Jean Seberg, icono y mártir

Kristen Stewart da vida a la musa de la Nouvelle Vague que fue hostigada por Edgard Hoover y hallada muerta en su coche

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Nando Salvà

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Cuando fue hallado a principios de septiembre de 1979, el cuerpo de Jean Seberg llevaba 10 días descomponiéndose en una calle de París, en el asiento trasero de un coche, junto a un frasco de barbitúricos y una nota de suicidio.

Según se describió después en la prensa, un olor "increíblemente nauseabundo" emanaba del cadáver de una actriz que dos décadas antes había sido saludada como un torrente de frescura y, en parte gracias a esa cualidad, elevada a la categoría de icono.

Los oscuros sucesos que conectan ambos momentos son el asunto de Seberg, el biopic protagonizado por Kristen Stewart que en unos días llega a las plataformas de vídeo bajo demanda Movistar Plus y Filmin.

La película, pues, no recrea los albores de su carrera, cuando fue escogida entre otras 3000 candidatas para interpretar a Juana de Arco en 'Santa Juana' (1957) sin sospechar que aquella primera experiencia cinematográfica le resultaría traumática por el trato tiránico recibido del director Otto Preminger, las graves quemaduras que sufrió durante el rodaje y la cruel respuesta de la crítica estadounidense ante la película y ante su interpretación.

Y en ella tampoco se explica que, en todo caso, aquel primer personaje la puso de moda en Francia, y le dio acceso al papel por la que toda la cinefilia la recuerda: en el magistral debut de Jean-Luc Godard, 'Al final de la escapada' (1960), le bastó aparecer en pantalla paseando junto a Jean-Paul Belmondo con una camiseta blanca estampada con el logo del 'New York Herald Tribune' y pantalones de pitillo para convertirse en uno de los símbolos de la Nouvelle Vague.

Activismo político

Durante los años 60, ya reconciliada con el cine americano, Seberg había apoyado de diversas formas el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, y a finales de la década dio otra muestra de su compromiso donando una parte del sueldo que había cobrado por su trabajo en 'Aeropuerto' (1970) a otra de las causas en las que creía: los Panteras Negras, dedicados a la combativa defensa de los derechos de la comunidad afroamericana. Asimismo, la actriz celebró una cena en su casa de Los Ángeles para recaudar fondos para la organización, y ejerció para ella labores de representación en el extranjero.

La actriz donó parte del sueldo que ganó en 'Aeropuerto'
a los Panteras Negras

Inevitablemente, su implicación llamó la atención de J. Edgar Hoover, jefe supremo del FBI, que llevaba años supervisando operaciones policiales encubiertas y a menudo ilegales con el fin de desacreditar a cualquier grupo que él considerara peligroso, ya fuera comunista o feminista o activista en contra de la guerra de Vietnam. "Seberg de ningún modo era la única conexión con la que los Panteras Negras contaban en Hollywood; estrellas como Marlon Brando y Jane Fonda también les dieron dinero", recuerda Stewart. "Pero, por algún motivo, Hoover la perseguió e intimidó a ella con especial ferocidad". 

No contento con dedicarse a interceptar su correo, pinchar sus teléfonos y someterla a vigilancia permanente, en 1970 el FBI extendió el rumor de que el padre del bebé que la actriz esperaba no era el novelista Romain Gary, por entonces su marido, sino un miembro de los Panteras Negras (por entonces, en Estados Unidos el mestizaje era el tipo de tabú capaz de arruinar carreras). 

Cada 25 de agosto

La hija de Seberg, Nina, murió el 25 de agosto de aquel año, solo dos días después de nacer, y aquella tragedia fue el golpe definitivo a su ya dañada salud mental. A partir de entonces, como revelaría posteriormente Gary, intentó suicidarse una vez al año, cada 25 de agosto. Entretanto, sumida en el alcoholismo y la paranoia, no logró más que papeles olvidables en producciones europeas de serie B. Cuando fue encontrada sin vida en aquel callejón parisino, llevaba tres años sin trabajar.

La muerte de su hija Nina fue el golpe definitivo a su dañada salud mental

Medio siglo después, asegura Stewart, su historia posee una relevancia incuestionable. "Representa los inicios de la cultura de la vigilancia permanente en la que vivimos actualmente –dice la actriz–. Ella fue espiada y destruida a causa de sus creencias y su idealismo, y no hay más que fijarse en nuestros líderes políticos para comprender que vivimos en una sociedad en la que algo así podría volver a suceder".


CINCO PELÍCULAS DE JEAN SEBERG

'Santa Juana' (1957)

Es la historia de una campesina francesa que sigue los consejos de los ángeles para liderar su país contra los invasores británicos y que, acabada la contienda, es perseguida por la Inquisición. Otto Preminger la eligió entre 3000 candidatas, pero le dio un trato indeseable.

'Buenos días, tristeza' (1958)

El personaje al que dio vida en su segunda colaboración con Preminger, la hija de un diletante (David Niven), es una joven de fachada jovial y coqueta pero dotada de un lado oscuro y manipulador. Una adaptación del éxito de Françoise Sagan.

'Al final de la escapada' (1960)

En su día fue una de las primeras películas protagonizadas por una actriz estadounidense y, después de su estreno, la reputación de Seberg siempre fue mucho mayor en Francia que en su país natal. Jean-Paul Belmondo como 'partenaire' era un seguro en la taquilla.

'Lilith' (1964)

Encarnó a una joven esquizofrénica cuya belleza cautiva al psiquiatra que la trata (Warren Beatty), que se queda prendado de ella hasta el punto de ser incapaz de distinguir la locura d la cordura. Era, según manifestó la actriz en más de una entrevista, su película favorita. 

'La leyenda de la ciudad sin nombre' (1969)

Western musical lleno de situaciones disparatadas en el que interpretó a la esposa que un granjero (Clint Eastwood) y de un pendenciero y borrachín buscador de oro (Lee Marvin), que deciden , entre otras cosas, compartirla.