Nuevos retos

Los interioristas se enfrentan a la irrupción de grandes marcas y la IA: "la profesión se ha prostituido"

Abre en Barcelona un espacio que fusiona interiorismo, alta cocina y una surrealista historia con Dalí

Grandes marcas de muebles y decoración se instalan en la avenida Diagonal de Barcelona

Grandes marcas de muebles y decoración se instalan en la avenida Diagonal de Barcelona / ALVARO MONGE

Gisela Macedo

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El mundo del interiorismo atraviesa una profunda transformación. En un contexto donde la rapidez y los precios competitivos rompen el mercado, la profesión del diseñador de interiores “se ha prostituido”, según afirman algunos expertos. En Barcelona, la irrupción de grandes marcas de muebles y decoración puede apreciarse cuando uno camina por la avenida Diagonal, la “milla de oro de la decoración” que en los últimos años se ha consolidado con la apertura de locales de grandes empresas como Ikea, Zara Home o Maisons du Monde.

A menudo, estas grandes empresas ofrecen servicios de interiorismo de forma digital, con los que hacen propuestas a los clientes con una premura y unos precios con los que un profesional tradicional no puede luchar. "Llevar un estudio de interiorismo requiere una dedicación, un local, una gestión, que hacen que sea muy complicado competir”. afirma Pedro Coelho, Jefe del Área de Diseño de Interiores de la Escuela de Diseño LCI Barcelona.

El perfil del cliente ha ido cambiando”, apunta Xavier Martín, decano del Colegio de Diseñadores de Interiores e Interioristas de Catalunya (CoDIC). "Actualmente hay muchos que van a lo más barato y esto nos ha hecho prostituir la profesión. Algunos diseñadores se han ido vendiendo a grandes firmas, hacen los proyectos con ellos y se llevan comisión. Han tomado esta decisión para seguir facturando”, asegura. Para el experto, esto también es consecuencia de la desaparición progresiva de la clase media, que hace que su ‘target’ se reduzca a un cliente con cada vez más poder adquisitivo. No obstante, Martín asegura que el servicio del diseñador de interiores “no tiene que ser para los ricos" y que "una buena gestión te ahorra disgustos y dinero”.

Xavier Martín, decano del Colegio de Diseñadores de Interiores e Interioristas de Catalunya (CoDIC)

Xavier Martín, decano del Colegio de Diseñadores de Interiores e Interioristas de Catalunya (CoDIC) / Cedida

Este contexto está conduciendo a este sector, como a tantos otros, hacia la precarización. “Al acaparar tanto mercado, muchos interioristas acabarán trabajando para estas grandes empresas que piden propuestas rápidas y ‘online’, y se generará esta precariedad. Es lo mismo que está pasando en otras profesiones”, valora Coelho.

Grandes mueblistas vs. interioristas

Martín insiste en la importancia de saber diferenciar entre un diseñador de interiores independiente y una gran tienda de muebles o decoración. Porque, “aunque estas grandes empresas también ofrecen interioristas, realmente son comerciales se deben a su marca. Por lo tanto, te intentarán vender esos muebles, te gusten o no”. “Los interioristas profesionales, en cambio, no nos casamos con ninguna firma, e intentamos crear un anillo muy a medida para cada cliente”.

“El diseñador lo que hace es crear espacios y provocar sensaciones y ambientes. El que quiere un espacio bien diseñado, lo que necesita es un profesional bien cualificado. Porque el interiorista piensa en todos los usos diferentes que le dará el cliente al mismo espacio y juega con las iluminaciones; es ingenioso, original, capaz de analizar ese espacio para los 365 días", añade el decano, que insiste en que esto es algo muy diferente a simplemente "comprar muebles".

Por eso, tanto Martín como Coelho coinciden en que los interioristas que sobrevivirán en los próximos años como profesionales autónomos serán aquellos que consigan “generar una marca personal, con un estilo de trabajo propio”, y que puedan permitirse “ofrecer sus servicios a unos precios buenos para un ‘target’ que busque algo diferencial; que es el que entiende que, cuando cuenta con un profesional, los resultados son completamente diferentes”. 

El reto emergente de la IA

Aparte de esta irrupción de grandes empresas como Ikea y tantas otras, otro asunto que preocupa a Coelho y que supone otro reto para la profesión es la inteligencia artificial (IA). “Sin ir más lejos, la semana pasada en una feria vimos la presentación de una ‘app’ en la que seleccionamos unos estilos y unas dimensiones, y la IA nos hacía unas propuestas de espacios interiores, e incluso nos daba el presupuesto y la opción de comprar”, explica.

No obstante, y lejos del lamento o la aversión, el experto considera que es necesario aceptar que “esta es la realidad y que los interioristas tienen que saberse remover en este contexto complicado”. “Entiendo todo esto como un reto y que hay que integrarlo en la formación de futuros profesionales y en los estudios". "La capacidad creativa la seguimos teniendo nosotros, no la IA. Por eso, ahora con los alumnos realizamos proyectos y trabajos integrando IA y haciendo una simbiosis entre el hombre y la máquina para crear espacios, y esta es la línea que hemos de seguir”, valora.