Lunes, 17 de junio del 2013 María Marcos (Barcelona)

"Me he caído, un accidente, no sabia lo que hacia, le he perdonado, no volverá a pasar, yo no he escuchado nada..." Estas y otras muchas frases que se pierden en las estadísticas de violencia de género nos hacen responsables a todos de las numerosas muertes de mujeres cada día por razones incomprensibles. La víctima es sin duda la protagonista, por desgracia, pero ¿y el resto, los demás espectadores, vecinos, amigos, familiares, instituciones? ¿Qué hacemos para evitar que suceda? Nosotros, los que nos hemos quedado y podemos gritar, debemos reclamar tolerancia cero y pedir a los gobiernos que no recorten en políticas de ayuda, en anuncios en los grandes medios, en clases de igualdad en las escuelas, porque de ello depende tener una sociedad del futuro sin violencia.

La clase política esta muy preocupada por la paridad, por tener representación femenina en cargos directivos, lo cual está  muy bien, pero ¿y las otras mujeres, las que aguantan una paliza, una violación matrimonial, un insulto a la dignidad humana? Esas personas necesitan que escuchemos por la noche los golpes y nos revelemos. La colaboración entre todos es fundamental, debemos enseñar respeto y aplicarnos el cuento y no mirar a otro lado. La violencia de género solo se combate hablando de ella. Hablemos pues de violencia de género en el Parlamento, en los juzgados, en las escuelas y en las comidas familiares. Enseñemos a todos a decir 'no'.

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