Pauline Kael: la mujer que se atrevió a opinar de cine

Un documental de TCM recupera la figura de la mítica crítica de 'The New Yorker'

zentauroepp52592157 pauline kael  may 11  1966   photo by anthony calvacca new y200305110009

zentauroepp52592157 pauline kael may 11 1966 photo by anthony calvacca new y200305110009 / periodico

Juan Manuel Freire

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las películas sobre críticos de cine no son exactamente un subgénero en sí mismas, pero es que pocos de ellos han sido tan influyentes y llevado vidas tan interesantes como Pauline Kael, la que fuera crítica de 'The New Yorker' desde 1967 y hasta 1991, cuando se retiró, diez años antes de morir por complicaciones asociadas al Parkinson.   

Una de las muchas personas a las que marcó fue Rob Garver, director, coproductor y montador de una de esas raras películas dedicadas a un crítico de cine: el documental 'Pauline Kael: el arte de la crítica', que TCM estrenará en exclusiva el próximo viernes, día 13, como parte de una programación mensual de huella claramente femenina.  

Garver vive ahora en Nueva York, pero creció en Boston y sus padres no leían 'The New Yorker'. Conoció los textos de Kael mientras estudiaba cine en la Universidad del Noroeste, en Evanston, en el estado de Illinois. "Recuerdo que me llamó la atención su reseña de 'El resplandor', porque a mí no me había gustado y a ella tampoco. Me hizo sentir un poco menos solo. Además, su reseña era directa, honesta e inteligente".

«¿Con qué más
trabaja un crítico,
si es honesto,
que con su propia respuesta?»,
opinaba sobre
su profesión

Así es: Stephen King no es la única persona a la que no le gustó 'El resplandor'. Kael era, ante todo, una librepensadora, una escritora de ideas propias y perspectiva única, que prefería su propio flujo de pensamiento a las corrientes de opinión. "¿Con qué más trabaja un crítico, si es honesto, que con su propia respuesta?", dice en el documental. "Lo otro es opinión académica u opinión del consenso. Eso implica dejar que otros te digan qué pensar, y significa que eres un tonto y que no tienes ningún propósito".

En sus propias palabras

En su documental, Garver deja que sean las palabras de Kael (leídas por Sarah Jessica Parker) las que cuenten la historia. Ese era uno de sus objetivos principales y no fue fácil de cumplir. "Debía ser ella quien contara su vida", explica. "Otra cosa no habría tenido sentido. Para ello necesitaba todo el material posible: cartas personales, archivos de vídeo, etcétera". Cuando se acercó a Gina James, hija de Pauline, para pedirle su beneplácito y su ayuda, se encontró en un primer momento con una negativa. "Gina ha protegido el legado de su madre. Le importa mucho, todavía hoy, cómo se la percibe y qué se dice sobre ella. Pero finalmente vio que mis intenciones eran buenas. E incluso se dejó entrevistar, algo no tan habitual".

James tiene sus motivos para ser precavida. A pesar de su talento indiscutible, su madre fue discutida y a veces vilipendiada desde diferentes flancos del mundo cultural, algo que puede doler, cansar. En sus comienzos, tuvo que defender el simple hecho de ser mujer en un oficio de hombres. Explica en la película: "Es muy difícil para los hombres aceptar la idea de que las mujeres pueden dar argumentos razonables".

«Para mucha
gente, leer sus
reseñas era tan
bueno como ver
las películas»,
dice el cineasta
Rob Garver

Con su estilo inquisitivo a la par que visceral, Kael podía levantar o dañar carreras. Su reseña laudatoria de 'Bonnie & Clyde' contribuyó a la construcción del Nuevo Hollywood casi tanto como Scorsese y De Palma, dos directores a los que admiró. Otros textos causaron otra clase de tumulto: 'Raising Kane', su introducción a una edición del guion de 'Ciudadano Kane', quitaba méritos a Welles y se los pasaba al coguionista Herman J. Mankiewicz, algo que el cineasta y crítico Peter Bogdanovich llama en el documental "un intento de masacrar a Welles".

Otras voces del documental son protegidos de Kael como el después cineasta Paul Schrader y David Edelstein; la crítica cultural Camille Paglia, o directores como David O. Russell y Quentin Tarantino, quien asegura haber quedado marcado por su visión de 'Banda aparte', de Godard. "Para mucha gente, leer sus reseñas era tan bueno como ver las películas", dice Garver. "Estos directores desarrollaron su amor por el cine leyendo lo que ella escribía".

¿Habría sido feliz Kael en el 2020, cuando parece que 280 caracteres bastan e incluso sobran para analizar algo? "¡No, en absoluto! Sus textos eran otra cosa: ella se centraba en algo y no paraba hasta haberlo explorado desde todos los ángulos. Antes que crítica, era escritora".