Oana Iordachescu: "Barcelona puede convertirse en el próximo Tech Hub"

Oana Iordachescu, 36 años, de Bucarest (Rumanía). Ha vivido en Dublín, Ámsterdam, París y Berlín antes de mudarse en Barcelona hace un par de meses. Es la fundadora de We Include, una consultoría de comunicación centrada en la contratación de tecnología, diversidad e inclusión, y el futuro del trabajo. Anteriormente fue senior Talent Leader en organizaciones tecnológicas como Booking.com, Criteo, Meta, Wayfair y lideró equipos en EMEA y Asia, contratando a talento.

¿Por qué escogiste Barcelona?

Barcelona entró sin lugar a duda en las principales ciudades para vivir en este momento de mi vida personal y carrera profesional. Desde una perspectiva profesional, Barcelona está avanzando mucho en el ámbito tecnológico y a nivel de inversión e innovación se está volviendo una ciudad muy prometedora para convertirse en el próximo Tech Hub. Esto de por sí ya atrae talento internacional que está interesado en hacer de Barcelona su hogar.

Además, es muy fácil moverse en inglés por la ciudad y la cultura local es muy abierta y atractiva, lo que hace que te puedas integrar sin problemas. También es el lugar perfecto para practicar una vida más consciente, con posibilidad de disfrutar de todo tipo de actividades, desde senderismo, ciclismo, natación, etc., una perspectiva positiva de la vida y priorizar la vida social, que me encanta.

¿Qué aspectos de la ciudad destacarías como positivos?

Estoy extremadamente agradecida porque la gente es muy abierta tanto a nivel profesional como personal. Sentirse solo y aislado en lugares nuevos es un tema común entre los expats y los barceloneses lo entienden. Esto me ha permitido comprender rápidamente las realidades locales y conectar a muchos niveles para empezar una buena vida en un sitio nuevo.

¿Qué aspectos de la ciudad hay que mejorar? ¿Cómo?

Cuando vivía en Ámsterdam y Berlín iba a todas partes principalmente en bicicleta. En cambio, aquí, aunque intento hacerlo, debo confesar que es una actividad que me crea ansiedad ya que la ciudad no está pensada para ciclistas.

Además, creo que la municipalidad realmente debería contar con consultores expertos para estudiar en profundidad las infraestructuras necesarias para involucrar y proteger a todos los implicados en la movilidad. Si se logra este equilibro, la ciudad estaría más limpia y sería más tranquila y amigable.

¿Qué esperas de la Barcelona de los próximos años?

En una ciudad en crecimiento como Barcelona, hay que trabajar en una integración dinámica y evitar discriminaciones, por lo que espero que Barcelona sea capaz de ofrecer una infraestructura de ciudad para todos, que genere foros de conversación donde los que quieran involucrarse puedan hacerlo, como Barcelona Global, y que cree accesibilidad a escala humana en las instituciones, la educación, la oferta cultural y el trabajo. Con las herramientas adecuadas, el talento local e internacional puede construir conjuntamente iniciativas increíbles y lograr ese equilibrio entre la autenticidad local y los recursos globales.

¿Cuál sientes que es tu ciudad? ¿Qué es lo que más echas de menos?

Soy el resultado de todos los lugares en los que he vivido, y echo de menos a partes iguales la gente tranquila y amistosa de Dublín, los paseos por los canales perfectos de postal de Ámsterdam, la rica cultura artística de París, la posibilidad de ir en bicicleta desde Berlín hasta Polonia para tomar unos pierogis, y los veranos fáciles de Bucarest. Ahora siento que estoy fusionando todo esto en Barcelona. Estos lugares ahora son motores de innovación tecnológica, de acceso a trabajos y educación con visión de futuro, y todos pueden ser modelos a seguir para otros municipios, si priorizan hacer lo correcto para sus comunidades diversas.