Movilidad sostenible

¿En bici urbana con este calor? Sigue esta guía para sobrevivir al sudor

La canícula es insoportable, pero los ciclistas de ciudad no cuelgan los pedales. Además de la gorra y las gafas, la crema solar, buscar rutas con sombra y una camiseta de recambio son más que recomendables

Carlos Márquez Daniel

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"El momento de no retorno sucede cuando notas que una gota de sudor recorre tu cuerpo desde media espalda hasta la rabadilla. Es entonces cuando sabes que estás oficialmente sudado", relata Carlos, bajando Balmes en bici. Las imágenes de ciudadanos nórdicos pedaleando en pleno mes de febrero por las calles de Estocolmo o Copenhague suelen despertar admiración. No debe ser sencillo andar en bici entre la nieve y con tanto frío. Lo mismo deben pensar ellos cuando nos ven a nosotros a orillas del Mediterráneo carreteando la bicicleta con el mercurio acariciando los 40 grados. Y si ahí no la dejan en casa durante el crudo invierno, aquí tampoco la guardamos en pleno verano. Así sortean la canícula los ciclistas urbanos de Barcelona.

Un ciclista asado de calor se seca el sudor, el pasado septiembre, en el carril bici del paseo de Sant Joan, en Barcelona

Un ciclista asado de calor se seca el sudor, este viernes, en el carril bici de Paral·lel / Jordi Otix

A pesar de que en el último mes ya hemos soportado dos olas de calor, en la capital catalana no se nota una disminución notable del número de ciclistas. Y si hay menos, es más achacable al primer turno de vacaciones que al clima tórrido. Empecemos con un sondeo rápido a pie de calle, en el carril bici de la Diagonal. Roger calza una Brompton y dice que como mucho intenta hacer menos esfuerzo de lo normal, pedalear con más suavidad. Y algunos días de insoportable estío, opta por doblar la bici y meterla en el metro. "Lo he hecho tres o cuatro veces, no más".

Irene es socia del Bicing. Se queja más de los problemas por encontrar bicicletas eléctricas que del calor. Explica que sus trayectos no tienen más de tres kilómetros, y que siempre intenta coger modelos de pedaleo asistido para no sudar. "Si es de bajada me da igual, pero de subida prefiero que sea eléctrica, aunque estos últimos días no sé qué pasa pero muchas están en rojo y no puedo cogerlas". Lo que sucede es que la demanda es tan alta que no da tiempo de que se carguen en la estación. Por eso quedan inhabilitadas, porque la batería está por debajo del 20%.

Toalla y desodorante

Marina lleva una bici de montaña y, vestida de calle, no tiene rubor en mostrar el charquito de la zona sobaquera. "Es lo que hay, en estos dos o tres meses sabes que vas a sudar por muy corto que sea el trayecto, pero por suerte en mi caso tengo ducha en el trabajo y me cambio antes de entrar". Se encarga de la seguridad de un edificio y exhibe un uniforme mientras su ropa recupera el color y la vida colgada dentro de una taquilla. Otro ciclista anónimo consultado es Terry, británico residente en Barcelona. Llegó en 2018 y se hizo del Bicing, pero a los seis meses se compró una bicicleta eléctrica que el año pasado tuvo que cambiar porque ya estaba hecha unos zorros. "No es una ciudad con subidas grandes, creo que es asequible. En la bolsa (atada delante) llevo siempre una toalla pequeña y desodorante de bola. Sudas, sí, pero a mi me compensa porque hago un poco de ejercicio y el ahorro es muy grande".

Un trago de agua. Bravo por esta ciclista que circulaba este viernes por el carril bici de Sant Joan

Un trago de agua. Bravo por esta ciclista que circulaba este viernes por el carril bici de Sant Joan / Jordi Otix

Adrià Arenas es el portavoz del Bicicleta Club de Catalunya (Bacc) y también es uno de los miles de ciclistas que cada día circulan por las calles de Barcelona. Coincide en que en estos meses no hay un bajón importante del uso de la bici, y que en cualquier caso, si hay menos es porque ya hay gente que está de vacaciones. "Pero seguimos siendo muchos, ayer conté 30 personas una detrás de otra en el carril bici de Diputació". Adrià siempre lleva camiseta de recambio y un botellín de agua. Intenta beber con frecuencia en sus trayectos, aunque sean cortos. Recomienda evitar cargar una mochila en la espalda para que no se genere un molesto charco y recomienda instalar un portaequipajes en la parte frontal o trasera. Pueden ser unas alforja, pero también una simple caja bien asida a la bicicleta.

Refugios climáticos

Otro buen consejo es evitar los viales ciclables que estén a pleno sol. El mejor ejemplo de ello es el carril central de Paral·lel o el de Sant Joan, completamente expuestos, sin una sola sombra. "Prefiero callejear por Sant Antoni", sostiene Adrià. Hay otros ejemplos, como el carril de Aragó a partir de media tarde o los laterales de paseo de Gràcia por la mañana. El sol va dando la vuelta y no es mala idea tener presente su giro para planificar la ruta que sea lo más fresca posible. Las calles del corazón del Eixample, por ejemplo, son ideales porque tienen muchos árboles que generan refugios climáticos. También es buena idea calzarse una buena gorra y gafas de sol, amén de la crema solar en cuello, cogote y brazos para evitar abrasar la piel.

Un ciclista se refresca con las duchas de la Barceloneta, este viernes

Un ciclista se refresca con las duchas de la Barceloneta, este viernes / Jordi Otix

Adrià tiene la suerte de disponer de ducha en la oficina, como Marina. "En los países nórdicos -señala el portavoz del Bacc- están reglamentadas en los centros de trabajo; aquí estamos aún lejos pero cada vez hay más empresas que instalan duchas para sus empleados". Es obvio que la inercia social va en esa dirección, puesto que el perfil de ciclista urbano cada vez es más diverso y más vinculado con la movilidad obligada, es decir, la que tiene que ver con ir a la oficina o a la universidad.

Adrià trabaja en una tienda de bicis (Central Bike Barcelona) especializada en bicicletas urbanas y de carga. "Cada vez hay más familias que substituyen el coche por bicicletas, para llevar a los niños al cole o para ir a comprar", sostiene. Y si antes refrigeraban el automóvil, ahora les toca buscar otros trucos para llegar lo más frescos posible a su destino. Recuerden: llevar agua, trazara rutas con sombra, llevar ropa de recambio, gorra y gafas de sol; ponerse crema solar, y si el jefe se estira, darse una buena ducha al llegar.

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