La mala suerte del mallorquín

Enric Mas deja el Tour por covid en el peor año del ciclismo español

El ciclista de Artà ocupaba la 11ª plaza de la general y sumaba puntos que valen oro para que el Movistar se aleje de la zona de descenso de categoría.

Enric Mas

Enric Mas / MOVISTAR TEAM / SPRINT CYCLING AGENCY

Sergi López-Egea

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Cuando Christophe Laporte levantó los brazos bajo el horno de Cahors como ganador de la antepenúltima etapa del Tour, Enric Mas volaba desde Toulouse a Mallorca después de abandonar la ronda francesa tras dar positivo de covid en un control interno del Movistar. Se cerraba así, salvo milagro absolutamente improbable, este fin de semana, una Grande Boucle horrible para el ciclismo español, con los peores datos desde que Alberto Fernández llegó en 1981 en la 21ª plaza de la general.

Mas decidió ayer no seguir en la carrera, aunque lo podía hacer, ya que sin síntomas de la enfermedad la UCI (Unión Ciclista Internacional) le permitía mantenerse en la prueba. Sin embargo, él ya explicó en Dinamarca, que si daba positivo se iba para proteger su salud y la de los compañeros de pelotón. 

Primero, Erviti

Fue el segundo positivo del Movistar, puesto que el jueves Imanol Erviti tampoco superó las pruebas internas del equipo. Desde el inicio de la carrera 14 corredores han dejado el Tour debido a la pandemia. 

Al conjunto de Telefónica le habría gustado que Mas llegase el domingo a París porque tienen un gravísimo problema de puntos y son en estos momentos el último conjunto que se mantiene en la primera división del ciclismo. Los equipos reciben puntos por los puestos conseguidos y los 150 que habría sumado por la 11ª plaza del mallorquín eran como agua bendita en el año en el que la UCI decidió que dos escuadras perdieran la categoría y otras dos ascendieran al máximo nivel.

Por las desgracias de Mas, en un año terrible para él, el Movistar ha dejado de sumar 740 puntos al menos que el corredor habría amarrado de no haber caído en Tirreno-Adriático, Itzulia y Dauphiné . Si ahora acabase la temporada el Lotto belga y el Israel serían los equipos que perderían la categoría, plazas que ocuparían el Alpecin de Mathieu van der Poel y el Arkéa de Nairo Quintana.

En el alambre

Sin embargo, el Movistar está en el alambre. Para ellos perder la categoría sería un drama puesto que en 2023 termina el contrato con Telefónica. Un descenso les obligaría a concurrir a las principales carreras con una invitación. La de la Vuelta estaría asegurada, pero no así la del Giro y menos aún la del Tour, a pesar de que juega a su favor el hecho de ser el único conjunto con denominaciones diferentes que ha corrido de forma ininterrumpida las 40 últimas ediciones de la Grande Boucle. Pero, claro está, una 'wild card' al Movistar significaría dejar fuera a una escuadra francesa, algo muy complicado.

Todo se solucionará si el Movistar realiza el buen papel que cada año interpreta en la Vuelta (del 19 de agosto al 11 de septiembre). Para ello esperan recuperar mentalmente a Mas, con pánico en las bajadas. El jueves, en Hautacam, un Enric Mas con la voz entrecortada reconoció que tenía un problema con los descensos. "Desde la caída en el Dauphiné tengo un miedo interno que me cuesta superar y lo estoy arrastrando todo el Tour. Espero solucionarlo antes de la Vuelta". Ha recurrido a un psicólogo y a un especialista en descensos. Pero sigue sin resolverlo.  

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