Una revolución industrial sin tregua

Lo que debía ser una mesa redonda sobre Industria 4.0 comenzó siendo rebautizada. Porque, de entrada, los participantes en este evento organizado por El Periódico comenzaron validando la tesis de Pere Navarro, delegado especial del Estado del Consorci de la Zona Franca: Esto va tan rápido, que ya deberíamos subir un peldaño y empezar a hablar de Industria 4.5. 

La mesa de expertos tuvo lugar en el DFactory Barcelona, ecosistema de innovación para empresas punteras que promueve la atracción de talento, tecnologías e inversión. En estas instalaciones –que en el futuro se ampliarán a un nuevo conjunto de edificios de 75.000 metros cuadrados– se reunieron junto a Navarro, Paulina Juárez, vicepresidenta sénior en España y Portugal de Kion Group; Ronen Zioni, director ejecutivo de Excelencia Tech; Colin Poutiers, soporte de ventas en OnRobot; José María Cabrera, director general del centro CIM UPC; y Blanca Sorigué, directora general del Consorci de la Zona Franca.

Navarro abrió el encuentro intentando responder a las dudas e incertezas que suscita esta nueva e imparable revolución industrial. “La incertidumbre sobre el cambio es algo que siempre ha existido. Solo hay que recordar cuando, en el siglo XIX, los obreros quemaron la Fábrica Bonaplata de Barcelona al ver amenazado su trabajo por la entrada de nuevas máquinas”. […] “Nuestra misión ahora –tanto desde el sector público como desde el privado– es acompañar a la sociedad para que se adapte a estas nuevas circunstancias, que no solo afectan a la actividad económica, sino también a nuestra forma de vivir y convivir en sociedad”.  

«Nuestra tarea ahora es acompañar a la sociedad para que se adapte a estas nuevas circunstancias»

Pere Navarro

— Delegado especial del Estado en el Consorci de la Zona Franca

Tomó el relevo Juárez, para incidir en cómo afecta a la mano de obra este nuevo ecosistema industrial: “Todas aquellas tareas repetitivas, que requieran esfuerzos físicos o impliquen un riesgo para la salud o la seguridad serán puestos que intentaremos automatizar y digitalizar de forma prioritaria”. Y más que un riesgo, ella lo ve como una oportunidad, “porque cada vez hay menos trabajadores interesados en ocupar dichos puestos”. Para la ejecutiva, “las empresas tienen la responsabilidad de lograr que esa transformación se realice de una forma paulatina, táctica y natural, acompañando a los trabajadores en la reconversión de sus puestos. Porque hay maneras de hacerlo bien”.

«Hay que enseñar a utilizar la inteligencia artificial de una manera responsable, ética, con transparencia y espíritu crítico»

Paulina Juárez

— Vicepresidenta sénior en España y Portugal de Kion Group

Y esta transformación de puestos de trabajo debe ser transversal a todos los niveles de la empresa. “A veces son los propios equipos directivos los que deben evolucionar y abrazar los nuevos tiempos. Deben entender, por ejemplo, que hoy día el gran capital de las empresas son los datos y, por lo tanto, sus líderes deben priorizar su correcto uso y gestión”, añadió Blanca Sorigué.

«Los equipos directivos deben entender que hoy día el gran capital de las empresas son los datos»

Blanca Sorigué

— Directora general del Consorci de la Zona Franca

La formación

La transformación de los puestos de trabajo implica también cambios en los currículos de los estudiantes. “Las nuevas generaciones ya se están preparando para esta evolución. De hecho, si alguien se matricula en una carrera de ortodoncia, ya sabe que tendrá que aprender diseño 3D, impresión 3D o escaneo, por ejemplo”, anotó Ronen Zioni. 

«Si alguien se matricula en ortodoncia ya sabe que tendrá que aprender escaneo y diseño e impresión 3D»

Ronen Zioni

— CEO de Excelencia Tech

Pero para hablar de la transformación de la universidad, nadie como José María Cabrera. Para el catedrático del departamento de Ciència i Enginyeria de Materials de la UPC “la clave de todo esto es lo rápido que avanza”. Demasiado rápido, en su opinión. “Porque no se puede absorber todo ese volumen de conocimiento. De alguna manera, esto tiene que alcanzar una saturación; si no lo llevamos a una escala humana, empezaremos a tener problemas”. Y mencionaba Cabrera un artículo donde se explicaba que, dentro de 15 años, lo que se enseñase por la mañana estaría obsoleto por la tarde. “Si esto es así, ¿qué estructuras vamos a tener para transmitir la información? Aquí tenemos todo un reto para las universidades”.

De entrada, los planes de estudios también irán evolucionando. Para Colin Poutiers, deberíamos empezar a implementar de una forma más efectiva el concepto de formación continua. “Ya no sirve hacer una formación inicial y punto. La rápida evolución de la sociedad, de la tecnología, de las herramientas y la oferta, nos obliga a ir implementando formación adicional a lo largo de toda nuestra vida laboral”. 

