Colaboración ciudadana

Rescatado un hombre tras sufrir un infarto en una inaccesible zona de Collserola

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Sufre un ataque al corazón en el metro de BCN y salva la vida gracias a dos pasajeros

David Vivanco se reencuentra con los agentes de la GUB Juan López y Edgar Varela

David Vivanco se reencuentra con los agentes de la GUB Juan López y Edgar Varela / Guardia Urbana de Barcelona

Gisela Macedo

Gisela Macedo

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Si piensa en el concepto de suerte, a David Vivanco, vecino de Barcelona de 35 años, seguro que le viene a la cabeza el día en que sufrió un infarto de miocardio mientras caminaba solo por Collserola, y consiguió sobrevivir gracias a la colaboración de los ciudadanos que pasaban por allí y de las autoridades. Él no recuerda nada, pero entre quienes le ayudaron y algún dato de su teléfono móvil ha podido reconstruir esta historia, que ha relatado a este diario junto con los policías de la Guardia Urbana que participaron en su rescate.

Era la mañana del sábado 11 de febrero de 2023. David había quedado con unos amigos para subir a Collserola, pero finalmente no pudieron acompañarle. Hacía buen día y el hombre decidió ir igualmente, de modo que se echó a andar solo desde la zona del Camp Nou, donde reside. De camino grabó un vídeo con el móvil para su cuñada en el que se le veía “muy bien”, aunque tres días antes había pedido una cita en cardiología por unos fuertes dolores en el pecho que había sentido mientras practicaba deporte. Le habían dado hora para visitarse el lunes, pero no llegó. Mientras caminaba por la montaña, el hombre comenzó a tambalearse y se desplomó en el suelo. Unas señoras que lo vieron todo fueron socorrerle. Ahí comenzó la rápida colaboración ciudadana a la que David debe la vida. 

Las mujeres, que pensaban que se trataba de un desmayo, le colocaron en posición lateral de seguridad. Al momento pasó por allí un hombre que, casualmente, era un médico que estaba realizando su residencia de dermatología en Barcelona. Vio que no se le detectaban signos vitales e inmediatamente inició la reanimación cardiorrespiratoria.

En ese momento, la Guardia Urbana de Barcelona ya había recibido la alerta y una patrulla se dirigía hacia el lugar. No obstante, la ubicación que les mandaron era errónea; pero otro golpe de suerte jugó a favor de David: unos ciclistas que estaban al corriente de la situación interceptaron el vehículo policial y guiaron a toda velocidad a los agentes hacia el lugar correcto, donde llegaron unos diez o doce minutos después del desplome.

“Era una zona forestal apartada en el término de Sant Just Desvern”, recuerdan los agentes Juan López y Edgar Varela, en una entrevista con EL PERIÓDICO. “Cuando accedimos al lugar vimos que una persona le estaba realizando la reanimación cardiopulmonar y rápidamente fuimos a hacerle el relevo. El hombre estaba en parada cardiorrespiratoria y efectuamos una descarga con el desfibrilador que llevamos en el coche patrulla. Tras la descarga, él seguía igualmente inconsciente, pero con pulso y respiración más o menos estable. Luego volvió a presentar dificultades respiratorias y le pusimos una cánula de Guedel -un tubo que se utiliza para despejar la vía respiratoria del paciente-”, recuerdan. 

Mientras, otro equipo de agentes se coordinaron con el Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) para hacer llegar un helicóptero medicalizado a la zona, ya que era complicado acceder a ella en ambulancia. A su llegada, los médicos continuaron con la estabilización del paciente para luego llevarlo al hospital Vall d’Hebron de Barcelona. Tres días después, el martes 14 de febrero, David despertó en el centro hospitalario sin recordar absolutamente nada.

Reencuentro con quienes le salvaron: "Quería abrazarles"

En su conversación con este diario, David ha destacado que, durante su hospitalización, estuvo conversando con el personal sanitario sobre “la importancia de que la gente sepa primeros auxilios”, ya que esto fue la clave para sobrevivir en su caso. Después de esta experiencia, él mismo asegura que se apuntará a un curso para aprender.

A día de hoy, el hombre está totalmente recuperado y, el pasado jueves 21 de septiembre, se reunió con los dos agentes de la Guardia Urbana que le ayudaron a sobrevivir. Los fue a visitar a la comisaría de Sarrià-Sant Gervasi. “Quería darles las gracias, abrazarles, conocerles”, explica David. Durante su encuentro fueron a visitar la zona donde sucedió todo, ya que él desconocía cuál era.

David Vivanco se reencuentra con los agentes de la GUB Juan López y Edgar Varela

David Vivanco se reencuentra con los agentes de la GUB Juan López y Edgar Varela / Guardia Urbana de Barcelona

David Vivanco se reencuentra con los agentes de la GUB Juan López y Edgar Varela

David Vivanco se reencuentra con los agentes de la GUB Juan López y Edgar Varela / Guardia Urbana de Barcelona

Los agentes López y Varela, por su parte, destacan que para ellos es una suerte el haber contribuido a salvar una vida: “No hay nada más grande", aseguran, y añaden: "Estamos muy contentos con la intervención y con el vínculo que hemos creado con esta persona. Ambos llevamos 15 años en la profesión y, desgraciadamente, nos hemos encontrado con esta situación otras veces, pero con resultado de muerte en la mayoría de los casos”.

Además de con los policías, David también ha podido reunirse con el médico residente que le realizó los primeros auxilios justo cuando acababa de desplomarse. Su nombre es Jorge y lo pudo localizar, también, por otra coincidencia: se trata del mejor amigo de la hija del ex jefe de su tío (todo un lío, ciertamente). Después de aquél suceso, el médico llamó a su amiga para contarle lo que había pasado y el boca-oreja hizo que terminaran atando cabos y poniéndose en contacto. Gracias a ello, David también se citó con esta persona para invitarle a comer y darle las gracias.

Durante su charla con él, David descubrió que también fue toda una casualidad que Jorge justamente pasara por allí en aquél, porque el médico “tenía planeado ir de excursión a Montserrat, pero se despertó tarde y al final optó por ir a Collserola”. De no ser así, quizás su habría sido otro; ya que las probabilidades de sobrevivir a una parada cardiorrespiratoria se reducen considerablemente cuando se tardan varios minutos en iniciar las maniobras de soporte vital.

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