Estos son los dos últimos barrios que se unieron a Barcelona durante el franquismo

Hace 78 años, durante la época del franquismo, la ciudad de Barcelona vivió la incorporación de los dos últimos territorios a su municipio, marcando un punto de inflexión en la evolución geográfica de la ciudad. Baró de Viver y el Bon Pastor se unieron a la capital catalana como barrios, poniendo fin a una serie de expansiones municipales que había perdurado a lo largo de los años.

Estos dos territorios, antes parte de los términos municipales de Santa Coloma de Gramenet y Sant Adrià del Besòs, se extendían a ambos lados del río Besòs, lo que añadió un componente geográfico de interés a esta unión.

El proceso de anexión se concretó el 1 de enero de 1945, fecha en la que Baró de Viver y el Bon Pastor pasaron a ser oficialmente parte de Barcelona. Esta fusión no solo tuvo implicaciones cartográficas, sino que también dejó una huella en la vida de los residentes de estos distritos.

La historia de estos barrios se remonta al 1929, cuando se construyeron los primeros polígonos de viviendas asequibles en territorio colomense. En aquel momento, uno de los polígonos fue nombrado Baró de Viver, mientras que el otro, ubicado en el Bon Pastor, recibió el nombre de Milans del Bosch. Estas viviendas económicas desempeñaron un papel fundamental en la configuración de los territorios que, finalmente, se integraron en la ciudad de Barcelona.

La noticia de la anexión ya había sido anunciada públicamente casi un año antes, el 4 de enero de 1944, cuando se publicó en el Boletín Oficial del Estado el acto que segregaba el término municipal de Santa Coloma de Gramenet y agregaba el territorio situado en la margen derecha del río Besòs a Barcelona. Los residentes estaban informados de que se convertirían en barceloneses. Hasta la fecha actual, se puede considerar que la incorporación de Baró de Viver y el Bon Pastor ha supuesto el cierre de un capítulo en la evolución geográfica de Barcelona.