Comercio

El Sant Joan de la inflación: menos petardos en oferta, pero más producto local

Comercios y feriantes autónomos ya podrán cobrar a los clientes solo con el móvil

La inflación baja en mayo al 3,2%, su menor nivel en casi dos años

Barcelona. 15.06.2023. Economía. Tienda de petardos junto al Arc de Triomf. Fotografía de Jordi Cotrina

Barcelona. 15.06.2023. Economía. Tienda de petardos junto al Arc de Triomf. Fotografía de Jordi Cotrina / JORDI COTRINA

Paula Clemente

Paula Clemente

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Llevan tres semanas en marcha y, pese a saber que en este negocio todo depende del último momento, las sensaciones son buenas: después del Sant Joan de recuperación que se vivió el año pasado, la industria catalana de los petardos encara la recta final de la campaña de 2023 con la impresión de que consolidará lo logrado y que esquivará una plausible caída del consumo asociada a la inflación. Cialfir, compañía que opera sus tiendas y casetas bajo el nombre de La Traca, trabaja con la previsión de vender este año en conjunto un 20% más que el pasado. Por su lado, Petardos CM espera facturar también un 20% más y prevé, como única gran diferencia perceptible para el consumidor, que los petardos estén más caros que otros años (aunque no más que el año pasado, cuando el sector ya había tenido que encajar el gran incremento de costes) y que bajen considerablemente las ofertas.

“Este es un sector que tiene mucho gasto: parece un negocio puramente ambulante y no lo es, detrás de cada caseta hay un almacén, un vendedor que cada mañana sale con el material, que lo lleva a mucha distancia, que monta y desmonta su caseta… y todo ha subido: gasoil, tasas, transporte o el propio petardo”, introduce el gerente de Petardos CM y portavoz de la Associació de Fabricants i Majoristes de Pirotècnia de Catalunya (Afimac), Josep Maria Vilardell. “Todo esto incide en el precio del petardo”, resume.

La situación está, sin embargo, algo mejor que el año pasado, cuando un contenedor de transporte marítimo de pirotecnia pasó de costar alrededor de los 8.000 o 10.000 euros a los 40.000 euros. Este año, la cifra no está tan elevada, pero tampoco ha bajado hasta su precio original. De ahí que el petardo no vaya a estar más caro que el año pasado, pero tampoco vaya a recuperar su precio prepandémico.

También influye que este sea un sector con una fuerte dependencia de China, mercado del que lo importaba prácticamente todo. Ahora, con este país asiático aún adoleciendo de un largo cierre de fronteras y una recuperación más lenta de lo previsto, la producción está volviendo a España. Cialfir, por ejemplo, ha sacado del país asiático un 10% de su producción y lo ha repartido entre Albania, Suiza y España.

Una caseta de venta de petardos en la zona de Arc de Triomf, en Barcelona.

Una caseta de venta de petardos en la zona de Arc de Triomf, en Barcelona. / JORDI COTRINA

Esta tendencia, que ‘a priori’ es una buena noticia, a la práctica implica menos disposición de material de momento y, consecuentemente, menos voluntad de poner mucho lote en oferta, para no correr el riesgo de quedarse sin y haber vendido mucho más barato de lo que se podía.

Pero hasta aquí el efecto de la inflación. “Cuesta que notemos este tipo de crisis, porque este sector se nutre de mucha gente comprando poco”, explica Vilardell. Más en Catalunya, que concentra todo el negocio los días antes de Sant Joan y, en menor medida, en Nochevieja. Así, mientras que en España tanto él como otros fabricantes han percibido una caída de las ventas entre enero y mayo, Petardos CM espera vender este año los días previos a esta fiesta por valor de 12 millones de euros, un 20% más. Cialfir, que terminó el año pasado con unos ingresos de 16,5 millones de euros, espera terminar el año sobre los 20 millones.

Compra de último minuto

"El objetivo es consolidar los niveles de antes de la pandemia: el año pasado el sector igualó cifras, pero con los costes mucho más altos", plantea el consejero delegado del grupo Cialfir, Jordi Brau, confiado en que este año la zona de costa responda mucho mejor y en que el público se siga volcando en los petardos de baja sonoridad que han convertido en marca de la casa.

Eso sí, hasta el último minuto no sabrán si van a lograrlo: aproximadamente tres cuartas partes de las ventas se concentran en los últimos dos días, así que pueden verse muy influidas por acontecimientos de último momento como una previsión de tormentas.

También por la euforia del último minuto. “Es una compra de impulso, hay mucha gente que pasa semanas repitiendo que este año no tirará petardos pero al final se anima y compra, por eso [y porque la gente teme almacenarlos en casa] la mayor parte del gasto se hace estos dos últimos días”, concluye Vilardell.