La política de recortes en la sanidad pública que se aplica en Catalunya ha causado el cierre de plantas de hospitales de referencia, como el de Bellvitge, y el cierre de CAP, lo que deteriora la calidad asistencial. Uno de los CAP cerrados es el de la rambla de la Marina, lo que ha dejado a un barrio de casi 30.000 habitantes (10.000 de ellos son mayores de 60 años) con un único ambulatorio. Desde el 28 de octubre del 2011, vecinos de Bellvitge estamos encerrados en este CAP de manera ininterrumpida ¿incluso en Navidades-- para reivindicar su reapertura. Quizá el fin de todo esto sea privatizar la sanidad pública, creando la necesidad al usuario de recibir una atención diligente y de calidad, aunque sea pagando.
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