En la Mini Transat

“Nos recibís como héroes, pero hemos pasado miedo”

Retan a estudiantes de ingeniería a construir un mini velero y competir en una regata universitaria

El Camino de Santiago también se hace por mar

Los regatistas Carlos Manera, izda., y Fede Norman conversan con alumnos de secundaria durante la clausura del programa educativo 22 días en 22 pies, aventura en solitario enel Atlántico 2023.

Los regatistas Carlos Manera, izda., y Fede Norman conversan con alumnos de secundaria durante la clausura del programa educativo 22 días en 22 pies, aventura en solitario enel Atlántico 2023. / JORDI COTRINA

Glòria Ayuso

Glòria Ayuso

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“Esta experiencia ha sido preciosa. Nos ha enseñado que en esta vida, tengas la edad que tengas, se puede luchar y hacer frente a las grandes adversidades”. Son las palabras de agradecimiento que Eva María Sala, profesora de la escuela Ramar 2 de Sabadell, lanza junto con otros docentes a los regatistas que han cruzado el Atlántico solos, con un velero de apenas 6,5 metros, en la regata Mini Transat

Unos 5.000 estudiantes de primaria y secundaria de 65 escuelas han seguido la travesía en tiempo real. Antes de la partida, los alumnos apadrinaron a varios navegantes e intercambiaron mensajes de apoyo. Un encuentro en el Museu Marítim y retransmitido en streaming les ha servido para hablar sobre esta gran aventura, apadrinada también por la Fundació Barcelona Capital Nàutica (FBCN), con dos de sus héroes: Fede Norman y Carlos Manera, segundo clasificado en la competición. 

Estudiantes de secundaria curiosean en el interior de una fragata del museo marítimo de Les Drassanes antes de la clausura del programa educativo 22 días en 22 pies, aventura en solitario en el Atlántico 2023.

Estudiantes de secundaria curiosean en el interior de una fragata del museo marítimo de Les Drassanes antes de la clausura del programa educativo 22 días en 22 pies, aventura en solitario en el Atlántico 2023. / JORDI COTRINA

Las dificultades no fueron pocas. Sin contar con GPS, móvil ni ningún tipo de ayuda, “en medio del mar y de una tormenta te preguntas qué estás haciendo aquí”, revela Manera. 

En su travesía, Norman vio orcas, y unos peces voladores que pegaban golpes al pequeño barco. Pero lo peor fue el momento en el que apareció un tiburón: “Tenía que resolver un problema bajo el casco y me tuve que tirar al agua. Tomé valor, y cuando salí me sentí como si hubiera aprobado un examen”. 

“Nos habéis recibido como héroes, pero hemos pasado miedo”, admite Manera. En su caso, fue cuando de noche se le rompió el balcón, la barrera del velero que evita caer al mar: “No veía nada y temía perderme en el agua”. 

Sin opción a abandonar

Pero “en medio del mar ya no puedes abandonar”, constata Manera. “Cuando estás solo, te apoyas en las personas que quieres, a los que en tu día a día muchas veces dedicas poco tiempo porque estás ocupado. Y me llevé vuestras caricaturas, que también me acompañaban”, explica Fede Norman, que también confiesa que durante las largas noches de esta travesía de 22 días también contaba con Newman, un peluche que se asemeja a su mascota: “Con él discutía la estrategia que debía seguir”.

En estas condiciones, encontrarse con otro navegante es una gran alegría: “Desaparece la competición: nos abrazamos, hablamos… Si el otro necesita ayuda, no dudas en desviarte de la ruta”, asegura Carlos Manera.

Regatistas ganadores de la Base Mini Barcelona: Fede Waksman, Carlos Manera y Marc Claramunt con la gerente del departamento de deportes del Ajuntament de Barcelona entre otros

Regatistas ganadores de la Base Mini Barcelona: Fede Waksman, Carlos Manera y Marc Claramunt con la gerente del departamento de deportes del Ajuntament de Barcelona entre otros / RICARD CUGAT

Comida de astronauta

 “Lo primero que piensas al llegar”, además de querer “comer una hamburguesa” tras días de ingerir “comida de astronauta”, ríe Manera,  es que “los sueños se hacen realidad si le pones unas ganas tremendas”, añade Norman. 

Ambos navegantes afirman que les sirvió en sus peripecias tener referentes, y por ello se muestran muy dispuestos a explicar sus experiencias a los jóvenes estudiantes. “No perdáis el tiempo, haced las cosas que os motiven, decididamente”, transmite Norman.

Inteligencia emocional

A las preguntas de las alumnas sobre por qué hay solo nueve mujeres en la competición, Manera responde: “Cada vez hay más. Este es un deporte inclusivo: no gana la fuerza, ni la edad, la gran diferencia la marca la inteligencia emocional”.

 “Con vosotros hemos aprendido la cultura del esfuerzo, lo necesitamos”, constata Pilar Martin, maestra de la escuela Rec Comtal de Barcelona. “Hemos seguido el tracker cada día y cuando no podíamos, los alumnos lo reclamaban. Y cuando no veían algún barco, se inquietaban”, explica otra de las profesoras. El programa les ha permitido enseñar de forma transversal y con gran interés de los alumnos conocimientos en ciencia, medio marino, sostenibilidad, geografía y matemáticas. 

 “Este es uno de los proyectos en los que estamos más orgullosos de participar. El mar nos sirve para aprender a ser mejores personas”, afirma el director del Museu Marítim, Enric Garcia.

Vela en el Forum, escuela de vela

Vela en el Forum, escuela de vela / RICARD CUGAT

Los héroes piden apoyo

Aun así, pese a ser el segundo clasificado de la Mini Transat, Manera está buscando sponsors para poder acabar la temporada: “Para las empresas es muy interesante unir estos valores y este sentimiento a la marca”, porque “los sueños, también hay que financiarlos”.

El conseller de Empresa i Treball y presidente de FBCN, Roger Torrent, ha aprovechado para recordar a los alumnos que este verano tendrá lugar en Barcelona la que es la gran cita mundial de la vela, la Copa América de vela, una “gran oportunidad” para “renovar nuestra mirada hacia el mar” y “despertar nuevas vocaciones”. Como cuando las Olimpiadas, “os invitamos a vivir este momento intensamente”, les invita Torrent.