Discrepancias en Horta-Guinardó

Los Jardines del Baix Guinardó, escenario de un doble rechazo vecinal

El ayuntamiento renuncia a una zona de juegos infantiles y estudia cómo afrontar la protesta contra la instalación prevista de la carpa provisional del mercado de la Estrella en el espacio

Barcelona. 03/11/2022 Jardines del Baix Guinardó. Quieren poner la carpa del mercado municipal de la Estrella y hay follón con los vecinos y el Ayuntamiento y porque se proyectaba eliminar medio lago para hacer zona de juegos

Barcelona. 03/11/2022 Jardines del Baix Guinardó. Quieren poner la carpa del mercado municipal de la Estrella y hay follón con los vecinos y el Ayuntamiento y porque se proyectaba eliminar medio lago para hacer zona de juegos / ELISENDA PONS

Toni Sust

Toni Sust

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los Jardines del Baix Guinardó presentaban este jueves a media mañana una escasa actividad, algo lógico a esa hora en día laborable. En el parque, perros con sus dueños, algún paseante. En la cancha deportiva, un padre con su hijo. En la parte inferior, la que da a la Travessera de Gràcia, más gente haciendo deporte. Un entorno apacible con una paz aparente que esconde un conflicto considerable.

Los vecinos han mostrado un doble rechazo a dos proyectos del Ayuntamiento de Barcelona en las últimas semanas. Ya han tumbado uno e intentan lograrlo con el segundo. La primera iniciativa que fue cuestionada nacía de los presupuestos participativos, un sistema introducido por el gobierno de Ada Colau que prevé que los barceloneses voten propuestas concretas.

Una señora consulta, meses atrás, uno de los carteles contra la tala de árboles prevista en la primera planificación, que situaba la carpa junto al lago.

Una señora consulta uno de los carteles que denunciaban la tala de árboles prevista según la primera planificación, meses atrás. / ELISENDA PONS

En este caso, era una zona de juego infantil de agua, prevista para los meses de calor, y un espacio para patinar y practicar con el monopatín. Propuestas planteadas a partir de recortar el lago existente. La propia concejala de Horta-Guinardó, Rosa Alarcón, subraya que el rechazo de los vecinos a la iniciativa ha sido tan rotundo que no cabía otra decisión. “No tiene sentido que invirtamos 300.000 euros en un proyecto que no quieren los vecinos. Hasta la persona que promovió el proyecto ha reculado. Estaba descontenta con cómo se concretó”, explica. El caso es que el lago seguirá como estaba. Alarcón anunció a los vecinos el pasado 25 de octubre, en un consejo de barrio, que el plan se desestima.

La carpa y los árboles

La segunda cuestión es más peliaguda. Dentro de la planificación del ayuntamiento de ir renovando mercados, no estaba previsto que en este mandato se afrontará la remodelación del de la Estrella, situado en la calle de Pi i Margall, en Gràcia. Pero se halló fibrocemento en el inmueble. Amianto. Y había que actuar.

Por ello se decidió, como ha sucedido en otros casos, instalar de forma provisional el mercado en una carpa en otro emplazamiento. Encontrarlo no es muy sencillo en la zona, donde no abundan agujeros libres de construcción. En marzo pasado, el consistorio anunció que la carpa se instalaría en los Jardines del Baix Guinardó. La previsión es que esté allí dos años, y que las obras de la instalación provisional duren de dos a tres meses y empiecen en septiembre.

Emplazamiento previsto del mercado provisional en los Jardines del Baix Guinardó.

Emplazamiento previsto del mercado provisional en los Jardines del Baix Guinardó. / Ayuntamiento de Barcelona

Árboles

Pero no será tarea fácil si depende de muchos vecinos, que han desenterrado el hacha de guerra para evitar que el mercado acabe allí. En el parque, los árboles presentan carteles contra su tala, porque el proyecto de la carpa implica cortar unos cuantos. Según Alarcón, 10 árboles, y con el beneplácito de Parcs i Jardins.

Recreación de la carpa provisional del mercado de la Estrella como estaba proyectada inicialmente en los jardines del Baix Guinardó. Finalmente, estará donde se encuentra el lago.

