Lluvia de estrellas 2024: a qué hora y cómo ver las cuadrántidas hoy

La lluvia de cuadrántidas es una lluvia de estrellas que ocurre cada año en enero, convirtiéndola en la primera lluvia de meteoros visible en el hemisferio norte. Son conocidas por ser una de las lluvias de estrellas más intensas y breves.

Es visible entre el 28 de diciembre y el 12 de enero, y su momento de máxima actividad sucede hacia el 3 y 4 de enero cada año. En esas fechas, la Tierra vuelve a recorrer una zona de su órbita donde se encuentran los restos del asteroide 2003 EH. A su paso, las partículas de hielo, polvo y rocas que entren en contacto con la atmósfera terrestre provocan los destellos sobre el firmamento conocidos como cuadrántidas.

El fenómeno, considerado como la lluvia de estrellas más espectacular del año por la frecuencia de meteoros por hora (de 80 a 100), tiene el día de su pico, es decir, la noche del 3 al 4, tasas de hasta 120 meteoros por hora.

Visión difícil

Sin embargo, la luna en cuarto menguante dificultará la visión, según destacan los principales observatorios astronómicos.

El nombre cuadrántidas proviene de la constelación obsoleta Quadrans Muralis -Cuadrante mural-, designada así por el astrónomo francés Jerome Lalande en 1795, que ya no está oficialmente reconocida por la Unión Astronómica Internacional como una constelación individual. Fueron descubiertas por primera vez en 1835 por el astrónomo belga Adolphe Quetelet, quien identificó el radiante -es decir, el punto en el cielo desde el cual parecen provenir- de la lluvia de meteoros en la constelación de Cuadrante mural, cerca de la estrella brillante Beta Ursae Minoris (Osa Menor) -en la constelación de Boötes (el Boyero)- y cerca de la cola de la Osa Mayor.

Observación

Aunque la constelación de Cuadrante mural ya no se considera oficialmente una constelación, el nombre cuadrántidas se ha mantenido para referirse a esta lluvia de meteoros.

A pesar de que la luna en cuarto menguante dificultará la visión, para observarlas es recomendable situarse en un lugar oscuro y lejos de la contaminación lumínica de las ciudades, y en las primeras horas de la noche, ya que la luna tiende a ser menos luminosa durante ese periodo, lo que facilita la observación de los meteoros.