Material nocivo

Un mecánico del metro incapacitado por el amianto pide 180.000 euros de indemnización

Un juzgado ha declarado al exempleado en incapacidad permanente por una asbestosis provocada por haber estado en contacto con material peligroso en los talleres de Vilapicina, donde trabajó durante 42 años

Trabajadores del metro de Barcelona expuestos a amianto pedirán en los tribunales prejubilarse a los 58 años

Rafael Rubio, exmecánico del metro de Barcelona, declarado en incapacidad permanente por una asbestosis contraída por exposición al amianto.

Rafael Rubio, exmecánico del metro de Barcelona, declarado en incapacidad permanente por una asbestosis contraída por exposición al amianto. / JORDI OTIX

EFE

EFE

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Rafael Rubio, el trabajador jubilado del metro de Barcelona a quien la Justicia ha reconocido una incapacidad permanente por una enfermedad laboral a causa del amianto, reclama una indemnización de 180.000 euros en concepto de daños y perjuicios. El exmecánico de los talleres de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) pide la cantidad tanto por motivos económicos como físicos y morales, ha explicado el Col·lectiu Ronda, que representa al exempleado.

El Juzgado de lo Social número 4 de Barcelona declaró a principios de mes a Rubio en situación de incapacidad permanente en grado total derivado de la asbestosis. Concluyó que el operario estuvo expuesto al amianto mientras ejerció de tornero durante 42 años en la estación de Vilapicina.

Esa decisión marca un precedente para los trabajadores que también están afectados y que tienen también el apoyo del colectivo de abogados y del sindicato CGT. Hace unos años ya hubo un primer reconocimiento judicial a un trabajador sobre su enfermedad por amianto. No obstante, ya había fallecido cuando se dictó la sentencia definitiva.

TMB intensificó los chequeos a la plantilla de algunos departamentos del servicio de metro a partir de 2018, cuando se detectó amianto en piezas de trenes e instalaciones. A raíz de aquella campaña de pruebas médicas, se diagnosticó que 28 trabajadores de los talleres y de tareas de mantenimiento habían desarrollado engrosamientos pleurales, una deformidad no incapacitante compatible con haber respirado polvo de amianto.

El material es nocivo, puede inducir a contraer cáncer y prohibido comercializar desde 2002. En todo caso, TMB siempre apostilla que la causa de las alteraciones pleurales de sus operarios "podrían estar relacionadas con una exposición al amianto, pero también por otras causas".