Recreación de la carpa provisional del mercado de la Estrella como está proyectada en los jardines. / Ayuntamiento de Barcelona

Según Patrícia Moya, los afectados son 40, y muchos no se podrán replantar. Moya es una de las vecinas que apoyan la iniciativa Salvem el parc, que, recalca, ha suscitado un amplio apoyo. Es residente en la calle de Alcalde de Móstoles, y es una de las personas que en el ya citado consejo de barrio del 25 de octubre fue a mostrar su indignación por el plan del mercado ante la propia Alarcón. “No es un solar, como dicen arquitectos del ayuntamiento. Es un parque y de mucho uso. La gente lo necesita para hacer deporte, por salud mental”, declara a este diario.

Moya afirma que la carpa lo abarcará todo, que solo quedará el chiringuito. Además, está convencida de que el traslado precederá a la desaparición del mercado, porque, dice, “quedan cuatro paradas. Es absurdo”. Afirma que ya se han recogido 3.000 firmas contra la carpa y asegura que el colectivo llevará el tema a la justicia si es necesario. “Como si quieren cortar la calle de Marina y Sardenya para ponerlo ahí. Pero ellos tienen que encontrar una solución”, afirma sobre el consistorio.

Alarcón cita los espacios propuestos por vecinos como alternativa a los jardines. Uno fue la plaza de Joanic: “Allí no cabe”. También un solar en Sardenya, donde está previsto un equipamiento deportivo, un proyecto que se activará en 2023. Otro espacio: un solar en Torrent de Lligalbé. “Hay una parte que es de un privado, y los vecinos no quieren allí más edificios”. Otro escenario, muy señalado como viable por algunos vecinos es la zona de petanca que está debajo del distrito, en Alfons X. Dice Alarcón que el personal de Mercados del consistorio considera que es un punto poco atractivo comercialmente.

Los paradistas

“Si el mercado va allí, yo no voy”, dice sobre la zona de la petanca Lourdes Vico, presidenta de los paradistas del mercado de la Estrella. “Nosotros iremos allá dónde nos digan, pero las otras opciones que se barajan no son más válidas”.

Lourdes Vico, presidenta de los paradistas de la Estrella atiende a un cliente, el pasado jueves.

Lourdes Vico, presidenta de los paradistas de la Estrella atiende a un cliente, el pasado jueves. / ELISENDA PONS

Vico explica que lo del amianto está controlado, pero que ellos no pueden quedarse allí eternamente: “Aquí ya han venido a medir paradas. Tenemos que irnos. Y no sabemos cuándo volvemos. No se ha hablado del retorno”.

Cuenta Vico que ha habido tensiones con algunos vecinos. Relata Moya que ha habido tensiones con algunos paradistas. El pulso sigue abierto y la solución no será fácil. Alarcón se verá la semana que viene con vecinos para explicarles que las alternativas a los jardines no parecen viables.

El parque

“No es que sea la octava maravilla del mundo”, afirma Maite mientras pasea con hastío evidente su mirada por los Jardines del Baix Guinardó. Ella pasa el día allí: es la encargada del quiosco de comida que hay en el parque. “Aquí solo hay perros. Más perros que niños”. Este jueves a media mañana, la escena respalda su aseveración: unos cuantos perros, con sus dueños, coquetean cerca del lago.

Pero son muchos los vecinos que insisten en que allí hay mucha vida. Los hay que incluso no acaban de ver mal que se instale la carpa del mercado. En todo caso, defienden que el barrio emplea los jardines a fondo.  Uno de ellos es Carlos, que cita algunas de las actividades habituales: “Fútbol sala, con partidos en cadena. El que recibe dos goles deja su lugar a los que esperan sentados junto a una valla. Hay voley y futvoley, abuelos que bailan por las mañanas en la parte superior. Boxeo, gimnasia”. Este vecino sostiene que a diferencia de cuando apareció, hace 25 años, el parque es ahora un espacio de vida en una zona que no tiene mucha. De vida, y podría añadirse, de reivindicación. 

Suscríbete para seguir leyendo