Arquitectura y patrimonio

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El maltratado muro del Saló de Cent que ahora se recuperará, con el rosetón cuya punta escala hasta el tercer piso.

El maltratado muro del Saló de Cent que ahora se recuperará, con el rosetón cuya punta escala hasta el tercer piso. / Jordi Otix

Carlos Márquez Daniel

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Es probable que hayan visto el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona en alguna ocasión. En persona o por televisión, porque es ahí donde se celebra el ritual de la investidura del nuevo alcalde, amén de numerosos actos protocolarios o bodas civiles. Es la joya de la corona municipal, el principal escaparate de un conjunto que, sin embargo, acumula siete siglos de despropósitos, con añadidos, pegotes y parches insuflados para dar cabida a las cosas de la maquinaria pública. Desde hace algún tiempo, los responsables técnicos de la casa intentan semejante Señor Potato arquitectónico.

Ahora, para que esa estancia noble recupere su auténtica figura rectangular, el consistorio ha encargado un proyecto que permitirá restaurar un muro original que décadas atrás quedó escondido para alojar un par o tres de lúgubres estancias sin ninguna gracia. Para que se sitúen, es el que queda al fondo del salón, justo detrás de donde ahora se sentaría Jaume Collboni.

El lado bueno del muro del Saló de Cent que se reformará por el lado exterior.

El perfil bueno del muro del Saló de Cent que se reformará por el lado exterior. / Jordi Otix

Si se entra al edificio desde Sant Jaume, una escalinata a derecha e izquierda permite subir a la galería gótica, la otra perla del inmueble. Si se sube por la siniestra, al fondo, antes de acceder al Edifici Novíssim, hay un pasillo que va hacia la derecha. El Novíssim, por cierto, es esa mole a la que se accede por la plaza de Sant Miquel proyectada en tiempos de José María de Porcioles que, más tarde, en la etapa de Joan Clos (2002) perdió cuatro plantas para hacerla menos invasiva y dar ejemplo con las volumetrías máximas que se exigían a los promotores privados.

Pasillo, grada y bar

Pero sigamos con la ruta. Al fondo del citado pasillo está el acceso por el que los concejales suelen entrar al salón de plenos, y también se encuentra la escalerita para subir a la grada reservada a los periodistas para seguir de cerca los interminables debates municipales. A medio camino, el bar que se abre los días de pleno, al que acuden los ediles, cual refugio, para tomar un refrigerio y desconectar un rato. Estamos, en resumidas cuentas, en la zona de unión entre un edificio con ocho siglos de historia y otro levantado en 1970.

El rosetón del muro en el que se interviene. En la parte superior de la esfera se distingue el trozo que coincide con el tercer piso, en el que no se interviene pero sí se retirará el pladur que no deja entrar la luz

El rosetón del muro en el que se interviene. En la parte superior de la esfera se distingue el trozo que coincide con el tercer piso, en el que no se interviene pero sí se retirará el pladur que no deja entrar la luz / Jordi Otix

Es en ese pasillo, pero en la segunda planta, donde el ayuntamiento tiene previsto pasar el cepillo. Detalla el proyecto Sònia Lobaco, jefa del departamento de Mantenimiento y Obras. "Se trata de poner orden y de recuperar la arquitectura original. Se eliminarán pequeños cuartitos que se construyeron décadas atrás para dar cabida a distintas dependencias", resume. La actuación permitirá devolver todo el esplendor al rosetón central de esta pared. Si se fijan (foto superior), la parte alta aparece oscurecida. Ese trozo coincide con el tercer piso, en el que no hace falta actuar, pero sí se retirará el pladur que no deja que la luz llegue a ese margen de la esfera.

Cuartuchos fuera

Se desviarán canalizaciones, se restaurará la piedra, se liberará el muro de cualquier añadido extraño. Y la segunda planta, con la eliminación de los cuartuchos y los baños, dejará de ser un pasillo de paredes paralelas para generar una forma más triangular de líneas sin vértice. La muralla, sin embargo, avanza Lobaco, no quedará a la vista del paseante, ya que se colocará un estucado idéntico al que ya hay en la tercera planta.

"Se trata de poner orden y de recuperar la arquitectura original. Se eliminarán pequeños cuartitos que se construyeron décadas atrás"

Sònia Lobaco

— Jefa del departamento de Mantenimiento y Obras

Tampoco este es un lugar por el que la gente pase, más allá del funcionariado consistorial. Pero se ha considerado que es más prudente, tras la reparación y liberación de la pared del Saló de Cent, crear un muro de cobertura. A través de dos nuevas ventanas y el derribo de un trozo de pared añadido al muro del lado este, el paseante podrá entender mucho mejor 'la caja' que conforma esta gran sala.

La pared de la segunda planta que esconde los cuartuchos asidos al muro del Saló de Cent

La pared de la segunda planta que esconde los cuartuchos asidos al muro del Saló de Cent / Jordi Otix

La reforma de esta segunda planta del Ayuntamiento de Barcelona para recuperar el muro está pendiente de un concurso público que parte de un presupuesto base de 227.000 euros. La ejecución, sin embargo, puesto que se licita en 2024, requerirá que el consistorio tenga los presupuestos del presente ejercicio aprobados. Si no es así, si se mantuviera la prórroga de las cuentas de 2023, el gobierno tendría que llevar la obra al pleno municipal para conseguir el voto favorable a esta actuación. La duración de las obras será como máximo de seis meses.

Restauración del techo

Mientras la reforma de este muro sigue su tramitación, en el interior del Saló de Cent ya se trabaja en la restauración de los artesonados de madera del techo más cercano a la entrada principal. Se actúa sobre una tercera parte del inmenso aposento con la voluntad de que esté terminado antes de Sant Jordi.

Detalle del estado en el que se encuentra el rosetón del muro sur del Saló de Cent

Detalle del estado en el que se encuentra el rosetón del muro sur del Saló de Cent / Jordi Otix

Explica Lobaco que la sensibilidad por el patrimonio público es relativamente reciente en el consistorio. "Fue en los 80, seguramente por influencia de los Juegos del 92, cuando el ayuntamiento empezó a darse cuenta de la necesidad de cuidarlo. Pero las inversiones más importantes se han hecho, sobre todo, en este siglo". En nada, muro renovado y rosetón completo en el Saló de Cent.