Más presión policial y un 15% más de multas contra los músicos callejeros de Barcelona

La presión policial sobre los músicos callejeros de Barcelona, en su mayoría sin licencia para tocar en la vía pública, ha subido un peldaño los últimos meses. El incremento del patrullaje y un mayor rigor de los agentes, a raíz del nuevo 'Pla Endreça' municipal, ha comportado un incremento de las sanciones y los decomisos de instrumentos este 2023. Además de los datos oficiales, a los que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, múltiples artistas consultados corroboran un clima más tenso con la Guardia Urbana y el consistorio.

El Ayuntamiento de Barcelona puso en marcha en julio de 2023 el ‘Pla Endreça’, un programa orientado a poner orden en el espacio público y limpiar mejor las calles de la capital catalana. A raíz de su implementación, han empezado a surgir quejas de colectivos que se ganan la vida en las calles de Barcelona, como los músicos sin licencia, quienes denuncian un acoso sin precedentes por parte de la policía local. 

Además, según confirma a este diario el proyecto 'Música al Carrer', que se encarga de coordinar a los músicos que tocan en la vía pública y de entregarles las licencias a partir de un sorteo anual (este año, 20 licencias otorgadas de los 334 músicos que se han presentado), la presión policial también ha llegado a los músicos acreditados. En algunas ocasiones, incluso, llegando a ser multados. Fuentes municipales, sin embargo, desvinculan el plan con el actual número de multas a los artistas. Recuerdan que una de las políticas ya ejecutadas es el despliegue de 100 agentes más para el patrullaje en la ciudad. Más urbanos en la calle conlleva más sanciones, argumenta el consistorio, que a la vez defiende que las directrices de actuación respecto a los artistas callejeros mantienen vigencia y no han cambiado con el ‘Pla Endreça’.

La institución asegura que sigue aplicando, sin cambio alguno, la ordenanza de civismo de 2010 que promueve la regulación de los comportamientos en espacios públicos en pro de la convivencia. Dicha normativa prevé el decomiso de cualquier herramienta o producto que se haya utilizado u obtenido a través de una actividad ilegal, como es tocar en la calle sin licencia. 

15% más de multas que en 2019

Las cifras de instrumentos decomisados por la policía en 2023 muestran que esta actuación policial va al alza. Los datos más apropiados para la comparativa son los de 2019, puesto que las estadísticas de 2020, 2021 y primer semestre de 2022 están alteradas por las restricciones de la pandemia.

De enero a septiembre de 2019 se requisaron 3.673 instrumentos, según las cifras facilitadas por el consistorio a este diario. Un total que supone, de media, 408,11 instrumentos incautados cada mes. En cambio, de enero a septiembre de 2023 se incautaron 4.062 instrumentos, lo que eleva el promedio a 451,33 al mes. El incremento es del 10,6%.

Por otro lado, el número de multas a músicos callejeros sin licencia o por el incumplimiento de la misma ha aumentado un 15% de 2019 a 2023. En el año previo a la pandemia se interpusieron un total de 153 denuncias (12,75 de media al mes), mientras que de enero a septiembre de 2023 fueron 132 las que se tramitaron. En comparativa, la media mensual del año pasado -hasta septiembre- supera a la de 2019: el promedio resultante son 14,67 denuncias por mes. Sin embargo, algunos músicos que trabajan en la calle advierten de que el porcentaje aumentará todavía más una vez se disponga de los datos del último trimestre de 2023.

Según el Ayuntamiento, estas cifras están influenciadas por una mayor actividad policial y no responden a un aumento de intransigencia. En cambio, el testimonio de la mayoría de músicos difiere de las declaraciones oficiales, ya que consideran que el aumento de multas e instrumentos confiscados no es fruto de una mayor presencia policial, sino de un "aumento de la intolerancia por parte de la policía" desde este verano.

"Te tratan como si fueras un criminal"

Juan Jessé, músico que lleva aproximadamente un año tocando en las calles de Barcelona, sostiene que antes del Pla Endreça había más laxitud: "Siempre han multado y requisado, pero con mucha menos frecuencia". Jessé comenta que los agentes "antes del verano no decían nada" al ver un artista en los puntos autorizados para tocar que hay en el Gòtic y el centro en general, pero ahora "piden la licencia a rajatabla a todos, y de no tenerla, sancionan con una multa, secuestran los instrumentos y se llevan hasta el dinero ganado". 

Por otro lado, la presión policial también afecta a los pocos músicos que sí tienen licencia, asegura: "Hay chicos con licencia que tienen que mostrarla dos o tres veces durante el turno que tienen asignado, porque vienen policías a pedirla". "Ese rigor no estaba antes", observa el músico.

Santiago, guitarrista y músico callejero sin licencia que toca el cajón flamenco, recibió ayer, 24 de febrero, su primera multa. El policía que se la entregó le comentó que era “la que picaba menos”. En casos así, la sanción puede llegar a subir hasta 460 euros o incluso más, pero si se paga por adelantado, la cantidad se reduce a 115 euros aproximadamente. El músico, que estaba tocando en un punto autorizado para gente con licencia, comenta que se sintió “como un delincuente, cuando no estaba molestando a nadie". Añade también que, "si las cosas siguen así, muchos músicos se quedarán sin fuentes de ingresos”. Santiago, con miedo, dice que tendrá que “dejar de tocar por un tiempo” porque si le ponen otra multa “puede ser aún peor”. 

Por otro lado, el músico callejero Nacho Simón, 'SIMONET' de nombre artístico, siente que tocar en la calle se ha vuelto "mucho más estresante ahora". Según él, este otoño "todo se ha hecho cuesta arriba, especialmente en lugares donde es común tocar, como en la Catedral". "En Sagrada Familia, cuando tocaba allí antes de julio, la policía incluso me dejaba seguir tocando si bajaba el volumen del amplificador", agrega. Sin embargo, a día de hoy, no se encuentra con la misma permisividad: "La Policía te trata como si fueras un criminal, no porque se haya incrementado en número, sino porque lo ha hecho en dureza", concluye el músico.