Domingo, 2 de junio del 2013 Gabriel H. Tafalla (Badalona)

Soy un ciudadano que ha entrado en su quinto año de lucha contra el cáncer, ha pasado por varias operaciones y varias quimioterapias. Por todo ello, he pasado diversas estancias en el hospital de Can Ruti. En todo este tiempo he podido observar el deterioro de la sanidad pública. He visto a enfermeras y auxiliares correr agobiados para intentar que la atención a los enfermos no se devalúe por la falta de medios, recortes injustos y mal hechos. Y lo consiguen por su profesionalidad. He asistido a sus asambleas en la entrada del hospital y he sentido vergüenza por quienes nos gobiernan. Cuando entré en el mundo empresarial, un buen maestro me dijo: «cuando en una empresa con problemas económicos entre un gerente y lo primero que recorte sea el personal de limpieza, coge el maletín y vete porque la hundirá». Los recortes deben hacerse con bisturí, no con hachas, en juego está el futuro de una sociedad que solo ve desequilibrios injustos.

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