HISTORIAS METROPOLITANAS (23)
Alianza vecinal contra la especulación en los jardines del banquero Arnús
Vecinos contrarios a la construcción de dos bloques de pisos en el parque de Ca l’Arnús, los bellos jardines de la vieja residencia de verano en Badalona del poderoso banquero catalán de los que disfrutó la mismísima reina María Cristina, crean una plataforma para pedir la expropiación de los terrenos y evitar la edificación
Helena López
Redactora
"¿Sabes con que están sujetas estas cadenas? ¡Con plomo!", le explica emocionado a Carlos un vecino, habitual del parque como él. "¿Y sabes cuándo las pusieron? ¡Para la visita oficial de la reina María Cristina, que estuvo en la Torre Arnús durante su viaje a Barcelona para la inauguración de la Exposición Universal de 1888!", prosigue con orgullo el hombre, un espontáneo. La anécdota es una de las favoritas de los badaloneses, que imaginan a la regente entrar en los jardines con su carroza, cual princesa Disney. Carlos sonríe a su vecino frente a la otrora señorial torre de veraneo de la familia Arnús, hoy tapiada, grafiteada y en estado de semirruina, en el centro de este pulmón verde de Badalona, estos días en pie de guerra. La semana pasada unos 300 vecinos -entre ellos Carlos [Carlos Rojo], miembro de la plataforma Salvem Ca l'Arnús- se concentraron en uno de los accesos al parque, este, para denunciar el proyecto de construcción de 55 pisos en un parque fruto de la lucha vecinal.
El punto de encuentro es el acceso al parque por la calle de Sant Bru, lugar en el que, si nada cambia -desde la plataforma harán todo lo posible para que así sea-, pretenden construir dos bloques de pisos con 55 viviendas en unos terrenos privados dentro del parque de los que hasta que saltó la noticia de la edificación nadie tenía constancia, explica Francesc Alfambra. Otro de los impulsores de la plataforma ecologista y vecinal considera un escándalo "que se especule en un parque público en una de las localidades catalanas con más necesidad de verde y en plena crisis climática, y que se haga, además, de una forma tan opaca".
"No es la primera vez, ya le han ido dando mordiscos al parque. Desde que el parque es público hace 20 años, cada vez es más pequeño", añaden enfadados y decididos a decir basta.
Serena Spedo, otra de las vecinas que forma parte de la plataforma, aporta otro dato. "Con el número de vecinos actual ya se han quedado muchísimas familias fuera del colegio porque no hay plazas públicas para todos, que estás estos días movilizándose, ¿qué previsiones hace el Ayuntamiento de Badalona si pretenden meter a 55 familias más aquí?", señala la vecina paseando este miércoles por el parque junto a Francesc y Carlos.
En los terrenos ahora en disputa varios árboles centenarios dan sombra en esta mañana calurosa. No es ni de lejos la parte más bonita ni cuidada del parque -quizá no sea casual-, pero conserva una preciosa higuera -vestigio de los tiempos en lo que esto eran huertos- altos plátanos, cóculos y algún olivo.
El objetivo de la plataforma es que el consistorio expropie los tres solares de titularidad privada -7.831 metros cuadrados- para integrarlos en el parque; y llevar a aprobación al pleno municipal el acuerdo y el compromiso de buscar financiación pública -plan de inversión municipal, Àrea Metropolitana de Barcelona, Diputació...- para afrontar el gasto de la expropiación de dichas parcelas e incorporarlas al parque de Ca l’Arnús i Can Solei. "De hecho, el ayuntamiento tiene superávit...", apunta Serena.
Además de la concentración vecinal de la semana pasada, tras la que cortaron la carretera, la plataforma ha reunido ya 3.000 firmas contra el plan. No les cabe en la cabeza que pretenden edificar en el parque más emblemático de Badalona, logrado, además, gracias a la lucha vecinal.
Hace tres años, cuando se supo que había esas parcelas privadas y que sus propietarios querían construir en ellas, hubo un proceso participativo en el que los vecinos mostraron su rechazo a que se destruyera la puerta original de entrada al parque y la fuente. El consistorio accedió a mover uno de los bloques para evitarlo. Pero un grupo de vecinos no se conformaba con ese cambio, querían parar la construcción y reivindicar el parque íntegro; de ahí nació la plataforma de la que forman parte Carlos, Serena y Francesc, así como muchos otros vecinos a título individual y de asociaciones y entidades como Més verd urbà o Els Verds.
Terrenos cargados de historia
La historia de estos jardines -por los que, cuentan, le gustaba pasear a Mossèn Cinto Verdaguer- cuenta ya con varias expropiaciones. "La primera, en 1936, cuando el ayuntamiento lo abrió al público por primera vez", recuerda Francesc sobre un parque cargado de memoria.
A pocos metros de la hoy ajada Torre Arnús (para la que los vecinos tienen cientos de ideas, desde un albergue para jóvenes de la red de la Generalitat hasta una extensión del Museu de Badalona en la que explicar las formas de vida burguesa), se levanta majestuosa la Torre del Reloj, cuyo estado de mantenimiento -perfecto- contrasta con el abandono de la vieja mansión. La Torre del Reloj fue una de las primeras estaciones meteorológicas de Catalunya, construida en 1883 a petición de Evarist Arnús, de cuyo nacimiento se cumplieron 200 años en 2020.
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