A veces, votar se hace muy difícil. Yo tenía que estar fuera del país el 27-S y esperaba poder votar sin tener que venir. Inmediatamente después de la convocatoria consulté las diversas modalidades de voto en la web. Podía solicitar el voto anticipado por correo antes de irme del país a finales de agosto. Ahora bien, la documentación me llegaría por correo ya entrado septiembre, cuando ya estaré fuera, y se debe recoger personalmente, así que el voto por correo quedaba descartado. Había la posibilidad de votar desde el extranjero, en mi caso en el consulado español en París, pero el plazo para so licitarlo termina a finales de agosto, cuando aún no me habré desplazado. Evidentemente, el trámite también debe hacerse de forma presencial, a la antigua, Faltaría más. En el 012 se limitaron a admitir que no puedo votar ni por correo ni desde el extranjero. Así pues, la única opción es un viaje de ida y vuelta París - Igualada, que me costará más de 200 euros. Dedicaré mi tiempo, mi dinero y mi paciencia a venir a votar, pero lo haré cabreado. Puede que haya gente que, por culpa de unos trámites mal planificados y de métodos antiguos, no pueda permitírselo, bien por motivos laborales o económicos. Y eso significa perder un derecho fundamental.
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