Entrevista

Daniel Mòdol: "Consell de Cent es una pijada; Barcelona no es capaz de decidir qué le hace falta"

El urbanista y arquitecto considera que los ejes verdes fueron una "operación de marketing para salvar las supermanzanas" e insta a planificar en base a una pregunta muy simple: "¿Qué necesita la ciudad realmente?"

Daniel Mòdol, en su despacho profesional, rodeado de maquetas, el pasado viernes

Daniel Mòdol, en su despacho profesional, rodeado de maquetas, el pasado viernes / Jordi Cotrina

Carlos Márquez Daniel

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Superó el medio siglo de vida el año pasado, así que podría decirse que Daniel Mòdol, arquitecto y urbanista, ha entrado en esa etapa de la vida en la que el discurso se filtra cada vez menos. Fue concejal del Ayuntamiento de Barcelona entre 2015 y 2019, pero sigue echando una mano al PSC -partido del que no es afiliado pero sí simpatizante- en asuntos que incumben a su oficio. Asesoró al partido en la campaña de las elecciones municipales del pasado mayo y es una de las voces que el alcalde Jaume Collboni suele tener en cuenta.

¿Le habría gustado ser arquitecto jefe del ayuntamiento?

Es una posibilidad que se ha presentado tres veces y siempre la he rechazado. Es un cargo con el que no estoy muy de acuerdo, me parece una figura innecesaria. Hay técnicos buenísimos en el ayuntamiento y no entiendo la necesidad de destacar a una persona. Lo aboliría... Otra cosa es crear una comisión de expertos asesores.

Pero entonces la decisión final la acaba tomando el político. Quizás eso es todavía peor.

Se debería evitar. De hecho, se debería desvincular la arquitectura y el urbanismo de la política.

Mòdol, en los jardines sitos junto a su despacho profesional, en Sarrià

Mòdol, en los jardines sitos junto a su despacho profesional, en Sarrià / Jordi Cotrina

¿Cree que el urbanismo se ha politizado?

Venimos de una politización tremenda, sobre todo en los dos mandatos de Ada Colau. Es un área que genera mucho impacto en la ciudadanía; con el urbanismo táctico, por ejemplo. Antes había más respeto hacia las profesiones y hacia los técnicos internos, que insisto que son muy buenos.

¿En los ocho años de Colau no existió ese respeto?

Llevamos una temporada bastante nefasta. No solo estos ocho años. También con Xavier Trias y su concejal Antoni Vives; más desprecio hacia la profesión no se podía tener. Estuvimos cuatro años con el mantra de la 'smart city', que no quería decir nada. Un concepto que no fue asociado a ninguna acción concreta. Hoy todavía no sabemos cuál es la herencia de Trias en materia de urbanismo.

"Venimos de una politización tremenda del urbanismo; antes había más respeto hacia las profesiones y hacia los técnicos del ayuntamiento"

¿La reforma de la Diagonal?

Sí, las vías 'premium'. Consell de Cent, por ejemplo, que es muy vulgar en cuanto al diseño. Y estratégicamente está muy mal pensado porque está a 100 metros de las rondas que llevan al casco antiguo y eso hace que la trama urbana sea reiterativa. Se han creado necesidades, igual que en la Diagonal, que se hizo para impedir que pasara el tranvía. Lo que hay son ganas de dejar huella. Y pasó lo mismo con Joan Clos y el Fòrum, inventando un evento para crear un espacio que la ciudad jamás ha hecho suyo.

Daniel Mòdol, ante el 'coworking' situado en el 22@ que ha salido de las tripas de su despacho de arquitectura

Daniel Mòdol, ante el 'coworking' situado en el 22@ que ha salido de las tripas de su despacho de arquitectura / Ricard Cugat

Desarrolle por favor su opinión sobre el eje verde de Consell de Cent.

Es una operación de marketing para salvar las supermanzanas. Es una peatonalización con una previa importante: solo tiene sentido si forma parte de un sistema. Pero es un grave error político plantear 21 ejes que sabes que no harás nunca. Un solo eje ha costado 26 millones de euros, inviable. Es, además, un encargo del siglo XXI con errores del siglo XIX, porque, por ejemplo, no es accesible. A nivel estratégico hay un error urbano. El casco antiguo se está vaciando de gente, un problema que se está extendiendo hacia el Eixample. Lo peor que puedes hacer en estos casos es peatonalizar. Se ha creado una línea peatonal 200 metros más arriba del Gòtic y del Raval, con lo que, automáticamente, desde Consell de Cent hasta el mar eso ya pasa a ser casco antiguo, con todo lo que significa. Si tienes detectada una dinámica que quieres combatir, no la favorezcas.

¿Y cómo combatimos la crisis climática?

Necesitamos que Barcelona sea lo más sana posible, pero también que siga siendo ciudad. Quien quiera campo, que se vaya al campo. Estas intervenciones no sirven. No bajas la contaminación. Es otro mantra, el del urbanismo populista que no resuelve las causas globales.

La calle de Consell de Cent, renacida como espacio infantil.

Ambiente en una zona pacificada de Consell de Cent / Jordi Otix

¿No hay nada que podamos hacer?

