Equipamiento en mal estado
El mercado de la Estrella de Barcelona se trasladará a una carpa para ser reparado
El recinto de Gràcia se mudará a los Jardins del Baix Guinardó antes de un año para afrontar obras estructurales y de modernización

Interior del mercado de la Estrella, este miércoles. / RICARD CUGAT

Patricia Castán
Patricia CastánPeriodista
Periodista en El Periódico de Catalunya desde 1996. Ha ejercido de redactora y jefa de sección en Gran Barcelona. Especializada en los ámbitos de economía local, comercio, turismo, vivienda, ocio, gastronomía y tendencias urbanas.
Patricia Castán
No estaba en la lista de mercados con reformas inminentes, ni siquiera programada para los próximos años, pero algunas deficiencias estructurales detectadas en los últimos tiempos han llevado al ayuntamiento a optar por intervenir en la Estrella (o Mare de Déu de l'Estrella), en el barrio de Camp del Grassot i Gràcia Nova. La intervención no es urgente ni el edificio está en riesgo, enfatizan, pero se ha decidido afrontar algunos problemas estructurales antes de que pasen a mayores. Para poder arreglarlos será imprescindible trasladar --antes de un año-- la actividad a una carpa provisional en los Jardins del Baix Guinardó, a cinco minutos de distancia a pie, pero en el distrito vecino de Horta-Guinardó.
El gerente del Institut Municipal de Mercats de Barcelona, Màxim López, subraya que algunas obras cercanas al actual recinto, datado en 1957 y con entrada principal por la calle de Pi i Margall, han confirmado "que las condiciones de la estructura no son las más adecuadas". Hay puntos de los cimientos por arreglar y algunos problemas de filtraciones, sin olvidar que hace décadas ya se determinó presencia de cemento aluminoso (que fue abordado), y que el techo es de fibrocemento. Así que con el fin de "anticipar" la solución a que los problemas se hagan más graves, el consistorio lleva desde el pasado verano analizando la intervención y el traslado, que este miércoles se confirmó a la junta directiva del mercado.
La intervención estructural ha acelerado la puesta al día de un equipamiento que desde hace más de 30 años no afrontaba mejoras importantes. No estaba en las prioridades municipales porque pese a estar algo anticuado funciona bastante bien comercialmente, defiende, en el sentido de que tras algunos cierres en la actualidad tiene una oferta consolidada de 36 puestos de venta y una notable afluencia al estar en una zona muy dinámica.
Alcance de las obras
Al instituto municipal se le plantea ahora una disyuntiva. Puede abordar solo la reparación, que será importante, pero debe pactar si a la par se moderniza todo el recinto, al estilo de las grandes reformas que se están llevando a cabo en otros mercados. Para decidir el alcance de la intervención, el tema se debatirá en profundidad con los paradistas, con los que de momento se está concretando su enclave en la futura carpa. Cabe recordar que la Estrella es un recinto algo complejo, al discurrir en dos niveles. "Cuando esté resuelto el proyecto técnico, se abordará el comercial", destaca López.
Esa decisión será la segunda parte la película, porque de momento la prioridad municipal es "no parar la actividad y servicio del mercado", mediante un traslado lo más llevadero posible. Tras estudiar varias ubicaciones el gerente señala que los técnicos consideran que los Jardins del Baix Guinardó por su proximidad y morfología son la opción más sencilla. En concreto, la carpa temporal se levantará sobre lo que ahora es el estanque del parque, para proceder a la mudanza el primer trimestre de 2023. El espacio será de 1.900 metros cuadrados, frente a los 2.200 que suma en estos momentos.
El ayuntamiento destaca que resultará accesible y cómodo, sin provocar molestias a edificios próximos. El proyecto básico ya se ha presentado a los operadores, pero por delante queda concretar diversos aspectos, acabar el proyecto ejecutivo, licitar y construir la carpa, que tendrá un coste estimado de tres o cuatro millones de euros, avanza. De cara al próximo mandato se tendrá que dotar de presupuesto el proyecto final que se determine y su calendario.
Desde el otro lado, los operadores han encajado bien la necesidad del traslado. "Vemos que es necesario. La seguridad es lo primero, y puede ser una oportunidad para mejorar el futuro mercado", explican desde la junta directiva. Son cautos, porque acaban de recibir la confirmación, tras meses de rumores. "Nos falta información, pero estamos contentos porque vemos que el Instituto de Mercados está muy implicado en solucionar la situación", añaden.
La instalación cuenta desde hace años con algunos puestos cerrados, fruto de jubilaciones. El relevo no es fácil, porque la estructura de las viejas paradas es algo rígida para las implantación de algunos puestos más abiertos, al estilo de mercados renovados, como el Ninot o Sant Antoni. En estos momentos, las pescaderías son el segmento con más presencia, seguido de carnicerías y charcuterías, y de fruterías. Pero el recinto tiene un buen mix, donde no faltan aves, legumbres, platos preparados, dietética, bares y restaurantes y otros establecimientos. Cuenta con la ventaja de una doble entrada siguiendo su desnivel, por Pi i Margall y por la calle de Providència. Se presume que la proximidad con la nueva carpa le permitirá mantener a su clientela fiel y acaso ganar nuevos clientes del entorno más próximo a esta.
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