Evolución

Inutilidad humana: estas partes de tu cuerpo no sirven para nada

Los primeros humanos y los simios africanos evolucionaron juntos en Europa

El cerebro y el genoma humano evolucionaron a la vez

El cerebro y el genoma humano evolucionaron a la vez / FRANCINA CORTÉS

Eduardo Calle

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Suele decirse que el cuerpo humano es una máquina perfecta, hasta el punto que ni siquiera nosotros mismos seríamos capaces de crear un sistema tan complejo y a la vez tan eficiente. Aunque hay parte de verdad en esta afirmación, lo cierto es que entre todos estos mecanismos, fruto de cientos de miles de años de desarrollo, se esconden algunas imperfecciones.

Aunque la evolución se encarga de suprimir según qué partes en función de su utilidad, hay un pequeño grupo que han 'sobrevivido' al paso de las diferentes especies de homínidos por el hecho de no molestar, de no suponer un obstáculo para el correcto funcionamiento vital del organismo.

En esta categoría, tan reducida como curiosa, se encuentran los siguientes elementos:

Apéndice

Seguro que es el primer ejemplo que se te ha venido a la cabeza. Se cree que esta terminación del intestino grueso contribuía en el proceso de digestión de algunas especies vegetales y que, una vez diversificada nuestra dieta, perdió su utilidad. No obstante, hay teorías que defienden que esta pequeña bolsa desempeña una importante función en la reserva de bacterias.

Muelas del juicio

Otro ejemplo en boca de todos –o casi todos, nunca mejor dicho– son las muelas del juicio. Se cree que en su origen estos dientes servían para triturar las carnes y alimentos más duros. De nuevo, los cambios en nuestra dieta dieron pie a que estas piezas dentales quedasen desfasadas y, en ocasiones, se deba intervenir para retirarlas.

Tercer párpado

Seguro que alguna vez te has preguntado para qué sirve la esquina de los ojos. Cerca de lo que popularmente se conoce como lagrimal se encuentra el 'tercer párpado': estructura que en animales como el cocodrilo desempeña una importante función a la hora de mantener hidratados los globos oculares y protegerlos.

Coxis

La lista sigue con estas cuatro vértebras ubicadas en la parte inferior de la columna, que son la demostración de que varios milenios atrás, cuando todavía éramos primates, tuvimos cola. Sea como sea, esta pieza ósea conserva una mínima funcionalidad estructural, aunque resulte totalmente prescindible.

Músculo piramidal

Parecido al caso anterior, también persiste el músculo piramidal, cuya función original era la de facilitar la movilidad de los músculos cuando todavía éramos seres cuadrúpedos. Ubicado en la parte inferior del abdomen, este músculo no está presente en alrededor del 20 % de la población actual.

Músculo palmar largo

Un porcentaje parecido se repite en el músculo palmar largo. En torno al 10 % de la humanidad carece de él hoy día y se cree que servía a la hora de trepar o desplazarse entre los árboles.

Músculos extrínsecos del pabellón auricular

Por último, el sistema auditivo también ha sufrido importantes transformaciones en este sentido, aunque estos músculos, encargados de mover las orejas, se han conservado. Así pues, más allá de ser algo curioso y una habilidad oculta de algunas personas, este 'talento' ya no desempeña función evolutiva alguna.