Movilidad compartida
El 'sharing' de bicis y motos en Barcelona llega a su ocaso tras perder el 67% de las licencias en cuatro años
El ayuntamiento sacó a concurso casi 11.000 permisos y solo siguen en activo 4.500 después de que se hayan retirado más de la mitad de los operadores
La moto compartida metropolitana de Barcelona empezará en 10 municipios con 15.000 vehículos
Por qué Barcelona ha decidido prohibir los patines eléctricos compartidos en sus calles

Una moto de Yego, junto a un taxi, circula por el paseo de Gràcia, este martes / Zowy Voeten


Carlos Márquez Daniel
Carlos Márquez DanielPeriodista
Periodista especializado en Barcelona. En 'El Periódico' desde principios de siglo. Los últimos 17 años, dedicados a la información local: movilidad, urbanismo, infraestructuras, política municipal, barrios, área metropolitana y medio ambiente. Colaborador habitual en los programas de televisión 'Bàsics' (Betevé) y 'La Selva' (TV3).
Tras dos años de debate y negociación, el Ayuntamiento de Barcelona optó en mayo de 2020 por aplicar la teoría del café para todos en el reparto de licencias de bicis y motos compartidas. Era el enésimo ejemplo de cómo el sector privado avanza con agilidad de la mano de los nuevos hábitos ciudadanos, y de cómo la Administración pública trata de poner orden, muchas veces, a toro pasado. Se repartieron cerca de 11.000 permisos a 12 empresas de 'motosharing' y a siete de 'bicisharing'. Los barceloneses pasaban a disponer de dos empresas de metro y bus (TMB y FGC), una de tranvía (Tram; el Tramvia Blau sería la segunda pero entonces ya llevaba dos años fuera de juego), una de trenes de cercanías (Renfe), una de bicicleta pública (Bicing) y 20 de 'sharing' privado, con sus 20 'apps' distintas. A pocos meses de que termine la concesión, en julio de 2024, solo sobreviven cuatro 'apps' de motos y otras cuatro de bicicletas. Con un 67% menos de licencias activas.
La última empresa en apearse ha sido Seat Mó. El 20 de febrero, la compañía informaba a sus abonados de que el 1 de marzo dejaría de operar en Barcelona su flota de 632 vehículos eléctricos. "Después de muchos viajes compartidos, ha llegado el momento de conducir hacia nuevas aventuras", explicaba, en su despedida. En todo este tiempo, Seat Mó habrá acumulado 1'8 millones de viajes y 24,7 millones de minutos consumidos. Un día antes, casualidades de la vida, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y el presidente de Seat, Wayne Griffiths, suscribían un protocolo para abordar conjuntamente los retos de la movilidad sostenible, la dinamización de la actividad económica y el impulso de la innovación urbana.
Los otros caídos
Antes que Seat ya habían caído en el sector del 'motosharing' firmas como Avant, Respiro, Oiz o Scoot. En marzo de 2024, a escasos cinco meses de que venzan los cuatro años de contrato, solo quedan cuatro de las 12 que empezaron: Movo, Cooltra, Acciona y Yego, con un total de 2.539 motos. El 19 de mayo de 2020 se hizo público el resultado del concurso público. Sobre la mesa, 6.958 licencias de moto compartida. El consistorio (y la lógica iba a su favor) pensaba que solo se presentarían media decena de empresas, las que ya tenían motos por la ciudad o habían mostrado interés. Pero hubo 21 postulantes...
Solo puede quedar uno
Afortunadamente, nueve de ellos cayeron por defectos de forma. Los 12 restantes se repartieron 4.176 credenciales. Las que faltan, hasta llegar hasta las casi 7.000 se repartieron entre los ganadores que aceptaron explotar una cifra superior a las 348 que recibieron, una cifra muy por debajo de lo que esperaban los postulantes. Empezó una versión motorizada de la película 'Los inmortales' ("solo puede quedar uno", ¿se acuerdan?), con los operadores cortándose amistosa y sutilmente la cabeza los unos a los otros y absorbiendo demanda y licencias.

Una moto de Cooltra circula por el paseo de Gràcia, este martes / Zowy Voeten
Empezaron a luchar por el público joven, los turistas, los ejecutivos; con ofertas de lanzamiento, promociones. Todo, siempre, desde aplicaciones distintas. Eran compartimentos estancos. Fueron muchos los usuarios que terminaron por descargarse un par de 'apps', siempre en función de la disponibilidad de motos en su entorno. Casi cuatro años después solo siguen operativas una cuarta parte de las licencias que el ayuntamiento ofreció al sector. Credenciales que explotan una tercera parte de las empresas que iniciaron la aventura en mayo de 2020.
Las licencias de 'motosharing' vencen en julio, momento en el que el consistorio, tras ceder las competencias de esta materia al Área Metropolitana de Barcelona (AMB) cederá la suerte del invento al concurso que convoque el ente supramunicipal, en el que estarán implicados una decena de ciudades del entorno de la capital catalana. Habrá más vehículos, y se espera que menos operadores.
Las bicicletas, algo mejor
Con las bicis ha sucedido algo parecido. Se empezó con 3.975 licencias, que quedaron en manos de siete empresas después de que tres renunciaran o no cumplieran los requisitos del concurso. A mediados de marzo de 2024 solo siguen activas cuatro de ellas (Bolt, Cooltra, Ridemovi y Donkey Republic), que explotan un total de 2.185 permisos, un 55% menos que la oferta inicial.

Bicicletas de 'sharing' junto a la Sagrada Família, en febrero de 2023 / Manu Mitru
A diferencia de las motos, la idea del Ayuntamiento de Barcelona es volver a convocar un concurso similar, sin dar el salto metropolitano. Por dos razones. Primero, porque se está a la espera de que venza el contrato del Bicing a finales de década. Segundo, porque el AMBici (la bici pública metropolitana que explota TMB) acaba de echar a nadar y no es cuestión de ir pisándose la manguera. Pero más vale que se den prisa con el concurso, estas licencias también vencen en julio.
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