Disputa por el patrimonio

Barcelona desdibuja la huella de la Colònia Castells, el reducto obrero de Les Corts

Entidades vecinales critican la desaparición de los antiguos pasajes, mientras el ayuntamiento replica que se preserva el legado histórico

Jordi Ribalaygue

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Una valla rodea la manzana donde se alzaba la Colònia Castells, un reducto del patrimonio obrero de Barcelona, ahora devenido en un solar tomado por las obras. “Aquí no se lee nada del pasado ni de cómo vivía la gente”, se queja la presidenta de la Asociación de Vecinos de Les Corts, Adela Agelet. Atisba que media un abismo entre la isla salvada de las Casas Baratas del Bon Pastor, acabada de remozar para alojar el flamante Museo de la Vivienda, y las casitas indultadas que se apiñan en un rincón del desaparecido microbarrio de origen fabril, incrustado en una parcela junto a la calle Entença que reabrirá convertida en parque. 

“Era exactamente como en el Bon Pastor. Si allí las casas medían unos 30 metros cuadrados, aquí tenían unos 25. La gente vivía en la calle”, evoca la dirigente vecinal. Con previsión de que finalicen en junio, las obras han esbozado ya el trazado del futuro recinto, dominado por una plaza central. “Parece un nudo de autopista”, desecha Agelet. A la par, los pasajes que articulaban el vecindario se han desdibujado sobre el terreno. Eran una línea roja para el movimiento asociativo de la zona, que critica que el ayuntamiento la haya desdeñado.   

Han pasado la goma de borrar y han hecho una estructura nueva”, reprocha Josep Alió, que residió en una de los domicilios minúsculos de lugar. Tras un largo proceso para realojar a los habitantes de las antiguas casitas, el consistorio comenzó los derribos el verano pasado sobre un terreno de 9.600 metros cuadrados. Nueve meses más tarde, buena parte del entramado de calles que vertebraba la colonia ha desaparecido. 

Sí se ha respetado un tramo del pasaje Piera, que se abre entre las 11 viviendas salvadas y las fachadas que se mantendrán en pie junto a los huertos urbanos que se cultivarán. También se han levantado unas pérgolas que, a modo de sustitutivo, dibujan la encrucijada que tejían las callejas que se han diluido en la superficie. 

"Tomadura de pelo"

“Dicen que, cuando levantemos la mirada y veamos las pérgolas, será ver cómo eran los pasajes. Es una tomadura de pelo”, espeta Alió, quien sostiene que el ayuntamiento ha desoído las indicaciones del proceso participativo, organizado para incluir demandas vecinales en la reforma. Considera que, además, se contraviene una medida de gobierno aprobada hace un año, a favor de la protección de vestigios obreros, populares e identitarios de los barrios, relegados del catálogo del patrimonio municipal. “Para respetar la medida, se tendrían que haber mantenido los pasajes tal cual. Se han perdido y, encima, el recambio no tiene nada que ver con los pasajes”, protesta Agelet. 

El solar en obras de la antigua Colònia Castells, en Barcelona, donde se construye un parque.

El solar en obras de la antigua Colònia Castells, en Barcelona, donde se construye un parque. / JORDI OTIX

Por su parte, el ejecutivo municipal alega que cuenta con el beneplácito de la mayoría de vecinos y entidades que tomaron parte de las sesiones de debate sobre el futuro del espacio. Además, defiende que la “conservación de una parte de las viviendas” de la colonia “permitirá poner en valor la memoria histórica” y “preservar el trazado de uno de los viales”. 

Por cierto, aún no se ha desvelado en buena medida qué alojarán las casitas. Se sabe que servirán en parte de almacén de la zonas verdes y los huertos, pero se prometen otros usos para actividades vecinales todavía por revelar. El futuro parque cuesta unos tres millones de euros.  

Negociaciones frustradas

Meses atrás, el área de Urbanismo del consistorio mantuvo conversaciones con representantes de la Asociación de Vecinos de Les Corts y la Asociación de Afectados de la Colònia Castells. Las entidades confiaban en dirimir discrepancias, que ya pregonaron antes de que las obras empezaran, e incorporar ciertos matices al plan, que ven falto de consenso.

“Nos dijeron que teníamos razón y que el proyecto estaba mal pero, como ya estaba hecho y con la licitación en marcha, si se cambiaba pasaba de costar tres a siete u ocho millones”, asegura Alió. El ayuntamiento no confirma la versión. Tras haber postulado que la trama de callecitas subsistiera para estructurar el nuevo parque, las entidades extendieron una oferta de mínimos: tragaban con las pérgolas a cambio de la preservación de punta a punta del pasaje Piera, trasladando los huertos urbanos de sitio para realzar la vía como punto de entrada al parque.

“Pero, después de dos meses y medio haciendo aportaciones, nos dijeron que no se podían mover los huertos porque eran una modificación sustancial del proyecto”, afirma Alió. El vecino arroja la sospecha de que la negativa responde a supuestos intereses del premiado restaurante de los hermanos Torres, justo enfrente del solar. El consistorio replica que atiende solo "al bien de la ciudadanía, sin ataduras ni compromisos con terceros".

Bancos pendientes de instalar en el terreno de la antigua Colònia Castells, en Barcelona, donde se construye un parque.

Bancos pendientes de instalar en el terreno de la antigua Colònia Castells, en Barcelona, donde se construye un parque. / JORDI OTIX

Aparte, el gobierno municipal enfatiza que la vegetación predominará en el recinto, que confía que se convierta en “un pequeño pulmón” para Les Corts. Agrega que, en el intercambio con los vecinos, se ha optado por aumentar la extensión de zona verde en unos 600 metros cuadrados, plantar 45 árboles más -en total, serán 183- y se instalarán otros 94 asientos, con lo que llegarán a sumar 268.

Precisamente, la aparición de una especie de bancos vanguardistas sin respaldo en el terreno aún pendientes de ser fijados ha alertado a los colectivos críticos. “Tienen que ser cómodos para quien lo va a usar, como la gente mayor. Y, también importante, es un parque sin zona de agua”, censura Agelet. “Es un parque de paso, no para estar en él”, remacha Alió. El ayuntamiento resalta que la accesibilidad está garantizada, que habrá caminos interiores para pasear y espacios pensados para que los vecinos convivan.

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