Novedad en el parque
El Tibidabo estrena la montaña rusa con realidad virtual que te lleva al espacio y al fondo marino
El parque incorpora el domingo la tecnología immersiva a la atracción, que ya introdujo en 2017 con el Virtual Express
Toni Sust
Periodista
Si miras hacia abajo, ves que llevas un traje espacial. Cuando subes la mirada, tu nave, porque vas en una nave, sale de una estación espacial. Y de repente estás navegando por el espacio. Caes a la tierra, entras en el mar, y acabas en ante el puerto de Barcelona. Es un viaje sin precedentes para los barceloneses que se acercan al punto más alto de la ciudad, el parque de del Tibidabo, para disfrutar de sus atracciones.
La montaña rusa del Tibidabo cumple 15 años, y para celebrarlo el parque le ha regalado unas gafas de realidad virtual. A partir de este domingo, 16 de abril, los usuarios del parque tendrán que tomar una decisión relevante cuando entren en esa atracción: con gafas o sin. Si se suben, la cosa irá como hasta ahora.
Terreno inclinado
La montaña rusa del parque es emocionante pero convencional, dentro del mundo de las montañas rusas, si bien la directora del Tibidabo, Rosa Ortiz, subraya que de hecho la barcelonesa es única en el mundo porque tuvo que adaptarse a la inclinación del terreno sobre la que discurre.
El viaje que ahora se propondrá a los visitantes que elijan llevar las gafas convertirán en algo distinto los dos minutos de trayecto a 80 kilómetros por hora. Las mascotas del Tibidabo aparecen en la película inmersiva, que es obra de la empresa VR Coaester, una empresa alemana especializada en realidad virtual contratada por el Tibidabo.
Antecedente
Un equipo de 10 profesionales de distintas ramas ha participado en la elaboración del producto, que convierte la ruta en algo realmente distinto y que es la segunda propuesta de realidad virtual del Tibidabo, tras el Virtual Express, que funciona desde 2017.
Este jueves todavía se estaba afinando la sincronización entre las imágenes y la ruta física. En cada turno, 16 personas participan del viaje. La altura mínima para poder entrar es de 1,20 metros. Y hay que ir con cuidado: a medio viaje virtual, un bicho submarino quiere capturar tu nave.
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