El Tourmalet
14 de julio en el Tour de Francia
En el día de la Fiesta Nacional francesa muchos ciclistas no le perdonan a Van der Poel que los llevara al límite durante la primera semana y luego se fuera para casa.
Sergi López-Egea
Periodista
Periodista especializado en ciclismo desde 1990. Ha seguido regularmente el Tour como enviado especial desde 1991 al igual que la Vuelta, varias ediciones del Giro, la Volta y Mundiales de la especialidad. Autor de los libros 'Locos por el Tour' (con Carlos Arribas y Gabriel Pernau, RBA), 'Cumbres de leyenda' (con Carlos Arribas, RBA y reedición en Cultura Ciclista), 'Cuentos del Tour', 'Cuentos del pelotón', 'Cuentos del equipo Cofidis' y 'El Tourmalet', todos ellos de Cultura Ciclista.
Al sur de los Pirineos la fecha del 14 de julio pasa desapercibida menos para los franceses que residen en España. Aquí, en cambio, no un día cualquiera, y en el Tour es muy especial. Siempre que puede la organización programa una etapa importante; este año, la reina, y siempre que pueden los ciclistas franceses hacen un esfuerzo extra para levantar los brazos en el día de la libertad, la igualdad y la fraternidad.
En Francia es imposible no enterarse que este miércoles es el 14 de julio, la Fiesta Nacional, festivo con las autopistas llenas, colapsadas y con más gente que otros días en la ruta del Tour, aunque sin la mascarilla puesta aunque se aconseje cuando no se puede mantener la distancia de seguridad. Esta noche, a televisión pública retransmite los fuegos artificiales desde la Torre Eiffel y luego se estrena una serie que ambienta el París revolucionario de 1789. Y, un poco antes, la etapa del Tour, que mantiene en el país unas magníficas cotas de audiencia televisiva retransmitiéndose todo lo que sucede desde el inicio hasta la llegada.
.
Llegó Panoramix
Por eso, este miércoles, la subida a la cima de Porte está tomada por los aficionados. Hasta llama la atención el disfraz, por una vez con gracia, de Panoramix con bidones preparados a base de poción mágica... o por lo menos es lo que promete.
La gente tenía ganas de que por fin una etapa acabase arriba en la montaña, en un Tour con las piernas más cansadas que otros años. Y es que algunos ciclistas no le perdonan a Mathieu van der Poel que los llevara durante la primera semana a un ritmo salvaje, con el cuchillo en la boca, sin un kilómetro de reposo, nunca bajando de los 40 kilómetros por hora y con buena parte de los corredores caídos en combate, aunque esta última circunstancia no era por su culpa. Y no le perdonan que luego se largara para preparar los Juegos, mientras el resto está ahora que no se aguanta, con el depósito en reserva y pagando el esfuerzo de los primeros días de competición.
La tercera semana
Porque, evidentemente, no es lo mismo afrontar el Tour pensando en que solo se estará una semana en acción, que tener que regularse, sea cual sea el objetivo con la intención de llegar a París después de 21 etapas; unos, luchando por la general y otros ayudando a sus líderes a que cumplan el reto que se han propuesto. La primera semana de carrera fue una verdadera locura, intensa como no se recordaba. Pero luego había que pensar que quedaban otras dos de competición y, sobre todo, dos etapas, la de este miércoles en el Portet y la del jueves que acaba en Luz Ardiden tras superar el Tourmalet.
Mientras tanto, el 14 de julio se vive con intensidad y con el Tour como uno de los grandes atractivos incorporados a la Fiesta Nacional; a excepción del año pasado cuando la ronda francesa se tuvo que trasladar a septiembre, el mes de las carreteras vacías, por culpa de la pandemia.
Suscríbete para seguir leyendo