A mi modesto entender, esto que estamos padeciendo no es una crisis al uso. Es una guerra por un nuevo orden económico mundial, después de la cual los ricos serán mas ricos y los pobres serán más pobres. Lo más importante no será ganar o perder la guerra --económica, por supuesto-- porque después tendremos que buscar, inevitablemente, los cauces para una convivencia lo más justa posible. Lo que sí es realmente importante es no recular demasiado, no perder posiciones para no tener que negociar en inferioridad de condiciones. Preparémonos, pues, para una dura contienda.
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