Las mujeres queremos los mismos derechos

El derecho a la igualdad de mujeres y hombres ha sido reconocido legalmente desde hace tiempo en nuestro marco jurídico, pero ni es efectivo en todas las esferas de nuestras vidas ni es igual para todas las mujeres. Con motivo del Día Internacional de las Mujeres, el Institut Català de les Dones (ICD) divulga la campaña ‘Volem els mateixos drets. #NoCallis #Som8deMarç’, que pone el foco en las desigualdades de género existentes en el entorno laboral y, por ende, la necesidad de la denuncia de la injusticia y la reivindicación por la igualdad. 

Se visibilizan las desigualdades laborales y su relación y causa con el reparto desigual de los trabajos de cuidado, ya que la media de horas semanales que dedicamos las mujeres a las tareas domésticas son casi el doble de las que dedican los hombres; mientras que las excedencias laborales para cuidar a familiares están protagonizadas por mujeres, en un 91%, y tan solo un 9% por hombres.  

En el marco de esta conmemoración y campaña, el ICD ha publicado el estudio ‘Les dones a Catalunya 2020’, realizado por el Observatori de la Igualtat de Gènere. El dossier también revela, en relación con las categorías profesionales, que las mujeres tan solo ocupan un 35,4% de los cargos de dirección frente a un 64,6% de los hombres. En contraste, las titulaciones universitarias del curso 2017-2018 fueron obtenidas un 57,2 por mujeres y un 42,8% por hombres. Las cifras de paro en Catalunya en el 2019 son determinantes, ya que el 42,9% de personas en el paro son hombres y el 57,1% mujeres. 

La visibilización de datos estadísticos irrefutables ayuda a enderezar estos desequilibrios y a crear un debate transformador. Aún se siguen los estereotipos sexistas en el momento de escoger estudios y trabajos: por ramas de actividad, las mujeres se dedican en mayor medida a la sanidad y a los servicios sociales (13,5%) y al comercio al detalle (13%), mientras que los hombres se dedican a la construcción (9,7%) y al transporte (8,7%). También, según datos del 2018 –los últimos disponibles–, las mujeres son más pobres, ya que la tasa de riesgo de pobreza en Catalunya es de un 21,3% para toda la población, del 24,1% para las mujeres y del 18,4% para los hombres, casi un 6% menos. 

Pese a los progresos hechos hasta el momento, la igualdad entre mujeres y hombres en la vida cotidiana aún no es una realidad. En la práctica, persisten las desigualdades políticas, económicas, sociales y culturales y los datos así lo demuestran. En el ámbito laboral, pese a los esfuerzos para eliminar la brecha salarial, la diferencia entre el sueldo medio de los hombres y de las mujeres aún es de un 23%. La brecha salarial más elevada la encontramos en las ocupaciones más feminizadas, donde la diferencia llega a un 32,6%.

Estas desigualdades conducen a muchas mujeres a la precariedad, siendo la pobreza una situación feminizada, ya que afecta a una de cada cuatro mujeres en Catalunya. En el último año la brecha del riesgo de pobreza ha aumentado más de cuatro puntos. 

Catalunya, en novena posición en el Índice de Igualdad de Género de la Unión Europea

El Observatori de la Igualtat de Gènere y el Idescat han calculado este índice basándose en 31 indicadores de igualdad de seis dimensiones: trabajo, dinero, conocimiento, tiempo, poder y salud. Catalunya tiene un índice de igualdad de género de 70,9 puntos sobre 100, parecido a la puntuación del conjunto de España (70,1) y superior en 3,5 puntos a la de la media de la Unión Europea (67,4).El índice cuantifica de 1 a 100: 1 es la máxima desigualdad y 100 la máxima igualdad.

Plan de igualdad

Este 8 de marzo tenemos que explicar que queda trabajo por hacer. La principal herramienta que tenemos para avanzar en igualdad efectiva de género y para la erradicación de la violencia machista desde la administración de la Generalitat es el ‘Pla estratègic de Polítiques d’Igualtat de Gènere 2019-2022’. Este plan contiene 300 actuaciones e integra el ‘II Programa d’Intervenció Integral Contra la Violència Masclista 2019-2022’.

Los seis ejes de acción son la coeducación y la promoción de valores y modelos igualitarios; la promoción de la equidad en el trabajo y la corresponsabilidad en los usos del tiempo; la prevención y la erradicación de las violencias machistas; la participación política y social y el empoderamiento personal y comunitario de las mujeres; la visibilización de las mujeres y comunicación no sexista y la transversalización de la perspectiva de género en las políticas públicas.