WC 'secos' y escandinavos

Barcelona probará dos lavabos públicos 'secos': así funcionan sin agua ni químicos

Interior de una cabina de WC seco, exhibida en el Mercat de la Terra del Poble Sec

Interior de una cabina de WC seco, exhibida en el Mercat de la Terra del Poble Sec / WseC

Ferran Dalmau

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Al principio uno no se da cuenta: tiene cuatro paredes, papel higiénico, tapa y taza del váter. Hasta que uno repara en que no tiene cisterna, porque no usa agua, ni siquiera ningún botón, así como tampoco necesita electricidad. Los lavabos secos abiertos al público llegan a Barcelona con dos unidades de prueba que se instalarán los próximos meses. Y la idea aterriza en un momento propicio, por la situación de emergencia por sequía y con el precio de la electricidad volátil e inestable.

“Perdona, ¿puedo usarlo?”, pregunta una visitante del Mercat de la Terra, en el Poble Sec, este pasado sábado, mientras se acerca a uno de estos inodoros, expuesto como muestra. “¡Claro!” responde Laura Halminen, una de las dos lauras que han diseñado el producto. Su compañera homónima, de apellido Ronald, es carpintera y se ha encargado del modelo exterior, la caseta. Halminen, ingeniera ambiental, es la encargada del funcionamiento técnico.  

Laura Halminen y Laura Ronald han ideado el modelo de lavabo sin agua 'WseC'

Laura Halminen y Laura Ronald han ideado el modelo de lavabo sin agua 'WseC' / WseC

El baño tiene pocos secretos. En palabras de Halminen, es como “las letrinas pero modernas e higiénicas”. Quién está necesitado entra, depone, se limpia y echa el papel también dentro de la taza. Luego se levanta y con una pala echa un poco de serrín de un cuenco. Todo se junta en un depósito al fondo de la cabina, que está ingeniosamente levantada con unos escalones para dejar espacio debajo. Este depósito conecta con una especie de chimenea exterior a la cabina con un filtro que gira con la fuerza del viento y aleja malos olores. Si el usuario lo requiere puede limpiarse las manos con un dispensador de gel hidroalcohólico y un cubo de agua.

Próxima ubicación

Cuando el depósito se llena tras un par de meses, se sustituye por otro y se deja que fertilice. Así, cuando vuelve a ser necesario un cambio, el primero ya se ha convertido en abono, y según Laura Halminen “ya no desprende olor ni da asco, se puede usar perfectamente para la jardinería”.

El Hort de la Font Trobada de Montjuïc se acondicionará y estrenará una Aula Ambiental

El Hort de la Font Trobada de Montjuïc se acondicionará y estrenará una Aula Ambiental / Joan Cortadellas

Y aquí radica precisamente la elección del Ayuntamiento de Barcelona para la primera ubicación de estos elementos. Prevé instalar al menos dos cabinas de baños secos en Montjuic, en el proyecto de ampliación del Hort de la Font Trobada. El mismo modelo de cabina básica donde ha entrado hace unos minutos la chica visitante del Mercat de la Terra. Según fuentes municipales, uno se colocará en los huertos municipales, y el otro, en el aula ambiental de este espacio.

Barcelona invertirá casi un millón de euros en el acondicionamiento del Hort de la Font Trobada, en Montjuïc

Barcelona invertirá casi un millón de euros en el acondicionamiento del Hort de la Font Trobada, en Montjuïc / Joan Cortadellas

El pequeño estreno se enmarca en las obras de remodelación de este terreno de Montjuïc. Tienen un presupuesto de 925.000 euros y se prevé que estén terminadas a finales de verano. Permitirán crear un espacio verde gestionado por entidades eco-ambientales del Poble Sec, según el consistorio.

Origen nórdico

Cuando se vuelve a abrir la puerta y la espontánea usuaria del wc seco en el Poble Sec sigue su camino, la apariencia del lavabo es limpia y el olfato no alerta de ningún peligro. Un ciudadano estándar, cuentan las lauras, genera cada año 50 litros de excrementos y 550 litros de orina, que cuando se junta con el agua gastada al tirar de la cadena llega a los 40.000 litros de agua anuales. Un gasto inasumible con la sequía actual, alegan: a este ritmo y en pleno estado de emergencia, bastarían los habitantes del Eixample y de Les Corts para agotar las reservas del pantano de Sau en un solo año. 

Vista del Hort de la Font Trobada, entre las piscinas municipales de Montjuïc y el campo de futbol de la Satalia

Vista del Hort de la Font Trobada, entre las piscinas municipales de Montjuïc y el campo de futbol de la Satalia / Joan Cortadellas

El modelo de baños secos nunca ha dejado de existir desde las letrinas, cuenta el ingeniero industrial Xavier Mora, que trabaja en el diseño de edificios energéticamente sostenibles: “No es nuevo, siempre han existido en los países nórdicos”. De allí son las raíces de Laura Halminen, finlandesa: “Hay que recuperar la tradición también aquí”.

Precedente en Roquetes

Es ideal para huertos y espacios al aire libre, y por eso los cultivos urbanos han sido los primeros en apostar por los llamados WseC. En Horta amb Gràcia, un espacio de jardinería en plena Carretera Alta de les Roquetes, fueron pioneros en sustituir a los baños tradicionales por estas “comunas modernas”, como las llaman sus diseñadoras. “No tenía sentido que un espacio que apuesta por la ecología gastara tanta agua y electricidad, además, recuperaron la inversión en menos de dos años”, asevera Laura Halminen. 

Cabina de WC seco exhibida en el Mercat de la Terra del Poble Sec

Cabina de WC seco exhibida en el Mercat de la Terra del Poble Sec / WseC

Una cabina básica cuesta unos 3.000 euros y el sistema de depósitos, unos 2.000 euros más. El precio no es excesivo, pero el problema principal es instalarlos cerca de pisos. El espacio para compostar los residuos orgánicos es difícil de encontrar entre bloques residenciales y más en la aglomerada Barcelona. Lo resume con asertividad Xavier Mora: “Ahora mismo se usa principalmente en huertos, campamentos y masías”. En los próximos meses, se añadirá un matiz a esa enumeración: también en Montjuïc, Barcelona.