Conflicto a la vista
Janet Sanz reprocha a la Generalitat que quiera talar 137 árboles del parque de Joan Miró
“No aceptaremos que lo destrocen”, ha afirmado la teniente de alcalde Urbanismo sobre el espacio, afectado por las obras de conexión de las estaciones de Plaça Espanya y Gràcia
Toni Sust
Periodista
El parque de Joan Miró se prepara para sufrir las consecuencias de las obras de conexión de las estaciones de Plaça Espanya y Gràcia de Ferrocarrils de la Generalitat, a cargo del Gobierno catalán, que tendrán un impacto rotundo en el espacio y largo en el tiempo. Tan rotundo, que hasta el Ayuntamiento de Barcelona, por boca de su teniente de Urbanismo, Janet Sanz, ha criticado públicamente los planes previstos.
El parque mantendrá cerrado un 30% de su área durante años, a causa de unos trabajos de envergadura, que en su totalidad no estarán acabado hasta 2030. Eso no significa necesariamente que la ocupación de la zona verde se prolongue hasta esa fecha, pero está claro que la cosa va para largo.
Alarma vecinal
Si bien el panorama global inquieta a los vecinos, algo concreto ha hecho que protesten airadamente: el plan de la Generalitat de cortar 137 arboles en el Joan Miró. La alarma vecinal, de la que informa Betevé, se debe a la tala y a que el propio Gobierno catalán afirma que solo 41 de esos árboles serán replantados, en tanto que el resto serán nuevos.
La vocalía de Urbanismo de la Associació de Veïns de l’Esquerra del Eixample envió el pasado 16 de febrero un mensaje a la red social Twitter en la que calificaba de “inadmisible” la tala de más de 100 árboles. Y el mensaje mencionaba a la teniente de alcalde. Janet Sanz ha contestado este lunes con un mensaje rotundo: “Totalmente de acuerdo. Ya hemos trasladado a la Generalitat que debe encontrar una alternativa. Desde el Ayuntamiento de Barcelona no aceptaremos destrozar el parque de Joan Miró”.
Zona logística
El parque se convertirá en una sede decisiva para las obras, ya que albergará la zona logística de explotación de la tuneladora que perforará el túnel de prolongación de la línea entre el pozo de ataque de la Gran Via y la estación de Gràcia. En el terreno se concentrarán varios elementos vinculados con los trabajos. Allí se acumulará la arena excavada, que llegará por una galería de extracción por la calle de Llançà. También en el parque se instalaran las dovelas, elementos constructivos que se irán colocando en el túnel. Entre otros elementos, como un depósito de agua y una zona para que aparquen camiones.
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