UNA SAGA QUE DA QUE HABLAR

La famila Getty se siente atacada

Al milmillonario clan no le ha sentado bien que se aireen sus miserias en el cine y en la tele

August Getty y Nats Getty Williams, en una imagen del 2015

August Getty y Nats Getty Williams, en una imagen del 2015 / periodico

NOELIA SASTRE

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Los Getty son conocidos por muchas cosas. Sobre todo por la fortuna que el patriarca hizo con el petróleo en la primera mitad del siglo XX, pero también por el museo en Los Ángeles, el centro de investigación, el instituto de conservación, la agencia de fotografía, las generosas donaciones a distintas causas y las tragedias que desde los años 70 han azotado a esta dinastía americana con 28 miembros de varias generaciones. Sus 5.000 millones de dólares colocan a este clan entre los 50 más ricos de Estados Unidos. Y, como suele ocurrir en estos casos, la excentricidad, las drogas y los suicidios salpican una historia familiar de difícil digestión para los protagonistas, con el añadido de un secuestro en 1973 en Italia que acabó con la oreja cortada del nieto de J. Paul Getty, conocido en Roma como «el hippie dorado», que entonces tenía 16 años. 

Aquel episodio se ha contado de dos formas en los últimos meses. Como película dirigida por Ridley Scott, titulada 'Todo el dinero del mundo' ('All the money in the world') y protagonizada por Christopher Plummer en sustitución de Kevin SpaceyMichelle Williams Mark Wahlberg. Como serie de FX, 'Trust', con Donald Sutherland y Hilary Swank al frente. La codicia, la tacañería y la disfuncionalidad están muy presentes en ambas. 

Otro relato

Y claro, la familia no está contenta. Por eso Ariadne Getty, nieta, hija y hermana de J. Paul Getty I, II y III, respectivamente, ha recibido a un reportero de 'The New York Times' en su casa de 24 millones de dólares en Beverly Hills para explicarle que quiere cambiar el relato «de lo que están contando sobre nosotros, porque nuestra familia está siendo atacada». «Soy muy introvertida y súper tímida; esta no es mi zona de confort», dice Getty al diario neoyorquino, en una confesión similar a la que hizo su hermano tras el famoso secuestro en los 70 a la revista 'Rolling Stone'. El periodista observa un ligero acento italiano en esta mujer nacida en Roma hace 55 años. Tenía 11 cuando su abuelo pagó tres millones de dólares por la liberación de J. Paul Getty III, tras reducir el precio del rescate. 

En su intención de mostrarse totalmente volcada con la lucha por los derechos LGTBQ, a Ariadne Getty le acompañan sus hijos August y Nats (foto en cabeza). Los dos gais. Él diseñador de moda, ella artista. «Es asqueroso. Nos están demonizando», dicen los hermanos de 24 y 25 años. «No representa nuestros valores», repiten sobre la serie de FX, cuya segunda temporada quieren frenar a toda costa. Para ello han contratado al abogado más agresivo de Hollywood, que ya prepara su batalla contra la cadena.

Obsesión por el dinero

Pero para entender de dónde vienen hay que retroceder hasta el abuelo, conocido por su obsesión con el dinero y los negocios, coleccionista de arte y de mujeres. Se casó cinco veces, tuvo cinco hijos. Dejó 660 millones de dólares al Museo Getty tras su muerte, en 1976. Veinte años antes puso en marcha el J. Paul Getty Trust, la institución artística con más fondos del momento, que opera la fundación y los institutos de investigación y conservación. 

«Es asqueroso. Nos están demonizando», se lamentan los hermanos August y Nats Getty

Los hijos y nietos heredaron su pasión por el arte. Gordon como compositor y filántropo. J. Paul Getty II como uno de los grandes benefactores de los museos británicos. Tras una juventud de fiestas, drogas y alcohol entre Italia y Marruecos, tres matrimonios y la muerte por sobredosis de su segunda esposa, se instaló en Reino Unido, donde consiguió la nacionalidad en 1997 y donó varios millones al partido conservador antes de morir en el 2003. Getty II tuvo cinco hijos. La vida del mayor estuvo siempre marcada por las secuelas del  secuestro. Murió en el 2011 en una silla de ruedas. Mark fundó Getty Images y, como su padre, dona parte de su fortuna a la National Gallery de Londres. Su nieto Balthazar, actor y expareja de Sienna Miller, está en la junta directiva de The Lunchbox Fund, ONG que reparte comida en los colegios de Soweto.

Contra Trump

En su conversación con el diario neoyorquino, los hijos de Ariadne Getty dicen sentirse atacados por una Administración, la de Trump, que mina los derechos de gais y transexuales. Su madre ayuda a la causa con apoyo financiero a organizaciones LGTBQ como Glaad. 

«Estoy aterrorizada con el odio que se ha destapado con este gobierno. Muchos que antes no se atrevían a decir nada demuestran ahora su rechazo a esta comunidad discriminada. Me enfurece tanto que no puedo dormir». Además de donar millones de dólares al Centro LGTB de Los Ángeles, Getty ha aportado 15 millones a Glaad para crear un instituto que entrena a voluntarios en Estados Unidos. El objetivo es utilizar las redes sociales en favor de la igualdad y contra la homofobia. A principios de año viajó hasta Suiza para presentar, en el Foro Económico de Davos, una investigación que demuestra cómo está descendiendo la aceptación social de la homosexualidad. 

Ariadne solo habla de sus causas. Silencio total sobre la familia, aunque una portavoz asegura que mantiene una relación cercana y cordial con el resto del clan. Cuando le preguntan por qué ha elegido involucrarse a este nivel con Glaad (está en la junta directiva y será la anfitriona en las cenas para recaudar fondos en todo el mundo) afirma que necesitaba derribar sus propios muros. «He dicho que no tantas veces, que me he sentido aislada, sola». La complicada vida de los Getty.