Domingo, 22 de marzo del 2015 Anaïs Cases (Badalona)

En pleno siglo XXI, la estética, sobre todo para las mujeres, ocupa un lugar importante. Como chica de 20 años, me gusta arreglarme e ir a la moda. Pero ¿qué pasa si no eres delgada, si no tienes el cuerpo que marca la sociedad que tienes que tener?
Siempre he sufrido con este tema y me gustaría que la gente supiera lo mal que se pasa; nada importa que tú te gustes o te encuentres bien con tu cuerpo, porque no dejan de recordarte que estás "gorda". Te lo recuerdan con las tallas de la ropa, cuando ves un desfile de moda (ya que son muchas las modelos que rozan la anorexia); también por cómo te miran por la calle e incluso con los comentarios de gente cercana a ti, que a veces no repara en el daño que te hacen con sus palabras. 
Solemos ser discriminadas tanto por hombres como por mujeres delgadas, ya que estas generalmente no soportarían tener unos kilos de más y se creen con el derecho a recordarte que tú nunca estarás como ellas. Somos el punto débil de la sociedad: el blanco fácil. ¿Se ha parado alguien a pensar en por qué esa persona tiene esos kilos de más? No, es más fácil reírse sin que importen los sentimientos del otro. Nadie piensa en que quizá esa persona no está así por comer hasta reventar, sino porque está pasando una mala racha y se refugia en la comida, o por enfermedad. O por simple genética y no tener la fuerza de voluntad necesaria para hacer dieta o ejercicio, ya que se cansa enseguida, porque es un proceso lento y se tiene que tener mucha constancia.
Me avergüenzo de estar en un mundo donde las medidas del cuerpo y las tallas de la ropa sean tan importantes, hasta el punto de que las mujeres que pasamos de esos límites que marca la sociedad actual como normales tengamos que luchar diariamente para hacernos respetar en un mundo tan superficial, donde es más importante el peso que todo lo demás. 

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