Datos en exclusiva

Suicidios en el metro de Barcelona: una veintena de atropellos al año con más de un 70% de supervivencia

El suburbano contabiliza 126 arrollamientos desde 2019 y nueve de cada diez fueron tentativas de quitarse la vida

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Catalunya concentra el 60% de los atropellos de toda la red ferroviaria estatal

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Imagen de las vías de una estación de la L2 de Barcelona, este verano

Imagen de las vías de una estación de la L2 de Barcelona, este verano / Jordi Otix

Meritxell M. Pauné

Meritxell M. Pauné

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El metro de Barcelona contabiliza una veintena de arrollamientos al año, la mayoría de los cuales por intentos de suicidio. Una realidad conocida por la ciudadanía pero pocas veces cuantificada. Cuando se produce un atropello no se explicita en la megafonía. EL PERIÓDICO ha tenido acceso a datos en exclusiva de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) sobre estos incidentes en la red suburbana de Barcelona, tras las cifras divulgadas este septiembre sobre los atropellos ferroviarios en Catalunya.

El metro de Barcelona tiene constancia de 126 atropellos desde 2019 hasta mediados de septiembre de 2023. Muy pocos son “accidentes”, en el argot que usa la compañía para definir imprudencias y caídas. Casi nueve de cada diez (el 87,69%) constan como “voluntarios”, es decir, personas que han saltado a la vía de forma intencionada para quitarse la vida. En ambas categorías, la gran mayoría de víctimas no fallece: la tasa de supervivencia llega al 73,7% en los últimos cinco años y sube a un 77,9% si se excluye el año en curso por no ser una anualidad completa.

Fuentes de TMB apuntan que la fuerza centrífuga que ejerce el tren en el hueco de los andenes de estación suele empujar a las víctimas hacia un lateral en vez de arrollarlas de frente. Por ello, raramente los atropellos son mortales sino de gravísimas consecuencias. Ante el tabú social que aún rodea las muertes por suicidio, la operadora segrega los datos como mensaje de prevención: los testimonios de supervivientes han hecho posible conocer el arrepentimiento de muchísimas víctimas tras haberse arrojado.

Los datos fluctúan bastante y dejan una media de 25 casos anuales este lustro. En los primeros nueve meses de este 2023 han tenido lugar 16 arrollamientos, dos de ellos accidentales. El año pasado hubo 23, con un solo caso no “voluntario”. En 2021, un año difícil en salud mental tras la pandemia, la cifra subió a 37: seis accidentes y 31 suicidios. El año del confinamiento cayó el total a 18 (4 accidentes). Y el ejercicio prepandemia fueron 32, de los cuales 30 eran suicidios.

En los últimos cinco años constan 85 personas heridas por intentos de suicidio en el metro y otras 26 fallecidas. En cambio, los accidentes son causantes de dos únicas muertes y 13 víctimas no mortales.

Metro y tren

Según las estadísticas del INE, en 2022 fallecieron 576 personas en Catalunya por suicidio. Los casos en instalaciones ferroviarias son minoría, pero en cierto modo son más visibles por su repercusión en personas ajenas al entorno de la víctima. A modo de comparación, en la extensa red de vías de tren en Catalunya, según datos de Renfe del mes pasado, han tenido lugar 52 arrollamientos en lo que va de año. El anterior fueron 58.

Entre 2019 y 2023 la cifra oscila entre 40 y 58, la mayoría suicidios también. No obstante, el histórico de datos de la compañía muestra que Catalunya concentra el 60% de los atropellos de toda la red estatal, un porcentaje que desconcierta a los expertos y que no parece tener una sola causa clara.

Afectación para el conductor

Tanto en el metro como en el tren, además de la afectación al servicio –paro de la línea, retrasos, frecuencia de paso…– y el impacto psicológico para los pasajeros testigos de un suicidio, es importante destacar el trauma que suponen los atropellos para los conductores. Desde 2016, el operador ferroviario dispone de un servicio externalizado de prevención psicológica que funciona de 9 a 21 horas los 365 días del año.

TMB cuenta también con un servicio de atención psicológica para los conductores de metro que viven alguna situación de crisis, en especial un atropello. También desde 2016, antes la atención era ad hoc a casos concretos. Esta unidad “garantiza la asistencia de un profesional de psicología las 24 horas del día y los 365 días del año”, indica TMB a este diario. La primera atención llega dentro los 90 minutos posteriores al hecho potencialmente traumático: “Los expertos apuntan que los primeros minutos son cruciales para una correcta recuperación”.

Luego, a las 72 horas, reciben una segunda atención presencial y finalmente una tercera a los 18 días si es necesaria. Como complemento, dos llamadas de seguimiento a las 48h y a los 7 días del incidente. El servicio facilita a los conductores “un conjunto de técnicas que mitigan la cronificación del impacto recibido”, sintetiza la compañía. Además los mandos intermedios reciben formación para prestar primeros auxilios psicológicos.

Este diario relató en 2018 la experiencia de un conductor que ha vivido ocho arrollamientos al mando de un convoy del metro, una cifra insólita en la plantilla que le llevó a necesitar mucha ayuda psicológica. "Ver a una persona tirarse es tremendo", concienciaba, al defender que se hable del suicidio abiertamente para poder prevenirlo.

Herramientas para una conversación que salva vidas

Clara Rubio, presidenta de la Asociación Catalana de Prevención del Suicidio y además superviviente, recomienda diversas estrategias para abordar situaciones de riesgo inminente en entornos ferroviarios. De entrada, buena formación para los trabajadores de las estaciones: "Son quien primero puede identificar a una persona con una conducta inhabitual y acercarse a hablar con ella, llegará siempre antes que los servicios de emergencia". "Hay que ofrecer herramientas para tener esta conversación, porque si no es natural tener miedo a no saber qué decir o a empeorar la situación", explica.

También señala "puntos negros" detectados en toda la geografía catalana donde hay mayor incidencia de tentativas por vías de tren de fácil acceso. "No se está invirtiendo para reducir esta mortalidad", lamenta. Por otro lado, aconseja reforzar "el acompañamiento posterior a las víctimas supervivientes y su entorno familiar para evitar repeticiones".

Finalmente, recuerda la buena experiencia de una campaña en el metro de Barcelona que difundía mensajes de prevención y el teléfono 900925555 de ayuda 24h. Los días que se llevó a cabo subieron las llamadas: "Quizá valdría la pena algún tipo de presencia permanente". Y es que la presunta determinación de las víctimas no es absoluta como a menudo se cree, todo lo contrario: "La conducta suicida es muy compleja. En los momentos previos siempre hay una ambivalencia y consideras varias alternativas para escapar al gran dolor emocional que sientes". El reto de la prevención, concluye, siempre es establecer vínculo a través de esa posibilidad alternativa que propicia el instinto se supervivencia.

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