Trágico suceso

Visto para sentencia el juicio por el atropello mortal a un niño ante una escuela de Barcelona: "Fue imposible reaccionar"

Muere un niño de 5 años atropellado por una moto en Barcelona

Un taxi atropella a una niña frente a una escuela en Barcelona

Entorno de la escuela Grèvol de Barcelona tras ser pacificado.

Entorno de la escuela Grèvol de Barcelona tras ser pacificado. / JORGE GIL

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Un juzgado de Barcelona ha sentado este jueves en el banquillo al motorista que en octubre de 2019 atropelló mortalmente a un niño de cinco años a las puertas de la Escuela Grèvol -centro de educaicón infantil, primaria y ESO-, un caso que llevó al Ayuntamiento a pacificar los entornos de las escuelas de la capital catalana.

El juzgado de lo penal número seis de Barcelona ha dejado etse jueves visto para sentencia el juicio contra el motorista, para quien los padres del niño fallecido, acusación particular en la causa, piden tres años de cárcel y cuatro de retirada de carné, además de una indemnización de 361.443 euros, mientras la Fiscalía pide su absolución.

Los hechos ocurrieron el 14 de octubre de 2019 hacia la una del mediodía, cuando el niño, que esperaba a la salida del colegio a sus hermanos para ir a comer, fue atropellado por un motorista en una zona señalizada como entorno escolar y en la que se debía circular a un máximo de 40 kilómetros por hora.

Los padres del menor han llevado a juicio al motorista, al que acusan de un delito de homicidio imprudente, por entender que la causa del accidente es la velocidad excesiva a que conducía, de lo que discrepan tanto el ministerio público como su defensa.

A raíz del atropello del menor, el padre de la víctima pidió una audiencia con la entonces alcaldesa, Ada Colau, una reunión de la que surgió el programa municipal 'Protegim les Escoles' para reducir el tráfico en los entornos de más de 200 centros educativos, mediante la eliminación de carriles o la instalación de vallas. A día de hoy, ya se han pacificado los entornos de decenas de escuelas de la ciudad, y la primera de todas, precisamente, fue la escuela Grèvol.

Versión del motorista

En su declaración en el juicio, el motorista acusado ha aducido que el lugar donde atropelló al menor "no parecía la salida de un colegio", que el niño, "irrumpió de manera sorpresiva" y que le fue "imposible reaccionar".

El acusado, que ha declarado por videoconferencia dado que reside fuera de España, ha explicado que había vehículos en doble fila que le impedían la visibilidad y que únicamente vio al menor cuando este irrumpió en la calzada, momento en el que frenó e intentó hacer una maniobra para esquivarlo.

Versión de la madre y testigos presentes

En su declaración como testigo, la madre del menor fallecido, que acompañaba al menor en el momento de los hechos, ha explicado que el niño estaba esperando a sus hermanos mientras miraba unos patinetes anclados en la acera, y que en ese momento se soltó y se puso entre los dos coches. Ella le gritó para alertarle del peligro y su hijo se giró, le sonrió y, con una "sonrisa traviesa", se fue a la calzada donde fue atropellado.

Todos los testigos que han participado en el juicio han coincidido en que no había ambiente de colegio, que el niño salió corriendo para atravesar la calzada y que el motorista intentó frenar el vehículo.

El hombre que atendió al menor justo después del accidente ha explicado que la motocicleta aceleró "como cualquier otro vehículo", que el niño se quedó paralizado en mitad del carril por donde circulaba la moto y que fue entonces cuando la motocicleta le alcanzó y le arrastró.

Versión de la Guardia Urbana

Los agentes de la Guardia Urbana de Barcelona que actuaron tras el accidente han testificado que la causa del siniestro fue la "irrupción sorpresiva de un peatón en la calzada", en un momento en que había coches estacionados en doble fila que impedían la visibilidad, y uno de ellos ha añadido que el menor no se encontraba "bajo la debida custodia".

El informe inicial que la Guardia Urbana elaboró a partir de la grabación de las cámaras de seguridad determinó que el motorista circulaba a 43 kilómetros por hora, mientras que otro posterior analizando el escenario del accidente sitúa la velocidad del momento del impacto a entre 55 y 56 kilómetros por hora.

Por su parte, la acusación particular ha aportado un perito que ha situado la velocidad a entre 55 y 60 kilómetros por hora, lo que en su opinión pudo ser la causa del accidente.

Protección de los colegios

La defensa y la Fiscalía han coincidido en que el accidente fue "inevitable" y que, aunque la velocidad fuese inadecuada, la causa principal fue la aparición sorpresiva del menor en la vía.

El padre del menor, en declaraciones a los medios tras el juicio, ha insistido en que el accidente ocurrió en un entorno escolar en horario lectivo y que se podría haber evitado si hubiesen existido las medidas de seguridad adecuadas, al tiempo que ha pedido proteger los colegios y convertirlos en "entornos blindados de seguridad".

Ha explicado además que con este proceso penal, su objetivo es visibilizar la causa para que nadie vuelva a pasar por algo como lo que ha tenido que vivir su familia, así como corresponsabilizar del asunto a todas las administraciones responsables, como el Ayuntamiento o la propia escuela.