Solución intermedia

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La plaza Mercè Sala del Poblenou, con su valla de la discordia

La plaza Mercè Sala del Poblenou, con su valla de la discordia / Ricard Cugat

Gisela Macedo

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Reducir el espacio cercado y cerrar solo la parte "conflictiva" de la plaza. Esta ha sido la propuesta del Ayuntamiento de Barcelona a los vecinos del barrio del Poblenou que se encuentran enfrentados por la valla que hace unos ocho meses se instaló en la plaza Mercè Sala. Solamente llegó a cerrarse las primeras noches, de hecho, ya que las quejas de otros residentes del barrio llevaron al gobierno municipal de entonces ('Comuns' y PSC) a comprometerse a retirar el vallado.

A día de hoy, la estructura sigue en su sitio, aunque con sus grandes puertas abiertas día y noche. La idea inicial era que Parcs i Jardins lo cerrara a las 22:00h y lo reabriera a las 08:00h cada día, para evitar "problemas de inseguridad y botellones". Pero el consistorio descartó el plan original en vista de la polémica y la cercanía de las eleccions municipales.

La valla de la discordia fue una petición de la comunidad de vecinos y oficinas que se encuentran en esta plaza, y ellos mismos fueron quienes la pagaron, con un coste de 55.000 euros, después de recibir la autorización por parte del ayuntamiento. No obstante, cuando llegaron las quejas del resto del barrio, desde Barcelona en Comú y el PSC declararon que no sabían nada de la verja y que todo el proceso "quedó entre técnicos, sin que se elevara a los concejales".  

La plaza Mercè Sala del Poblenou, con su valla de la discordia

La plaza Mercè Sala del Poblenou, con su valla de la discordia / Ricard Cugat

El ayuntamiento propone un "punto medio"

Ahora, los vecinos esperan llegar a un acuerdo sobre qué hacer con esta valla. Unos quieren que desaparezca, mientras que otros desearían conservarla. El pasado lunes día 4 se reunieron ambas partes con el ayuntamiento, en un tenso encuentro en la que el consistorio puso sobre la mesa esta solución, que vendría a ser una especie de "punto medio" entre lo uno y lo otro.

Con esta, se retiraría la gran valla actual ubicada entre las calles Ciutat de Granada y Doctor Trueta, y "se mantendría la parte situada en la parte más interior de la plaza, entre los porches y la chimenea", donde se habrían dado "situaciones de incivismo", al tener zonas oscuras. De la misma manera que se hace en otros espacios de la ciudad, Parques y Jardines se encargaría de cerrar esta valla por la noche y abrir por la mañana, han explicado fuentes municipales a EL PERIÓDICO.

Disputa entre vecinos: "No tienen legitimidad"

Toni (nombre ficticio), portavoz de los vecinos de la plaza que pagaron por la valla, ha dicho en declaraciones a este diario que están abiertos a aceptar la solución del consistorio, pero piden algo más: "si el ayuntamiento se compromete a cerrar solo la parte conflictiva y hacer de esta plaza dura una zona verde más agradable y poner unos bancos, nos vamos a entender. Vamos a intentar ceder", asegura, añadiendo también que la actual valla cumple de alguna manera su función: "Aunque esté abierta, ya disuade".

En la posición opuesta se encuentra Isabel Vázquez, una de las vecinas contrarias a la valla que también se ha reunido con el ayuntamiento. En una entrevista con este diario, ha explicado que van a plantear en el próximo Consejo de Barrio la solución que ha propuesto al ayuntamiento, para decidir entre todos si la aceptan o rechazan, de manera que la decisión que transmitan sea legítima al haberla puesto en común y debatido. Igualmente, recuerda que en los últimos meses ya recogieron más de 300 firmas de vecinos pidiendo que retirasen la valla por completo.

"No vemos bien que unos vecinos adinerados pongan una valla en un espacio público y paguen por ello. Lo hacen con buenismo, como si fuera lo mejor para todos. Pero, si es así, lo tiene que hacer el ayuntamiento. Ellos no tienen legitimidad para decidir qué es bueno para todos. Lo público lo decide la gente y, en todo caso, lo ejecuta el ayuntamiento, que es el órgano que hemos votado. De lo contrario, lo que ocurre es que el que tiene dicero decide", argumenta Vázquez. Asimismo, la vecina asegura que este elemento es innecesario, ya que "es un barrio muy tranquilo" y, a excepción de "algún botellón en verano", no es una zona problemática como sostiene la otra parte.

Desde el ayuntamiento aseguran que la negociación continuará. "En todo este proceso, se seguirán manteniendo conversaciones con los vecinos de la zona para determinar cuáles serán los pasos a seguir para desarrollar este proyecto", comentan fuentes municipales consultadas por EL PERIÓDICO. Por ahora, la próxima reunión con las tres partes tendrá que esperar a que se celebre el mencionado Consejo de Barrio, programado para el 25 de enero del 2024.