«¿Va a ayudarnos la Industria 4.0 a resolver la brecha existente entre los países ricos y los más pobres?»

José M. Cabrera

— Director general del centro CIM UPC

Para Paulina Juárez, la fórmula educativa ideal debería constar de un currículo base que sirva para adquirir algunas aptitudes impresdincibles –como “matemáticas, habilidades analíticas, o espíritu crítico”–, para luego ir hacia sistemas modulares, que nos ayuden a especializarnos. “Esa modularidad se combina, además, con las posibilidades que nos brinda la formación a distancia, en línea con esa sociedad cada vez más pluridisciplinar y colaborativa hacia donde vamos”.

Inteligencia artificial

A continuación, la charla puso el foco en el concepto de inteligencia artificial, que en poco tiempo se ha colado en nuestras vidas, despertando tanto interés como resistencias. “Es peligrosa –decía Zioni–, porque va a acabar con muchos puestos de trabajo”. Y tomaba el relevo Poutiers: “A día de hoy, toda IA funciona mediante unos datos previos existentes, no genera nada nuevo. Además de la pérdida de empleo, para mí el gran límite de la IA es que desaparezcan la creatividad o las nuevas ideas”. Algo que Navarro cuestionaba, recordando que, hace poco, fue necesario desconectar dos máquinas que habían empezado a comunicarse en un lenguaje propio.

«La rápida evolución de la sociedad nos obliga a ir implementando formación adicional a lo largo de toda nuestra vidal aboral»

Colin Poutiers

— Soporte de ventas EMEA de OnRobot

Además, para Juárez, el otro límite de la IA está en el sesgo de información. “Estamos entrenando a un robot para darnos respuestas. Pero, ¿en base a qué datos lo estamos haciendo? ¿Son datos orientados a una filosofía política o económica? ¿Son datos discriminatorios? Hay que enseñar a utilizarla de manera responsable, ética, con transparencia y espíritu crítico”. En este sentido, apostillaba Cabrera, “quizás ahora se vuelvan más interesantes algunas materias dejadas de lado, como la filosofía o la ética”.

En cualquier caso, la de la inteligencia artificial es otra de las carreras que ya parece imparable, a tenor de las cifras aportadas por Blanca Sorigué: “Solo el año pasado se crearon 637 nuevos unicornios –empresas valoradas en, al menos, mil millones de euros– de inteligencia artificial. Es una guerra entre Estados Unidos y Asia. Y pararla es imposible. Así que mejor llevarse bien con ellos”.

Oportunidades

En la última parte de la mesa redonda los participantes enumeraron aplicaciones prácticas de las nuevas tecnologías en el ámbito industrial. Poutiers echó mano de la experiencia de su propia empresa: “Tenemos clientes cuya producción, en algunos momentos, les provoca cuellos de botella en determinadas fases, como por ejemplo el paletizado. Este proceso –que cada vez desean hacer menos personas– puede ser realizado por robots, con mayor nivel de eficiencia”. 

Por su parte, explicó el portavoz de la UPC, la impresión 3D tiene cada vez más aplicaciones, como la fabricación de modelos quirúrgicos o de implantes personalizados, la reparación de componentes para la automoción, la impresión de cemento (que permite construir mucho más rápido que el cemento tradicional) o la generación de nuevos materiales con interesantes propiedades mecánicas”.

Zioni habló entonces de las nuevas oportunidades que representa la fabricación aditiva (con polímeros, pero ahora también con metal) en el ámbito del prototipado: “Antes, cuando conseguías tener un prototipo, quizás ya estaba obsoleto, y tenías que comenzar de nuevo. Ahora, en cambio, podemos tener procesos de prototipado mucho más rápidos y competitivos”.

Y todo esto sin olvidar los Objetivos de Desarrollo Sostenible adoptados por las Naciones Unidas en el 2015, según recordó Pere Navarro. En este punto, Juárez también se mostró optimista: “La IA, por ejemplo, nos puede servir para gestionar mejor los recursos, optimizar las operaciones de la cadena de suministro y acabar reduciendo las emisiones de carbono”. Y, desde el punto de vista de la salud, “ahora tenemos nuevas oportunidades para detectar enfermedades en estados muy incipientes o incluso antes de que se manifiesten, así como ser atendidos por especialistas a distancia”.

Antes de finalizar, Pere Navarro lanzó un comentario crítico y realista ante el actual paradigma, recordando que “no todo el mundo puede acceder a estas tecnologías, y eso aumenta el riesgo de brecha social, e incluso generacional”. Subió la apuesta José María Cabrera: “Y si en nuestro mundo occidental ya hay riesgo de brecha, imagínate entre los países ricos y pobres. No hay que olvidar que nuestro entorno es una parte muy pequeñita de los 8.000 millones de habitantes que tiene el planeta. Más de la mitad de la población no tiene para comer, y eso ya lo podríamos haber solucionado sin la Industria 4.0. ¿Va a ayudarnos esta a resolverlo?”. Melón abierto.