La Casa Vicens expone por primera vez un armario de Gaudí tras su restauración

La Casa Vicens de Barcelona ha expuesto por primera vez un armario rinconero diseñado por Gaudí para el matrimonio Vicens-Giralt, un mueble que tiene más de 140 años de vida y se presenta tras una "rehabilitación exhaustiva" de medio año, ha indicado Emili Masferrer, director de la casa museo.

Marta Vilà, una de las restauradoras del armario, ha explicado que esta es una "pieza significativa del primer periodo de Gaudí", que combina elementos decorativos que potencian el metal y en el que se percibe un "simbolismo" con la "espiritualidad" en las aves ornamentales que componen la pieza.

El mueble, que se encontraba en manos de un descendiente de la familia Vicens, fue adquirido en subasta en Lamas Bolaño por 95.000 euros en junio del año pasado, y actualmente está expuesto al lado del la chimenea que Gaudí diseñó también para el mismo matrimonio en la Casa Vicens.

El proceso de restauración

Tras su adquisición, el mueble pasó por una desinsectación de carcomas durante un mes y luego una limpieza superficial de la suciedad de la madera, en la que "nunca se quitó el recubrimiento original", ha asegurado Sonia Berrocal, otra de las restauradoras, y se ha aplicado una capa de cera para que pudiera "lucir como en su origen".

Asimismo, Vilà y Berrocal han señalado que al principio se quiso "identificar el material" del mueble, por lo que se realizó un análisis de un pequeño trozo extraído del armario, que reveló que no se trataba de madera de cedro, como se indicaba en la biografía del mueble, sino de madera de nogal, material "típico de Gaudí".

Las piezas decorativas de metal, algunas de ellas perdidas, también se han limpiado manualmente para eliminar las capas de oxidación y se les han aplicado un protector para "recuperar su juventud", ha añadido Berrocal.

El terciopelo del interior del armario sufría una decoloración, tenía manchas causadas por la humedad y había "perdido toda su consistencia" y al tocarlo, ha explicado Berrocal, "se quedaba en las manos", por lo que se llevó a cabo una limpieza de toda la suciedad superficial y se mantuvo el resto de elementos intactos.

Con esta restauración, Vilà ha señalado que se ha querido "recuperar el valor formal y estético" de la pieza, siguiendo unos "criterios modernos" en su rehabilitación, a través de una "intervención mínima" en la que se han utilizado unos "materiales afines al original" para controlar cualquier indicio de degradación futura.

La Casa Vicens, que trabaja para preservar el patrimonio de Gaudí, ha podido desarrollar este proyecto gracias a la "afluencia de visitantes" que la casa museo tuvo el año pasado, cuando alcanzó las 200.000 visitas, ha comentado Masferrer.