidad española y sueca

Y así saltó la noticia sobre esta mujer de la que no encontraron una sola mención en Google porque se había cambiado el nombre. Antes era Sara González Devant. "Lo hice porque Julian está muy expuesto", afirma. No es la única en la vida de Assange que ha cambiado de identidad. Su hijo mayor, Daniel, lo hizo cuando recibió amenazas de muerte. Le siguió otro de sus hijos que vive en Francia. 

La pareja se conoció en el 2011, cuando ella se unió al equipo legal de Assange. "Me sentí muy afortunada al conocer a quien había cambiado el mundo con Wikileaks". Su historia de amor comenzó en el 2015. Él ya vivía en la embajada ecuatoriana en Londres, donde buscó asilo para evitar la extradición a Suecia cuando dos mujeres le acusaron de obligarlas a tener sexo sin protección. Se comprometieron en secreto en el 2017 y concibieron a sus dos hijos durante los siete años que Assange vivió recluido en la embajada. 

Perder a un padre

Tras mucho tiempo en la sombra, Moris habla como parte de la estrategia de defensa de Assange: quieren mostrar a una joven familia que perdería al padre si lo encarcelan en EEUU, donde no podrán visitarlo. "Para Julian la extradición será una sentencia de muerte. Mis hijos perderán a su padre y yo, al hombre al que amo".

Para que pudiera ver a su primer hijo, reclutó a un amigo, que se hizo pasar por el padre en las visitas

"¿Por qué una abogada con título de Oxford querría empezar una familia con un hombre que podría pasar el resto de su vida entre rejas?", pregunta la periodista. Moris responde que la gente también se enamora y tiene hijos en plena guerra, y que su historia de amor es un acto de rebeldía junto a sus hijos Gabriel, de tres años, y Max, de 21 meses.

"Vivimos con cámaras y guardias las 24 horas, pero no en la habitación ni en la oficina de Julian, aunque al estar pinchadas lo importante se lo decía por escrito. Así, en un papel, le dije que estaba embarazada", explica esta abogada que, al hablar español, visitaba la embajada a diario y era quien se comunicaba con los ecuatorianos.

Plan para matarlo

Para que el periodista pudiera ver a su primer hijo reclutó a un amigo, Stephen Hu, que se hizo pasar por el padre en las visitas. Pero como todo en el 'caso Assange', la cosa se complicó. Los guardias intentaron conseguir el ADN del niño y grabaron las conversaciones con sus abogados para enviarlas a EEUU. Moris sostiene que había un plan para matarlo. 

Cuando el gobierno de Ecuador le negó el asilo político en abril del 2019 buscando una mejor relación con EEUU, la policía londinense lo arrestó. En ese momento nadie sabía que acababa de nacer su segundo hijo, a quien Assange ha visto muy poco por la pandemia. ¿Cree que rechazarán la extradición? "Sí, espero que la justicia británica defienda sus valores. Una interpretación del 'brexit' es el deseo de mayor soberanía, y eso conlleva no plegarse a la voluntad de otro país", insiste Moris. El 4 de enero se despejará su futuro. 

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