Hélice

Un análisis se adentra en las proteínas responsables del sentido del tacto

PIEL HUMANA

PIEL HUMANA / periodico

Pere Puigdomènech

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De nuestros sentidos, el del tacto tardó mucho en ser estudiado en detalle, tal vez porque está distribuido por todo el cuerpo. Hace un tiempo se descubrió el mecanismo por el que las células de los mamíferos detectan que hay una presión mecánica sobre ellas. Ahora se publican los detalles de su funcionamiento a nivel atómico. La proteína responsable, una de las mayores conocidas, tiene una estructura muy sorprendente.

Lo que publican simultáneamente tres grupos norteamericanos y chinos es la estructura a nivel atómico, resuelta por microscopía electrónica a baja temperatura, de las proteínas piezo1 y piezo2 (de la palabra griega que significa "presión"), que son las que permiten a las células detectar que están bajo presión mecánica y transmitir la información. Es una proteína que está inmersa entre los lípidos de la membrana celular. Tiene una estructura central que puede permitir que la atraviesen átomos con carga eléctrica (iones) del exterior al interior de la célula. Alrededor de este canal hay tres brazos que son como las palas de la hélice de los motores de barco. Se supone que cuando hay una presión mecánica sobre la célula, los brazos se deforman y hacen que el canal central se cierre interrumpiendo el tráfico de iones. Esto crea una señal eléctrica en la membrana celular que da lugar a un impulso nervioso.

Las proteínas piezo permiten entender la forma en que las células de los mamíferos detectan que sobre ellas hay una presión mecánica. Intervienen en el sentido del tacto en nuestra piel, pero también en otros procesos como la respiración. Se sabe que hay enfermedades genéticas que producen un sentido del tacto defectuoso y tienen su origen en variantes de estas proteínas. Es una hélice flotante en la membrana de nuestras células la que detecta un puñetazo, pero también el contacto suave sobre la piel de una caricia.