Hay un trabajo bestial, del que no se habla, que es conseguir que los edificios sean más eficientes. El 70% de las fincas tienen más de 70 años, así que son totalmente ineficientes energéticamente. ¿Por qué no se actúa ahí? Electrificar el parque móvil de vehículos, de acuerdo. Pero no suprimirlo. Hay necesidad de circular.

"Consell de Cent es una operación de márketing para salvar las supermanzanas"

¿Considera que se ha perseguido al vehículo privado?

Sí, sobre todo por parte de gente que no ha tenido nunca carnet de conducir. Una política reaccionaria. Volvemos a lo innecesario, lo caprichoso, lo ideológico. Lo que menos sentido tiene, y vivimos las consecuencias, es eliminar flexibilidad. El verdadero éxito es que en el mismo espacio te puedas mover de distintas maneras. Hay que mejorar las condiciones del espacio público, pero no quitarles potencial.

¿Qué opinión le merece el urbanismo táctico?

Es urbanismo de ignorantes. Es un oxímoron, de hecho. El urbanismo es estratégico. Son intervenciones de bajo impacto sobre el espacio público para generar un debate. Pero no es urbanismo. Urbanismo es la reserva del 30% de vivienda pública en las nuevas promociones. Que no ha funcionado… Pero se detectó un problema y se impulsaron medidas.

Un vecino contempla la nueva alfombra de urbanismo táctico de la Gran Via, desde el balcón de su casa

Un vecino contempla la alfombra de urbanismo táctico de la Gran Via desde el balcón de su casa / Ricard Cugat

¿Cómo debería hacerse?

Como se anunció con tiempo, todos los promotores hicieron en dos años lo que tenían previsto en cinco. Ahora nadie hace vivienda nueva en esta ciudad. Se tiene que exigir una bolsa de dinero para vivienda pública. Pero no puedes condicionar la promoción de esta manera.

¿Qué le dicen los promotores con los que trata sobre el cambio de gobierno?

El cambio ha sido bestial. No hay ninguna normativa nueva, pero solo el perfil político ha cambiado la mentalidad.

"Se tiene que exigir una bolsa de dinero para crear vivienda pública. Pero no puedes condicionar la promoción con la obligación de reservar el 30%"

El 22@ atraviesa una cierta crisis, con muchas oficinas vacías. ¿Alguna idea?

El urbanismo siempre llega tarde. Desde que detecta el problema hasta que propone la solución todo ha cambiado. Los tiempos burocráticos son brutales. Hay mucha oficina vacía y seguirá siendo así. Tenemos un plan aprobado de 30.000 m2 de un promotor para hacer oficinas, pero ya no las quieren hacer. Hay muchas operaciones paradas y hay que darles salida de alguna manera. Las Tres Xemeneies del Paral·lel y la Mercedes, por ejemplo, ya no son viables, con un montón de oficinas que no se llenarán nunca. Hay que encontrar la regulación que permita más de una posibilidad.

¿Qué grandes obras tiene pendientes Barcelona?

Hay una zona que creo que tiene mucho potencial: la estación de França y toda la lengua ferroviaria que queda por debajo de la Ciutadella. Sería un gran parque urbano hasta el mar saltando por encima de la Ronda Litoral, y permitiría construir vivienda. Pero vuelvo al inicio de la conversación. ¿Qué nos hace falta?

Oriol Bohigas y Daniel Mòdol diseccionan Barcelona

Oriol Bohigas y Daniel Mòdol, en un debate sobre urbanismo organizado por este diario en 2012 / Elisenda Pons

Vivienda.

Pues ahí están las grandes obras pendientes. Oigo lo de la cobertura de la Ronda de Dalt, que es un proyecto de ciudad, pero no es una prioridad. Está claro que los vecinos de la zona tienen déficit de espacio público, pero el trabajo del político es priorizar. El paseo marítimo, ¿quién lo pide? Esta ciudad sigue viviendo de espaldas al mar y no le importa demasiado. Se habla del Moll de la Fusta, ¿pero hay necesidad? Si estos son los temas pendientes de ciudad, vaya ciudad más pija…

¿Consell de Cent es una pijada?

¿Qué efecto ha conseguido y de qué necesidad surge? Urbanamente es una tontería, o sea que claro que es una pijada. Somos una ciudad pija desde hace tiempo. Porque no somos capaces de decidir qué le hace falta. En cuanto a la vivienda, tengo ganas de que venga un político y diga ‘esto no se resolverá nunca’. Siempre que haya más demanda que oferta, estaremos así.

"La Sagrada Família es una horterada, un 'fast-food' constructivo"

¿Y qué le decimos a los jóvenes que quieren vivir en Barcelona?

Hay que dejar de pensar que la gente tiene que vivir en un piso en esta ciudad. Hay que hacer un estudio a fondo de todos los espacios en los que se pueda vivir. ¿Por qué prohibimos las residencias de estudiantes? ¿Por qué no las hace la administración pública? Hay que buscar fórmulas alternativas y desde la administración no se está haciendo suficiente. 'Colivings' públicos, ¿por qué no?

De su paso por la política se hizo célebre su descripción de la Sagrada Família. "Una mona de Pascua", dijo. ¿Cómo la ve ahora?

Ahora ya es directamente una horterada. Es un 'fast-food' constructivo. No hay nada positivo en lo que se está haciendo. Es horrible. Qué imagen más patética estamos dando al mundo... 

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