Crisis hídrica

La presión del agua bajará en marzo en siete municipios del área de Barcelona por la sequía

Se enviarán cartas a 24.000 personas que realizan un consumo excesivo de agua y a 250 “grandes consumidores” para incentivar una reducción del consumo

Catalunya intensifica los controles de calidad del agua, comprometida por la sequía

Goteo de un grifo de agua

Goteo de un grifo de agua

Àlex Rebollo

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Un total de siete municipios del área de Barcelona verán reducida la presión del agua el próximo mes de marzo. Es una de las principales medidas anunciadas por el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) este miércoles 28 de febrero para combatir los graves efectos de la sequía que azota Catalunya y por la que la Agència Catalana de l’Aigüa (ACA) ha declarado el estado de emergencia.

En la misma línea, en las próximas semanas, el AMB hará llegar al conjunto de usuarios domésticos que tienen un consumo superior a 200 litros por habitante y día -el límite marcado por la primera fase de emergencia- una carta en la que “se pide aumentar los esfuerzos para reducir el consumo de agua y aproximarlo a la media actual del área metropolitana”. Esto incluye a unos 24.000 abonados domésticos, el equivalente al 1,5% del total de abonados del área metropolitana.

Además, en la carta también se recordará que, hay actuaciones como llenar piscinas privadas, regar jardines particulares y lavar vehículos -excepto en establecimientos especializados- que han quedado prohibidas mientras dure la crisis hídrica.

Más allá de la carta, a partir del día 11 de marzo se empezará a reducir la presión de la red en los municipios de Begues, Cervelló, Corbera de Llobregat, La Palma de Cervelló, Sant Vicenç dels Horts, Sant Just Desvern y Tiana, estos dos últimos se suman así a la lista que ya se preveía en un inicio. El objetivo, dice la administración metropolitana, es bajar la dotación al máximo “con la finalidad de alargar los recursos en la medida de lo posible por si la situación no mejora a medio plazo”.

Consultados por este diario hace unas semanas, algunas de las urbes sobre la que ya se cernía la bajada de presión apuntaban a un gran número de fugas en el sistema de distribución de agua, unas averías “difíciles de detectar y reparar”. Por su parte, la alcaldesa de Begues, Mercè Esteve, apuntaba que, en su caso, "el pueblo dispone de una buena red de distribución, gracias a los planes de inversión ejecutados por la compañía de agua y el Ayuntamiento", pero que cerca del 70% de viviendas son "casas familiares o plurifamiliares con jardín -y, una parte, con piscina-".

En caso de continuar la situación actual de sequía, se prevé extender paulatinamente las medidas de reducción de presión a otros municipios, priorizando los que tienen las dotaciones más elevadas. "La evolución de los próximos meses permitirá decidir los municipios afectados", comenta el ente.

Sanciones económicas

En caso de que se detecte que algún usuario ha hecho un "uso del agua no permitido", el Área Metropolitana de Barcelona recuerda que los ayuntamientos tienen la potestad de abrirle un expediente. Así, estos expedientes, que serán resueltos por el AMB, “pueden comportar la aplicación de sanciones económicas”.

De la misma forma, el AMB también hará llegar una carta específica a unos 250 usuarios más, considerados "grandes consumidores" -entre los que se incluyen algunas industrias o grandes superficies-, los cuales superan los 20.000 m³ de agua al año y que están conectados a la red de distribución de agua.

En estos casos, sigue el ente metropolitano, se “solicitará un resumen de las medidas de ahorro de agua que han puesto en marcha hasta ahora, en las que se diferencie entre el agua de proceso y los demás usos”.

Afectaciones por la bajada

Con carácter general, la presión de la red de agua está ya ajustada al área metropolitana a "los límites más bajos que permite el Reglamento del servicio metropolitano del ciclo integral del agua". "La inminente reducción de presión por debajo de estos valores límite del Reglamento puede tener algún efecto en el servicio en función de distintos factores, especialmente si se aumenta el consumo respecto al actual. Con un consumo reducido y similar al actual, las afectaciones serán mínimas y no destacables", explica el AMB.