El minuto de gloria de Daniel

Hausmann, de Molins de Rei, sorprende a los favoritos en la primera etapa pero pierde el triunfo por haberse saltado un control

La cabeza de carrera en un momento de la primera etapa de la Titan Desert 2013.

La cabeza de carrera en un momento de la primera etapa de la Titan Desert 2013. / periodico

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La gloria puede durar un minuto, tan cerca y tan lejos. ¿Cuántas veces los bien llamados fanáticos de laTitan Desert no habrán soñado con ganar una etapa? Los más viejos del lugar (es decir, lostitanes de toda la vida, los que descubrieronMarruecos por allá el 2006) han tragado muchopolvo, han comido muchaarena, han dormido sobrepiedras, se han pasadoetapas maratón sin poderse duchar para quitarse la porquería de encima. Y lo hacen un día, como este domingo, en que tienen la oportunidad de ganar, de llegar a meta y levantar un brazo con timidez, porque no están acostumbrado a ello, sabedores de que los inalcanzables, un portugués,Luis Pinto, un aragonés nacido en Honduras,Milton Ramos y un bejarano de toda la vida,Roberto Heras, están por detrás. Y la alegría apenas dura un minuto, esa gloria que viene y se va.

Daniel Hausmann tiene 44 años y aunque su apellido suene a foráneo, él es deMolins de Rei, un barcelonés que conoció la Titan Desert en su parto, que no se ha perdido una edición, que siempre, vengan las figuras que vengan, ha terminado entre los 50 primeros, a excepción del 2009 cuando la tan famosa como odiadagastroenteritis lo tumbó el último día.

El chip delator

Pues sí, hoy ha levantado el brazo. Ha ganado la etapa, ha navegado como un pirata con 10 diez cañones por banda, ha encontrado unatajo, gracias a su pericia, ha recortado nada menos que 14 kilómetros y se ha librado de un puerto, y con los nervios, con las ansias de llegar, viendo el arco de la meta en la lejanía, casi como si fuera un espejismo deldesierto, se ha saltado el tercer control de paso. Es obligatorio que elchip suene bajo la alfombra, tan famosa en los maratones, en elDakar, por donde deben pasar las bicis. El resto de la etapa, aunque esté flechada por la organización, mientras no se pise el asfalto, se puede ir por donde a uno le dé la gana.

"Iba ciego. Solo veía la meta y ni miraba, nervioso de que las estrellas no me pillaran". Hasta le hicieron las fotos y las entrevistas como ganador. Empezaron a sonar los teléfonos móviles de la organización. Comunicaciones a través de la radio interna.Y llegó la noticia, la que nunca querría haber escuchado Hausmann. "Te has saltado el tercer control de paso y debes volver atrás, de lo contrario quedarás descalificado". Eran apenas tres kilómetros y medio, siete en total con la ida y la vuelta.

Cabizbajo, desilusionado, la satisfacción en un pozo, marcha atrás, a buscar las banderas rojas que indican el control de paso. Él que burló a los profesionales, él que se coló con unavictoria inesperada, él que soñó tantas y tantas veces con este reto, el poder ganar una etapa en Marruecos, tuvo que regresar tras las huellas de su bici, en los peores kilómetros jamás realizados en sus ocho participaciones en la ronda marroquí.

Un triunfo planificado en casa

Y eso que todo empezó en su casa de Molins, conectado a internet, buscando fotos y mapas de Marruecos hasta descubrir que existía un atajo. "Era la gran oportunidad, la soñada, la de ganar una etapa y ponerse líder". Patrocinado por una asesoría catalana, RSM Gasso, con otros tres compañeros:Manu Lafora,Vicenç González yJordi Turón, preparó la noche del domingo la estrategia. Él era el más fuerte del cuarteto. Les explicó latáctica, les contó lo que había visto en los mapas, lo que recordaba de los viejos pasos por la zona. Y cuando los mejores comenzaban a subir el puerto, la huella delAtlas, él y sus tres delfines enfilaron el llano, hacia la victoria. No hicieron nada ilegal, ninguna trampa, solo una lección denavegación, de cómo usar unGPS, de cómo moverse por las tierras marroquís.

Al menos, en lajaima del masaje, mientras relajaba sus piernas, Daniel Hausmann volvía a sonreír. Porque no ganó, pero a buen seguro que sus hijos y sus hijos a sus nietos podrán escuchar su aventura; el día que todo pudo ser, el día en el que un humano ganaba a las estrellas, el día en que la Titan Desert pudo tener una historia nueva, apasionante, distinta, el día en el que un empresario que se dedica a preparar productos aromáticos para la alimentación estuvo a punto de poner en jaque a los astros de Marruecos. Este lunes, más.