Los ciclistas reclaman para Montjuïc una red que trascienda a un solo carril para ir al Estadi Olímpic

La llegada del Barça a Montjuïc afectará a muchos aspectos vinculados con la movilidad. Transporte público, vehículo privado, los que van a pie y también los que apuestan por la bicicleta o el patinete. Para estos últimos, el acuerdo entre el Ayuntamiento de Barcelona y el FC Barcelona para que el equipo de Xavi Hernández juegue en el Estadi Lluís Companys a partir de la próxima temporada contempla un nuevo carril bici en la avenida del Estadi que conectará la plaza de Espanya con Miramar. Tiene un coste de dos millones de euros y todavía no ha trascendido su diseño, detalle que ha puesto en guardia al Bicicleta Club de Catalunya (Bacc), que ya ha solicitado el proyecto para poder valorarlo pero todavía no ha recibido respuesta. Lo que tienen claro los expertos es que un solo vial no va a solucionar el que consideran el principal problema de la montaña: está básicamente pensada para coches.

El acuerdo entre ambas instituciones incluye la instalación de ocho nuevas paradas del Bicing por un coste de 200.000 euros que asumirá el club. También se crearán 500 plazas más de aparcamiento para bicicletas y vehículos de movilidad personal (VMP). Junto con el resto de medidas, tal y como señala el director de Movilidad del consistorio, Adrià Gomila, la idea es que cerca de la mitad de las personas que vayan al Estadi Lluís Companys a ver un partido, con una aforo máximo de 47.000 entradas, lleguen en transporte público, 11.000 de las cuales se espera que suban con el bus lanzadera que conectará el campo con la plaza de Espanya. Un modo de decir que se confía en que sean los menos los que recurran al vehículo privado, para los que habrá 4.500 aparcamientos más para motos y el Sot del Migdia para estacionar el coche.

Meca del entreno

Las bicis, que durante la semana ya suelen circular por la montaña, básicamente ciclistas que entrenan con modelos de carretera, dispondrían así de un espacio segregado para poder transitar. De este modo, puesto que la seguridad es uno de las principales demandas de este colectivo, más gente podría animarse a subir pedaleando a Montjuïc, sobre todo en la bicicleta pública de Barcelona, a ser posible, en una de sus unidades eléctricas para salvar el desnivel de la montaña. El problema, señala Adrià Arenas, portavoz del Bacc, es que es carril será una seta rodeada de grandes avenidas para coches. "Dicen que esto es un parque, pero de ninguna manera lo es".

Arenas, que además es vecino del Poble-sec y usuario habitual de Montjuïc para rodar con su bici, se queja de que el pequeño pulmón de Barcelona, a pesar de tener jardines y zonas verdes, es un lugar que urbanísticamente parece dar continuidad a la trama urbana del resto de la ciudad. No le falta razón en el sentido de que abundan las calles con cuatro viales, y por algo será que este es el templo de las autoescuelas para los cachorros de la conducción se pongan a prueba antes de subir a examen. Que haya tanto asfalto, señala, genera altas velocidades por parte de coches y motos, lo que aporta cero seguridad a los ciclistas. Nadie usa esta zona para llegar a los barrios de la Marina. Lo más probable es que den la vuelta por Gran Via y paseo de la Zona Franca, donde sí hay carriles bici.

Que no sea un 'pongo'

Así las cosas, el Bacc reclama al consistorio que el vial sea ancho, al estilo del de la calle de Aragó. Pero va más allá, porque apunta que un solo trayecto será una cosa totalmente anecdótica que solo resolverá la llegada hasta el Estadi Lluís Companys. Es decir, resolverá un corredor pero no resolverá el problema de fondo: "Nos dicen que es un parque pero no lo es, porque Montjuïc no está pacificado ni es un lugar amable para las bicicletas". "Y no lo digo por la pendiente -prosigue, alegando que eso es algo que ya puede subsanarse con modelos eléctricos-, sino porque el coche sigue siendo el protagonista absoluto".

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