Viernes, 15 de febrero del 2013 Ferran Pérez López (Barcelona)

Me alegro por la iniciativa, pero lamento su acotamiento. La situación de los últimos años da para más.Por ejemplo, ¿por qué nos fijamos exclusivamente en los partidos políticos? La corrumpción ha existido en sindicatos y estos deben ser también transparentes y democráticos: como fallan en los dos aspectos deberían incluirse en el decálogo.

En segundo lugar, como las administraciones públicas cuentan con órganos de intervención muy bien remunerado --como mínimo hay uno por Ministerio o Departamento, Ayuntamiento o Diputación, etc-- parece acertado que sean del todo responsables y transparentes en el ejercicio de sus importantes cometidos, entre los que se encuentra valorar y anotar cada uno de los gastos e ingresos públicos, lo que comporta conocimiento de hechos y responsabilidad por el silencio "invertido".

Finalmente, me permitirán que les invite a incorporar un apartado específico para el Ministerio Fiscal. No se entiende la pasividad de este ente ante la de casos que se les ponen delante de sus naríces. Lo que espera la sociedad es justo lo contrario: respuesta rápida y contundente y ausencia de pérdida de tiempo en discutir si debe entrar o no en un determinado asunto. Debe dejar de estar ligado funcionalmente al Gobierno y ejercer la independencia que el pueblo le exige.

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